Romper el pronóstico pesimista es una novedad para este Athletic, y en Montjuic lo consiguió aunque fuera con una buena dosis de fortuna en el desarrollo del partido. Es una buena noticia que de vez en cuando las cosas le salgan bien a un equipo peligrosamente habituado a la fatalidad. No es exagerado afirmar que, después del Mallorca, verdugo del Real Madrid, la del Athletic ha sido la gran sorpresa de los octavos de final de la Copa. Confieso, y escrito está, que no di un duro por la suerte del equipo cuando el sorteo le emparejó con el Espanyol y con la misma sinceridad me alegro de haberme equivocado.
De alguna manera, lo de los penaltis en Barcelona vino a ser la revancha por lo que ocurrió en el partido de Liga con aquel autogol de última hora de Ocio. Y eso que la historia estuvo a punto de repetirse en aquella jugada personal de Tamudo en el último aliento de la prórroga, que acabó con un remate que salió rozando el palo.
La alegría por el resultado de la eliminatoria no debe hacer olvidar, sin embargo, que al Athletic le costó lo que no está en los escritos hacerle un gol a un rival que jugó más de medio partido con diez jugadores por una acción en la que el árbitro vio una agresión donde apenas hubo más que un forcejeo. Sólo a partir de la expulsión el Athletic pasó a dominar un partido que para entonces ya perdía por culpa de las manos de mantequilla de un Aranzubia, cuyos fallos empiezan a ser más que preocupantes. Luego, en la prórroga, cuando el árbitro reestableció la igualdad expulsando a Prieto con dos amarillas en apenas diez minutos, el Espanyol volvió a tomar la iniciativa pese al desgaste físico que para entonces sufría y a punto estuvo de resolver con la jugada de Tamudo antes mencionada o antes con un cabezazo de Moisés al larguero. Caparrós no podrá negar que la suerte que pedía antes del partido contra el Sevilla, sigue acompañando a su equipo.
Del partido de Montjuic me quedo con la aportación de Del Horno al juego ofensivo mientras tuvo fuerza. Sus remates y sus llegadas por la banda aportan sin duda un plus de calidad del que está careciendo el equipo e incluso contribuyen a activar a la otra banda, donde Iraola (autor del gol) se mostró mucho más activo en posiciones ofensivas que en otras ocasiones. Viendo lo que podría aportar Del Horno al Athletic, se entiende menos que Koikili, un jugador tan honrado como limitado, le esté quitando el puesto. La recuperación de este jugador para el fútbol sería el mejor fichaje de invierno.
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