lunes, 29 de junio de 2009

Apuntes de otra final perdida

La derrota de los juveniles en la final da para unos cuantos apuntes. Empezando por lo ajeno, la Federación volvió a lucirse programando un partido en Nerja a 27 de junio en un campo parecido a un sembrado y designando a un árbitro que acabó expulsando a tres jugadores pero no supo ver un penalti de libro en el área del Sevilla. La Federación sólo pudo mejorarse a sí misma si hubiera programado el partido en Ecija a las cinco de la tarde, pongamos por caso, y hubiera repescado para arbitrar a Miguel Pérez, aquel colegiado que en otra final de juveniles dio como gol un remate de Michel que entró por un agujero del lateral de la red y derrotó, también es casualidad, al Athletic. Pero a la hora de censurar a la Federación conviene introducir un matiz: la Federación "somos todos" también el Athletic, y estas cosas de los calendarios y las finales se suelen decidir en Juntas, en las que el Athletic está representado y en Asambleas donde el Athletic tiene voto. ¡Qué tiempos aquellos en los que la final de juveniles se jugaba como previo a la final grande, a campo casi lleno y ambientazo total!.
Repasado lo ajeno, vayamos a lo propio. Me niego a analizar las posibilidades de futuro de los zurigorris que participaron en el partido por una simple cuestión de racionalidad. Ni quiero colaborar a la fabricación acelerada de figuritas de mazapán, ni, mucho menos, participar de linchamientos de futbolistas de tan tierna edad. Tengo mi opinión, por supuesto, pero basta repasar la alineación del último equipo juvenil campeón y contrastarla con el posterior desarrollo profesional de los protagonistas para tentarse la ropa antes de lanzarse a futurólogo. Como suele decir el gran Gonzalo Beitia, jugar bien al fútbol es sólo una de las diez condiciones imprescindibles para llegar a ser futbolista de Primera División.
Hecha la puntualización, no puedo olvidar la nefasta gestión del partido que hizo Arostegi en los últimos diez minutos. Sus cambios para perder tiempo, el último en pleno descuento, sólo sirvieron para que el árbitro llevara el partido hasta el minuto 95 con el resultado de todos conocido. No vale decir que si la cosa hubiera acabado con 2-1 todo hubieran sido parabienes, ni que nadie podía esperar lo que ocurrió en el minuto 94. Un entrenador está para preverlo todo desde antes de que comience el partido hasta el último segundo. Tras los cambios, el Athletic tuvo que jugar toda la prórroga sin sus mejores referencias de ataque. Mal.
En Nerja estuvo la plana mayor de Ibaigane y de Lezama, con el presidente a la cabeza, pero faltó Caparrós, un amante de la cantera que ya hizo debutar con el primer equipo y con gran pompa mediática, a Jonas Ramalho, un chaval que jugó como titular toda la final. Su colega sevillista Jiménez sí que estuvo en el campo. ¿Qué era eso tan importante que tenía que hacer Caparrós para no estar en toda una final?.
La presencia del presidente y su posterior comparecencia ante los micrófonos nos sirvió para enterarnos de que no va a hacer comentarios sobre una crisis que no existe, y que en Lezama llevan trabajando 30 años (las instalaciones se inauguraron en 1971)
Siguiendo con los entrenadores. A lo mejor es que las imágenes de Canal Sur engañaban, pero cuando enfocaban al banquillo del Sevilla siempre aparecía solitario y meditabundo el entrenador, un chico joven de barba. Cuando enfocaban al banquillo del Athletic en cambio, apenas se distinguía a Arostegi, rodeado de un ejército de ayudantes, adjuntos, consejeros, delegados y demás. Nivelazo.
Un último apunte para la retransmisión de ETB y sus comentaristas. Vale que el periodista no reconozca a unos jugadores juveniles, pero que no lo haga el comentarista, que es técnico de Lezama, suena raro. Y mucho más raro suena que el citado técnico se asombre de que el Sevilla haga su cuarto cambio en la prórroga, más que nada porque no sabía que había cuatro cambios. Claro que ni uno ni otro se enteraron de que el Athletic había hecho sus cuatro sustituciones en el tiempo reglamentario; de hecho pensaban que le quedaba un relevo porque sólo había hecho dos. Desconozco en qué condiciones tuvieron que hacer la retransmisión, o su ubicación, pero no debieron de ser las mejores.

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viernes, 19 de junio de 2009

Lezama o la casa de tócame Roque

Casa de tócame Roque: La Real Academia Española de la Lengua la define como "aquella en que vive mucha gente y hay mala dirección y el consiguiente desorden".

Parafraseando a Larra, "escribir en Madrid es llorar", podemos afirmar que atender a las noticias del Athletic es llorar. De pena y de vergüenza ajena. De pena por comprobar cómo un club histórico está pasando a la categoría de club de la comedia; de vergüenza ajena, asistiendo a declaraciones como las de uno de sus vicepresidentes, lamentando en público que no descendiera Osasuna. Ese vicepresidente es precisamente el que ha conseguido que Lezama se haya convertido en la casa de tócame Roque; el que ha logrado que el que debe ser el corazón de la entidad esté en perpetuo estado de infarto.
Al margen del alarde de diplomacia del referido directivo, cuya única, aunque no poco importante, consecuencia, será la de ganarse la animadversión de la afición osasunista, es la nueva crisis que sufre Lezama la que preocupa al seguidor rojiblanco. Nueva crisis porque no es la primera que provoca esta Junta de advenedizos que llegó a Ibaigane por la fuerza de los millones de un constructor, las intrigas políticas de los que entonces presumían de la amistad del referido individuo y al apoyo mediático resultante de la suma del dinero y el interés político. Una Junta que llegó a Ibaigane sin más idea que la de hacer negocios a costa del fútbol y del Athletic; más preocupados sus miembros más conspícuos y sus satélites en fichar mirando a la galería y a la cuenta corriente propia que en hacer un equipo; más concentrados en redactar en papel mojado documentos de renuncia a futuras obras que en construir un proyecto desde bases sólidas.
La actual crisis de Lezama, dos años después de todo aquello, no es más que la continuación de la crisis sufrida hace un año, cuando los dos máximos responsables, Solar y Masach, junto con el vicepresidente amigo de Osasuna y máximo responsable de Lezama, presentaron la dimisión al no aceptar el presidente García Macua el cese de Liñero, que proponía el triunvirato. ¿Cómo iba cesar García Macua a Liñero si fue éste prácticamente el único técnico con algo de nombre del entorno rojiblanco, que le apoyó públicamente en las elecciones?.
Y aquella crisis fue solo la consecuencia de la original, la primera, la que se desató en los primeros días del mandato de García Macua, cuando Iñaki Urkijo, elegido para dirigir Lezama, renunció a un cargo del que ni siquiera llegó a tomar posesión. ¡Cuántas cosas podría aclarar Urkijo si se decidiera a explicar las razones de su renuncia!. Entonces, en la primera hora, apareció ante los ojos de todo aquel que quisiera verlo, el oceánico vacío que era el plan de García Macua y su gente. La nada absoluta.
El vodevil que están interpretando ahora en Ibaigane y Lezama no debería sorprender a nadie que estuviera medianamente avisado. La dimisión de Koldo Asua, que junto con Blas Ziarreta, permanece desde el mandato de la junta anterior, no es ni siquiera el mecanismo de ignición que ha desencadenado la posterior explosión. Porque ésta se podía producir por cualquier otro de los muchos motivos que existen. La dimisión de Asua es solo uno más de esos motivos.
Ni siquiera se trata, como algunos argumentan, de cuestionar la idoneidad de Luis Solar por su procedencia del balonmano, o de Julen Masach por sus antecedentes realistas. Se trata de las circunstancias y de los entornos que les rodean; de cómo y porqué llegaron, de cómo y porqué siguen; de cómo y porqué, parece ,según las últimas noticias, que seguirán mientras en los escenarios de Lezama e Ibaigane se sigue interpretando esta especie de comedia de puertas, donde sólo faltan Pedro Osinaga y Máximo Valverde.
La evidencia de la absoluta desorientación, de la ausencia del más elemental sentido común, y de la obsesión por dirigir de cara a la galería y a base de gestos populistas, nos la ha dado
la ocurrencia de pretender recurrir ahora, a mitad de su mandato, a un mirlo blanco de acuerdo con el globo sonda lanzado con los nombres de tres históricos rojiblancos señalados como candidatos a ocupar un sitio preferencial en el escalafón de Lezama. No se han molestado ni en disimular: quieren un nombre cuyo solo enunciado sirva para acallar cualquier disputa. Una alfombra bajo la que esconder la basura.
Los nombres (y las fotos) de Ziganda, Garitano y Alkorta han salido en la prensa en lo que constituye una operación de distracción infumable. Me precio de tener la suerte de conocer a los tres y me llevaría una gran sorpresa si alguno de ellos se prestara a una operación de este pelaje. Afortunadamente no tienen ninguna necesidad y sí la suficiente inteligencia para no comprometer un futuro que, a poco que se lo propongan, puede ser suyo en unas circunstancias mucho mejores que las actuales.
Y si falla, como parece, la operación mirlo blanco, la alternativa es la ya conocida del aquí no ha pasado nada. Ya la han experimentado con éxito en el asunto de las entradas para la final, en el tema de la visita privada aunque publicitada de Rajoy, o en el rechazo del presupuesto por parte de la Asamblea.

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viernes, 12 de junio de 2009

Reflexiones acerca del fichaje de Cristiano Ronaldo

La discusión sobre la ética de gastar una cantidad desorbitada de dinero en un futbolista, no es de ahora. De toda la vida, quienes se manifiestan contrarios al fútbol, aquellos que lo califican como el opio del pueblo y todas esas cosas, han utilizado como uno de los preferidos de su panoplia argumentaria, el de los desmanes económicos que se perpetran en torno al balón, frente a los forofos que dan por bueno cualquier gasto con tal de ver a su equipo metiendo goles y ganando partidos sin atender a cualquier otra consideración.
La discusión viene de muy antiguo y también ha afectado al Athletic. El traspaso de Jesús Garay al Barcelona (acompañado por el del gran Gonzalo Beitia) sirvió, según cuenta la historia apócrifa, nada menos que para construir la tribuna norte de San Mamés. Años más tarde, el traspaso de Alexanco, otro central y también al Barcelona, supuso un récord para la época, 100 millones de pesetas de 1980. Siguiendo con la historia apócrifa, se dice que Beti Duñabeitia, deslumbrado por lo redondo de la cifra, se tuvo que aplicar con entusiasmo a despejar las dudas del jugador, que las tuvo hasta el último momento.
El Athletic también dio el campanazo cuando Arrate se atrevió a fichar al juvenil Joseba Etxeberria por 550 millones de pesetas de 1995. Antes, Aurtenetxe ya había desembolsado 300 millones por Loren. Pero, sin duda, el fichaje más espectacular fue el de Roberto Ríos, que costó nada menos que 2.000 millones de pesetas.
Conviene recordar que estas tres operaciones tuvieron un gran éxito de critica y público en el momento en el que se produjeron, convencida como estaba la afición de su idoneidad por encima de cualquier consideración económica. De la misma forma que esa misma afición, e idéntica crítica, saludaron con una cerrada y unánime ovación el contrato "vitalicio" que firmó Julen Guerrero cuanto era pretendido por unos y otros. Conviene recordarlo porque la desmemoria acostumbra a ser bastante dañina y, sobre todo, injusta.
Evidentemente, los 94 millones que acaba de gastar Florentino Pérez en el fichaje de Cristiano Ronaldo eclipsan no solo las ahora modestas cifras del Athletic, sino incluso los alrededor de 70 millones que el mismo presidente acaba de pagar por Kaká. (No me resisto a volver a recurrir a la historia apócrifa que sostiene que Florentino renunció al fichaje del brasileño en su anterior periodo en la presidencia madridista por lo cacofónico del sobrenombre del futbolista).
El fichaje del jugador del Manchester ha sido hoy portada de la mayoría de los periódicos, lo que certifica el impacto de la noticia. Y ya desde hoy se apunta el inicio del debate acerca de la consideración ética que merece la operación. Desde el papanatismo interesado de los que aplauden con las orejas en letra impresa, hasta quienes tildan de inmoral al presidente del Real Madrid, el abanico mediático es tan amplio como el abanico de colores que escribió Pemán para Lola Flores, quizá porque el objeto de esta discusión solo se puede dar en España o, como mucho, en Italia. Los dispendios de los últimos años en el fútbol inglés han venido sobre todo de la mano de Abramovich, un nuevo rico ruso que ha puesto patas arriba el hasta ahora ordenado fútbol de las islas.
Los defensores del negocio aseguran que Florentino Pérez puede rentabilizarlo mediante el merchandising, los derechos de imagen, la publicidad y los ingresos extra que le llegarán vía televisión o taquillas. Los contrarios rehuyen el argumentario economicista y hablan de ética o de moral, o sea, de valores y conceptos claramente en desuso en nuestros días. Me temo que tienen las de perder y que prevalecerá el brillo del oropel.
Triunfarán los redactores de la ley no escrita del fútbol, esa que en su primer y único artículo, condena o indulta en función de que entre la pelotita. Si el Real Madrid gana títulos, restaura el honor patrio de la meseta mancillado por el Barcelona, y vuelve a convertir a España en el imperio futbolístico donde nunca se pone el sol, todos los millones gastados se darán por buenos y tendrán la consideración de inversión. Si, por el contrario, la cosa no funciona en el campo, y la constelación sufre un eclipse general, Florentino Pérez habrá dilapidado (que no invertido) una fortuna, y habrá vuelto a demostrar que de fútbol no tiene ni idea.
Mientras calculamos todo lo que se podría hacer con la que está cayendo con los 300 millones de euros que dice que se va a gastar el Real Madrid, una legión de pendones, buscavidas, oportunistas, propietarios de restaurantes de lujo, agentes inmobiliarios y periodistas con bandera de conveniencia afilan los dientes y sacan los codos para hacerse un sitio en la barra libre. Es lo que hay. ¿Ética dice usted?. Pero qué cosas dice...

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miércoles, 3 de junio de 2009

Acabaremos fichando a Spiderman

Todos los años cuando llegan estas fechas suelo tener la tentación de abrir una lista con todos los nombres que suenan como posibles fichajes del Athletic. Sé que el departamento de prensa de algún club lo llegó a hacer para enseñarlo después a los periodistas. Tampoco se trata de practicar eso que los jueces llaman crueldad innecesaria.
Mi naturaleza desordenada y mi carácter opuesto a llevar algo parecido a un inventario en ningún orden de la vida, me impide año tras año caer en la tentación de la lista, y confieso que cuando llega septiembre me arrepiento porque sigo pensando que sería curioso repasar esa lista cuando los hechos se han consumado.
Para un club de fútbol uno de los momentos más complicados del año en lo que se refiere a sus relaciones con los medios de comunicación, suele ser precisamente este que va desde el final de la Liga al comienzo de la siguiente pretemporada. Es más de un mes sin noticias, demasiado tiempo como para que los medios de comunicación sobrevivan sin llevarse nada a la boca. Siempre he defendido a los colegas ante los directivos, entrenadores y jugadores que les acusan de inventarse noticias. No conozco a nadie que lo haga, y llevo años en esto, aunque confieso que también soy un ingenuo. Ahora bien, aunque nadie invente algo de la nada, sí es cierto que podríamos empapelar la Gran Vía con las páginas de periódico que se han llenado a partir de una frase suelta cazada al vuelo, de un gesto significativo de un directivo... o de una elipsis en la conversación con un intermediario. Todo, incluso lo que pueda parecer más fantasioso, tiene siempre un punto de realidad sobre el que se empieza a construir al historia. Luego depende, claro, de la capacidad imaginativa del redactor el adornar ese primer y mínimo ladrillo hasta acabar levantando toda una pared estucada y con gotelé.
No se trata de hacer una relación exhaustiva, escribo de memoria y seguro que algún nombre se me pierde, pero desde que ha acabado la temporada, en la prensa local y deportiva han salido relacionados con el Athletic los siguientes nombres: De Cerio, Xabi Prieto, Castillo, Azpilikueta, Monreal, Flaño, San José, Barkero, Goiria, Xabi Alonso, Arteta, Herrera, Joseba Llorente, Raúl García y Tornavaca. Quince. Si se les añaden dos porteros tenemos una plantilla completa. A Caparrós incluso le sobraría alguno.
Ya sé que por estos pagos no tenemos la exclusividad y que en todas partes cuecen las habas de los rumores. Esto ha sido solo lo que los italianos llaman un divertimento. Así cuando se cierre algún fichaje yo también podré anunciarlo tras la entradilla previa: "como ya anunció este blog..."

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