lunes, 30 de julio de 2012

Algunos temas para discutir sobre el Athletic a cuatro días del comienzo de la competición

El jueves empieza lo de verdad para el Athletic. Se acabó una pretemporada que comenzó torcida y que se ha desarrollado siempre con la sensación de que el equipo ha estado forzando la máquina, de prisa y corriendo, porque no le quedaba otra que llegar de la mejor forma posible al estreno oficial, ese que en la primera quincena de agosto marcará el devenir del resto de la temporada. No hace falta explicar la diferencia que existe entre estar o no estar en Europa, y no solo en términos económicos sino también deportivos.
Marcelo Bielsa ha diseñado una pretemporada inusual, con rivales de primer nivel desde el primer momento, que ha exigido a los jugadores bastante más de lo que suele ser habitual a estas alturas el año. Ha habido más marcadores negativos que positivos y en estos tiempos en los que el resultado importa hasta en los amistosos, las derrotas han colaborado a ensombrecer un poco más un ambiente que no se corresponde con que deberían estar disfrutando el Athletic y su afición después de lo que ocurrió el curso pasado.
Ha sido una pretemporada inusual, con mucho ruido mediático alrededor de Javi Martínez, pese a que es la situación contractual de Llorente la que más preocupa a corto plazo. Y es que al delantero ya solo le quedan apenas unos días para dar una respuesta definitiva al club. No es de recibo que Llorente comience la competición en esta situación de indefinición y la competición empieza el jueves. Si, como es previsible, Llorente juega ante el Slaven, aunque solo sea unos minutos, sería conveniente que lo hiciera con su renovación resuelta. Lo último que le faltaba al Athletic este verano es una grada dispuesta a expresar su opinión en el primer partido porque, como en el viejo chiste del cura y el pecado, parece evidente que la grada no es partidaria de este estado de cosas.
Las ausencias han mediatizado el verano, y está por ver qué influencia tendrá esta atípica pretemporada en las piernas de los jugadores más afectados dentro de unos meses. No han estado los internacionales, pero tampoco ha estado Amorebieta, con problemas desde el primer día que acabaron en una intervención quirúrgica que le mantendrá apartado del equipo un par de meses. La lesión de Aduriz después de su más que esperanzador reestreno, solo viene a confirmar que las cosas siempre pueden empeorar.
Pero si lo del delantero cabe incluirlo en el apartado de los gajes de oficio, lo del central merecería una reflexión por parte de todos los agentes implicados que, con seguridad, se ha tenido que producir en la intimidad de Lezama porque lo contrario sería incomprensible. Se sabía de los problemas de pubis de Amorebieta desde la temporada pasada, pero ello no le impidió jugar en Uruguay con Venezuela el 2 de junio, aunque ocho días después ya no pudo alinearse en el equipo que cayó ante Chile. Esta circunstancia no debió de parecer lo suficientemente ilustrativa para tomar entonces una decisión drástica. Se eligió lo que los médicos denominan un tratamiento conservador. Las vacaciones no fueron suficientes para arreglar el problema puesto que un mes después de disputado su último partido, Amorebieta se presentó en Lezama solo para concluir días más tarde que era necesario su paso por el quirófano.
En situación parecida podría encontrarse Ander Herrera a juzgar por su trayectoria en los Juegos Olímpicos y algunas declaraciones postpartido, suyas y del seleccionador Milla. Era conocido que el centrocampista acabó el curso pasado muy lastrado por una pubalgia y de las comentadas declaraciones se desprende que las molestias, lejos de remitir, han condicionado sobremanera su participación en los dos partidos que ha disputado la selección olímpica.
Otro de los ausentes de la pretemporada, Javi Martinez, ha dado síntomas de saturación tanto en su actuación contra Japón, como contra Honduras. En su caso, cabe recordar que se incorporó a la concentración de la selección olímpica tras disfrutar de tan solo once días de vacaciones tras la Eurocopa. Habrá que ver cómo influirá semejante verano en un jugador que basa buena parte de su fútbol en el poderío físico.
Quien parece atravesar un buen momento de forma es Muniain, ausente en el debut ante Japón por unas molestias, pero que fue uno de los mejores ante Honduras. Sin embargo, su comportamiento en el tramo final del partido no se corresponde con lo que se espera de un futbolista del Athletic en ninguna circunstancia. Ni es nuevo ni es la primera vez que Muniain se comporta de esa manera sobre un terreno de juego. No es sencillo cambiar la personalidad de nadie, pero se espera otra cosa de un chaval que está en Lezama desde que era un crío.
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miércoles, 25 de julio de 2012

El Athletic no puede seguir callado más tiempo

No hay políticas de comunicación buenas o malas por sí mismas; dependen de las circunstancias de cada momento o de su aplicación concreta a supuestos determinados. Y como no hay políticas de comunicación buenas o malas en términos absolutos, harían bien los responsables del Athletic en amoldar la suya a las necesidades de cada momento sin encastillarse en una estrategia que si bien pudo ser positiva en tiempos de elecciones e incluso a lo largo de la pasada temporada, empieza a desvelarse como contraproducente durante este verano que está siendo demasiado largo para los intereses del club. A lo mejor todo proviene de un error de cálculo y los que diseñaron esta estrategia no previeron lo obstinados que pueden llegar a ser algunos personajes cuando se empeñan en agitar las aguas. Parece mentira que después de una temporada tan brillante como la anterior, cuando todo anunciaba un verano ilusionante, pleno de perspectivas positivas para un proyecto deportivo contrastado y en crecimiento, el club esté metido todo el día en el ojo del huracán y bajo amenaza de ruina. Está claro que ni el Athletic ni nadie se puede dedicar a desmentir todo lo que de él se dice y escribe, porque necesitaría recurrir a bastante personal a la tarea y a jornada completa. Pero empieza a urgir que desde Ibaigane se ofrezcan algunas explicaciones que le permitan volver a tomar el control de la situación. El silencio solo alimenta los rumores, no importa lo disparatados que estos sean, y los rumores constituyen el mejor caldo de cultivo para la inestabilidad. Al error de cálculo sobre la contumacia de los medios tradicionales, habrá que añadir ahora el efecto multiplicador y absolutamente descontrolado de las redes sociales. Da la impresión de que Ibaigane tampoco ha acertado a valorar su incidencia pese a que tenga la web como principal y casi única herramienta de comunicación y mantenga perfiles institucionales en dichas redes.
Básicamente, cuando el pasado 25 de mayo acabó la competición oficial, el Athletic tenía dos grandes frentes abiertos: la renovación de Llorente, enquistada desde el mandato precedente, y el incipiente interés de diversos clubes por Javi Martínez. Entonces, recordémoslo ahora, Llorente era la indiscutible estrella mediática.
Desde la primera semana de julio, con el regreso al trabajo, se abrió un tercer frente con la crisis que generó la reacción de Marcelo Bielsa al estado de las obras de Lezama, la pésima respuesta del club y el estrambótico cierre (¿en falso?) del asunto con aquella nota publicada en el más efímero perfil que haya conocido nunca facebook y de cuya génesis y gestión cabría hablar largo y tendido.
Si seguimos el hilo de las informaciones publicadas hasta la fecha nos encontramos con que el primer frente, el de Llorente, se entrelaza ahora con el tercero, el de Bielsa, con lo que el enredo empieza a adquirir dimensiones monumentales ante el estupor del aficionado y el silencio de los protagonistas.
Fieles seguidores de la máxima que asegura que en boca cerrada no entran moscas, los mandatarios del Athletic han conseguido la paradoja de provocar un ruido infernal con su silencio. Día sí y día también, el seguidor del Athletic se desayuna con titulares que harían palidecer de envidia a los más reputados tabloides ingleses. No importa que el texto consiguiente no sea más que una repetición de lo ya publicado una docena de veces o, directamente, el resultado de copiar y pegar lo escrito la víspera por otro medio. Lo que en principio pudo parecer solo fruta del tiempo, serpientes de verano que sirven para llenar espacios y papel, simples ejercicios de redacción imaginativa de haberse cortado a tiempo, está degenerando en algo mucho más serio porque el monstruo se ha retroalimentado hasta adquirir proporciones preocupantes.
Por seguir con el orden inicial, en el primer frente ya se ha alcanzado un punto de no retorno con Fernando Llorente. El mejor delantero que ha tenido el Athletic en muchos años lleva camino de ganarse al inquina de un sector mayoritario de la afición. A un año de la finalización de su contrato, su alineación en el equipo sin firmar la renovación se antoja un ejercicio insoportable para la grada; pero lo peor es que incluso si ahora renueva, nada garantiza que estaría a salvo de la censura en cuanto cometiera el primer error en el terreno de juego. No se trata ahora de asignar responsabilidades porque, probablemente, las hay para repartir; se trata simplemente de constatar una situación absolutamente lamentable para el club.
Es en el asunto del interés de otros clubes por Javi Martínez donde el silencio institucional es más clamoroso y el efecto multiplicador de las redes sociales más dañino. El penúltimo episodio ha sido una información publicada en un medio catalán que apuntaba a una reunión entre Urrutia y Zubizarreta. No hay confirmación oficial de que se haya producido ni, de haber sido así, en que términos de ha desarrollado. Pero, descartada la invención pura y dura del medio a falta de desmentido, es fácil deducir en cuál de las partes está el origen de la filtración siguiendo el contrastado método de preguntarse a quién beneficia. Lo que no se entiende es que la otra parte siga sin decir nada del asunto, permitiendo que medios y aficionados sigan dejando volar su feraz imaginación.
Resulta incomprensible que el Athletic no haya alzado la voz una sola vez aunque solo sea para censurar la falta de ética de clubes y personajes, algunos viejos conocidos, que ante la imposibilidad de alcanzar el precio estipulado en la cláusula, no se paran en barras a la hora de desestabilizar a un jugador con contrato en vigor hasta 2016, con ofertas, presiones y nauseabundos ejercicios de adulación.
Respecto a la situación de Marcelo Bielsa, a la crisis abierta por el tema de las obras, se añade ahora una presunta mala relación con Llorente que algunos, ¡faltaría más!, no dudan en extender a otros miembros de la plantilla. Incomunicado además con el presidente por voluntad propia, el técnico no puede esperar un trato considerado por parte de unos medios a quienes censuró sin ahorrarse calificativos. Viniendo de un hombre a quien se la ha adjudicado el capricho de construirse una chimenea en Lezama, del que se dio por hecho que puso como condición innegociable para renovar que se le habilitara una vivienda en las instalaciones, al que se acusó de querer despedir al jefe de los servicios médicos del club y de quien todavía se sigue diciendo que pateó a un jefe de obra, lo cierto es que su censura a los medios parece razonablemente justificada.
En resumen, a fecha de hoy tenemos al Athletic con la renovación de su mejor delantero bloqueada y sin visos de solución, con uno de los puntales del equipo acosado desde hace un mes por cantos de sirena y ofertas sin cuento por parte de quienes no tienen dinero para pagar su cláusula y no dudan en ofender al Athletic acusándole de obcecado por no ceder a sus pretensiones, y con un entrenador que no se habla con el presidente y al que ahora se le achaca además que se lleva mal o, directamente, no se lleva, con su mejor delantero. ¿No merecería todo esto alguna explicación?
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viernes, 20 de julio de 2012

Tres apuntes para hablar del Athletic

Fernando Amorebieta pasa hoy por el quirófano de la doctora Ulrike Muschaweck en Munich. Es una vieja conocida del Athletic. En el verano de 1995 el club entró en contacto con la doctora siguiendo la recomendación del médico del Bayern Munich. Por entonces Muschaweck llamaba la atención de la comunidad médica por la novedosa técnica que empleaba para intervenir los problemas de pubis y que acortaba significativamente los tiempos de recuperación de la lesión. Iñigo Larrainzar fue el primer león que pasó por su quirófano. No solo la técnica quirúrgica era novedosa. La clínica de la doctora Muschaweck ocupaba la última planta del hotel Arabella de Munich y los pacientes hacían el postoperatorio en una cómoda habitación de una instalación de lujo. En realidad pasaban poco más que una noche. Apenas veinticuatro horas después de la intervención, Iñigo Larrainzar se incorporó a la concentración de pretemporada que sus compañeros realizaban en Stuttgart, tiempos de Stepi, con la recomendación de que comenzara a ejercitarse al día siguiente, algo asombroso entonces en operaciones de este tipo. Los jugadores del Athletic han seguido visitando a la doctora alemana durante todos estos años. Ha habido altibajos, momentos de mayor o menor fe en el método; resultados brillantes y otros, no tanto. Los asuntos médicos también suelen estar sometidos a las modas. Ahora toca volver a confiar en la ciencia alemana que, de siempre y en todos los campos, ha tenido un gran predicamento entre nosotros. Que sea para bien.

Javi Martínez y el Bayern Munich, Javi Martínez y el Barcelona, Javi Martínez marca el gol de la victoria de la selección olímpica contra México, Javi Martínez se fotografía con el chandall olímpico que, según la inagotable cantera de humoristas que se citan en twitter, no es una indumentaria para ir a recoger una medalla de oro sino más bien para ir a robar cobre. Javi Martínez por aquí, Javi Martínez por allá. El chaval de Aiegi se ha convertido en el protagonista del verano, y todavía quedan días de mucho calor y pocas noticias. Pero parece que su estrella mediática se apaga a medida que el personal va viendo claro cuánto dinero son 40 millones de euros. Es mucho, claro, demasiado incluso para la burbuja del fútbol que como la del ladrillo, empieza a mostrar síntomas muy preocupantes de pérdida de aire. Habrá que ver qué papel hace Javi Martínez en los Juegos, aunque mucho tendría que destacar como para que alguien se anime a recuperar la cantinela de su fichaje. Los alemanes, otra vez los alemanes siempre tan serios, ya han anunciado que ellos no van a este envite, que son muchos millones incluso para ellos. Lo ha dicho Rummenigge a quien hay que conceder cierta autoridad. Tito Vilanova, el nuevo entrenador del Barcelona, ha preferido la vía del desprecio, como la zorra de la fábula con las uvas. Según sus cálculos, hay cuarenta o cincuenta jugadores como Javi en Europa. No se había fijado en ellos hasta que alguien le ha hecho ver la altura que alcanzan 40 millones de euros puestos uno encima de otro.

Josu Urrutia y Marcelo Bielsa han sido también protagonistas y hay quien se empeña en que sigan siéndolo cada vez que se vayan de viaje. Se apuntó en este blog y, lamentablemente, se ha confirmado en los dos desplazamientos que ha hecho el Athletic hasta la fecha. Al regreso disponemos de un informe completo de las andanzas del presidente y del entrenador por las salas de espera de los aeropuertos. Sabemos que no hay miradas cruzadas, ni gestos de entendimiento; que no comparten barra en la cafetería en alegre camaradería y que hacen como que no se ven por muy cerca que estén uno de otro. Que se ignoran como dos novios despechados, mientras disimulan refugiados en sus respectivos círculos de amistades. El Athletic hizo el año pasado más de tres decenas de viajes y no se tiene memoria, ni fotos, de escenas de sofá de Bielsa con el presidente ni con nadie, pero eso es lo de menos. Ahora lo que importa es subrayar la distancia; que no decaiga el ambientillo enrarecido. De algo hay que hablar en los viajes, que tan pesados resultan siempre, y algo hay que contar a la vuelta a las amistades. Qué le vamos a hacer...

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miércoles, 18 de julio de 2012

El Athletic se encontró con un escenario y un rival inesperados a estas alturas del verano

A estas alturas del verano y de la pretemporada dos partidos en cinco días, con desplazamientos incluidos, contra rivales que no son precisamente de Segunda B y sin poder contar con los mejores elementos de la plantilla, son muchos incluso para un equipo de Bilbao. Al Athletic le dieron un revolcón en Casablanca, nada trascendente ni que no tenga arreglo pero que da la medida de dónde está ahora mismo el equipo, a falta de dos semanas para su primer partido oficial. Hacía mucho calor y los jugadores se habían bajado del avión horas antes; sus piernas siguen sometidas a ese régimen de sobreexplotación propio de cada pretemporada y les pesan más de la cuenta cuanto les exigen velocidad; no la tienen. A estas alturas se trabajan otras cosas: potencia, fuerza, resistencia...La velocidad llegará más tarde, esperemos que a tiempo pero, de momento, es lo que hay.
Para colmo, el Athletic que viajó con cuerpo de amistoso, se encontró con un escenario y un rival inesperados. Un campo prácticamente lleno de un público entregado que hizo alarde de todas sus habilidades: olés, olas y unos alardes pirotécnicos que en cualquier campo europeo acaban con la clausura del estadio para varios partidos y los responsables en la cárcel. Lógicamente, el rival estuvo a la altura del escenario. El Raja no es un mal equipo aunque en condiciones normales pareció inferior al Athletic, pero su nivel de motivación y sus ganas de agradar estaban varios pisos por encima del nivel de un grupo que se presentó en el campo pensando que aquello iba a ser solo un buen entrenamiento y se encontró con la final de la Champions a casi cuarenta grados de temperatura.
Un penalti inexistente, un fallo de Raúl y otro compartido entre Gurpegui e Iraizoz facilitaron los tres goles de los marroquíes. Marcaron otro, bien anulado por el árbitro y pudieron hacer un par más de haber afinado la puntería. En medio, Toquero acortó distancias con un cabezazo a bocajarro, rematando completamente solo en el área pequeña un buen centro de Ibai Gómez. Pareció entonces que el Athletic despertaba, pero fue solo un amago.
Bielsa repitió punto por punto los pasos que dio en Grenoble cinco días antes. Empezó con el mismo equipo, aunque con Raúl en la portería, e hizo los mismos cambios, casi en los mismos minutos, e idénticos movimientos en la pizarra. Parece que tiene muy claro lo que tiene y lo que busca aunque, de entrada, llama la atención el irregular reparto de minutos, con un jugador como Aurtenetxe que ya ha jugado dos partidos completos y otro como Aduriz que no ha pasado de la hora.
Como ante el Olympique, el segundo tiempo, tras los cambios, fue mejor que el primero lo que ya da una pista. El arranque fue aceptable, con el balón en los pies de los rojiblancos y el partido en el campo del Raja, pero duró poco. En la primera aproximación de los marroquíes, el árbitro castigó con penalti un cruce limpio de Ekiza; una graciosa concesión a la galería, vamos. Metouali lo ejecutó al estilo Panenka, tan de moda últimamente. Corría tan solo el minuto doce.
Cambió por completo el guión del partido. El Athletic, que hasta entonces había hecho un trabajo aseado en el centro del campo, aunque sin asomarse al área contraria, perdió el balón y los papeles. Menos de diez minutos tardó el Raja en hacer el segundo gol. Karrouchy arrancó en el centro del campo y se fue como un avión sorteando a unos cuantos carretones vestidos de rojiblanco. Su remate raso y cruzado parecía destinado a la línea de fondo o a las manos del portero, pero se coló tras tocar en el poste contrario. El gol fue muy parecido al que encajó Raúl ante el Olympique, como si el portero tuviera un problema especial ante esa clase de remate. Si en Grenoble tardó una eternidad en tirarse, en Casablanca pareció hacerlo antes de tiempo y en ambos casos lo hizo con los brazos encogidos.
Iraizoz, Gurpegui, Castillo e Ismael López sustituyeron a Raúl, Ekiza, Iturraspe y Susaeta en el descanso. Gurpegui ocupó el eje de la defensa, Iñigo Pérez se fue al puesto de Iturraspe dejando a Castillo en el lateral e Ibai Gómez se cambió de banda para dejar sitio en la izquierda a Ismael López.
A los tres minutos, Toquero acortó distancias y pareció que el Athletic había vuelto al campo con otra disposición, pero cinco minutos más tarde un error de colocación de Gurpegui y la media salida de Iraizoz facilitaron el tercer gol del Raja. A falta de media hora, Bielsa completó su guión sacando a Aduriz, Markel Etxebarria e Igor Martínez por Toquero, Iraola e Ibai. Para entonces el rival también se había metido de lleno en la dinámica de cambios, por lo que el partido entró en una fase de escasa concreción. Aduriz tuvo el gol en la punta de su bota tras pelear un balón dentro del área, pero el remate se le fue desviado; Ismael López puso un par de centros que ratificaban que lo del partido anterior no fue casualidad y Castillo reivindicó que su condición de lateral específico puede aportar un valor a este equipo.
Al Athletic le tocó sufrir y perder además de pasar calor; una delicia de viaje, vaya, pero nada que no esté previsto en el programa de una pretemporada. Lo bueno es que el equipo lleva dos test de calidad, ante rivales muy exigentes; es lógico que afloren las carencias en forma de errores individuales y colectivos. Lo malo es que restan solo quince días para el primer partido de competición oficial. La duda estriba en si el equipo llegará a tiempo. Este fin de semana nos dará más pistas
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martes, 17 de julio de 2012

La convocatoria de Bielsa para el segundo amistoso no deja lugar para la duda

No es ningún secreto que Marcelo Bielsa es hombre de ideas fijas y que una vez tomada una decisión es difícil, por no decir imposible, convencerle de que cambie. Resulta que el técnico del Athletic suele tomar sus decisiones después de un largo y profundo proceso de meditación, así que es lógico que resulte complicado hacerle ver la conveniencia de una rectificación. Ocurre así, por ejemplo, en la elección de los jugadores con los que va afrontar la temporada. Quiere plantillas cortas, manejables en los entrenamientos y adecuadas al diseño de su plan de trabajo. E incluso a lo largo de la competición esa plantilla exigua puede quedar reducida a la mínima expresión en cuanto a número de jugadores realmente utilizados, tal y como pudimos comprobar la pasada temporada. Desde que está en el Athletic a Bielsa solo se le conoce una rectificación de calado. Descartó a Iñigo Pérez pero acabó utilizándole durante el año y este verano sigue contando con él. El resto de sus descartes sigue donde estaba.
Orbaiz, Ustaritz, Cerrajería y Zubiaurre ya sabían que no tienen sitio en los planes del técnico. Ahora se les ha sumado David López, fichado hace cinco temporadas de Osasuna en pleno proceso electoral por el peculiar sistema del consenso entre los candidatos. Ese consenso entre los aspirantes a presidir el club, que contó además con el aplauso unánime del socio, presentaba al jugador como una de las soluciones más importantes a la tremenda crisis que sufría entonces el equipo. Llegó con etiqueta de futbolista decisivo pero su rendimiento fue menguando durante la época de Caparrós hasta quedar en testimonial el primer año de Bielsa. David López nunca ha llegado a ser en el Athletic el jugador que brilló con la camiseta rojilla. Sigue siendo un buen futbolista, de técnica reconocible y excelente toque a balón parado que, por las razones que sean, no ha terminado de dar en el Athletic el rendimiento que se esperaba de él. Con un año de contrato por delante y una ficha acorde con su condición de fichaje estrella, la solución a su situación no parece sencilla. Al parecer, Celta, Deportivo y Zaragoza se han interesado por hacerse con sus servicios, que viene a ser como decir que un becario se ha acercado a una concesionaria de Porsche a preguntar por algún modelo. Ninguno de esos tres equipos tiene solvencia económica no ya para afrontar un traspaso sino ni siquiera para hacerse cargo de la ficha que abona el Athletic al futbolista, por lo que David López tendrá que elegir entre cobrar de Ibaigane pasando un año en blanco o renunciar al dinero y jugar en algún otro equipo.
Tiene trabajo por delante la dirección del Athletic para aligerar el peso de la plantilla a lo largo del verano y es un trabajo importante, tanto en el orden económico como en el deportivo. No hace falta explicar lo antieconómico que resulta pagar a alguien con el que no se cuenta para hacer un trabajo, pero en lo deportivo tampoco es plato de gusto para nadie tener en la plantilla, conviviendo y entrenando a diario, a una serie de jugadores que todo el mundo sabe que no cuentan para el entrenador. Ni los afectados, ni sus compañeros, ni el propio responsable de la decisión pueden estar cómodos en esa situación. Si, además, Bielsa argumenta que su presencia ocupa el espacio al que deberían acceder las promesas de la cantera, es obvio que urge una solución a la que también los propios afectados podrían aportar ideas.
La convocatoria para el segundo amistoso ha despejado cualquier duda que alguien podría albergar todavía respecto a los planes de Marcelo Bielsa. Contra el Raja Casablanca jugarán los dieciocho disponibles de la plantilla, una vez descartados internacionales, lesionados y enfermos, es decir, que el Athletic jugará con solo deiciséis hombres de campo, máxima exigencia desde el principio.
Poco cabe decir del rival, el Raja Casablanca, elegido como el tercer mejor equipo de Africa del siglo pasado, que tampoco es mucho decir, y formado por jugadores marroquíes en su inmensa mayoría con algunas aportaciones del fútbol africano, ninguna de ellas conocida del gran público. Como referencia para el aficionado, cabe señalar que en la temporada 2003-04 fue entrenado por el exseleccionador francés Henry Michel y en la 2006-07 por Paco Fortes, un delantero que llegó a alternar con Cruyff en el Barcelona a mediados de la década de los 70.
Lo que más debe preocupar al Athletic esta noche es la dureza con la que se emplean generalmente los futbolistas marroquíes, muy partidarios casi siempre de practicar el otro fútbol, ese eufemismo que sirve ahora para esconder lo que toda la vida se ha conocido como marrullería.
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lunes, 16 de julio de 2012

Un año con Bielsa

Hace algo más de un año, el 13 de julio, llegó Marcelo Bielsa a Lezama. Dos días después, el 15, dirigió su primer entrenamiento sobre el terreno en el campo de La Oliva, lugar de concentración de los leones entonces. Han pasado doce meses desde que el técnico recaló en el Athletic de la mano de Josu Urrutia. También hace un año, e incluso más, la polémica, interesada, acompañó los primeros pasos del rosarino como rojiblanco. Durante la campaña electoral se llegó a poner incluso en duda que Marcelo Bielsa se hubiera comprometido con la candidatura de Urrutia, hasta el punto de que el equipo del futuro presidente tuvo que improvisar una accidentada presentación a través de videoconferencia, donde el entrenador explicó el trabajo que ya había adelantado en cuanto a conocimiento de los que serían sus pupilos. Celebradas las elecciones el día 7 de julio y proclamada vencedora la candidatura de Urrutia, no acabó la inquietud en torno al técnico, que tardó seis días en llegar a Lezama, tiempo suficiente para que no faltaran las más disparatadas conjeturas. Luego llegaron los descartes, la segregación del grupo de los jugadores con los que el entrenador no contaba y el consiguiente incidente con mediación de la AFE incluida. No, no se puede decir que lo que rodea a Bielsa tenga mucho que ver con la rutina porque doce meses después, justo cuando se cumplía el año de la victoria electoral de Urrutia, estalló el ya famoso lío de las obras que, afortunadamente parece reconducido y en vías de solución, aunque esté haciendo falta doblar los turnos de trabajo.
Pero al margen de algún recalcitrante, que los hay, la opinión generalizada coincide en que el año pasado con Bielsa es una de las mejores cosas que le han ocurrido al Athletic desde hace muchísimo tiempo. Buena prueba de ello es la sensación de pánico y desolación que se apoderó de la masa social rojiblanca cuando el cruce de declaraciones y notas en torno al follón de las obras hizo temer por la continuidad del argentino al frente del equipo. Nunca antes un entrenador que no ha aportado un solo título a la entidad ha recibido semejante reconocimiento popular. Algo similar ocurrió cuando los tristes sucesos de enero de 1986 pero el protagonista entonces fue un Javier Clemente ganador de dos Ligas, una Copa y una Supercopa, y hombre de la casa desde sus tiempos de futbolista. Ahora estamos hablando de un técnico que hace doce meses no solo no tenía vinculación alguna con el club, sino que su nombre apenas sonaba de oídas a la mayoría de la masa social.
El fútbol del Athletic ha dado un giro copernicano de la mano del entrenador de Rosario y ha recuperado virtudes que fueron santo y seña de la entidad y que llevaban demasiado tiempo relegadas a la condición de leyenda por culpa de un pragmatismo mal entendido y una cada vez más alarmante deriva hacia el conformismo a base de usar las señas de identidad del club como disculpa de mediocres en lugar de hacerlas valer como fortaleza.
De la mano de Bielsa el Athletic ha recuperado el viejo estilo, la fiereza, la ambición, la convicción de que se puede ganar en cualquier escenario y ante cualquier rival. Presionar arriba y llegar cuanto antes al área contraria, confiar en las propias posibilidades, no volver nunca la cara, no refugiarse en un victimismo interesado...son las caracteristicas de siempre que han hecho grande al Athletic y que hemos visto recuperadas este último año. Claro que el juego admite matices y que este equipo no juega como lo hacía el de comienzos de la década de los ochenta; pero tampoco aquel jugaba como lo hacía el de los cincuenta o el de los cuarenta. La lógica adaptación a los tiempos, la adecuación del estilo al perfil de cada grupo de futbolistas es obligada pero no oculta los cimientos donde lleva asentándose todo el entramado a lo largo de más de cien años: orgullo y confianza ciega. La mejor explicación se resume en la anécdota de un histórico rojiblanco, ni mucho menos uno de los más dotados técnicamente, quien cuando el entrenador le confió en la caseta la tarea de marcar a DiStéfano, le respondió: "Que me marque él a mí".
Bielsa ha logrado este año recuperar ese espíritu y la afición lo ha agradecido incluso por encima de los resultados. Era fundamental que el trabajo tuviera continuidad y ahora toca asentar y mejorar lo ya hecho. La exigencia del fútbol tiende siempre a poner el listón un poco más alto cada vez, aunque mejorar lo del año pasado parece prácticamente imposible. Sin embargo el propio técnico ha explicado que cuando reflexionó sobre las dos finales perdidas lo hizo planteándose una disyuntiva: el equipo no da para más o todavía no ha alcanzado su techo y tiene margen de mejora. Eligió la segunda opción y por eso renovó. Hay motivo para ser razonablemente optimistas aunque hay detalles decisivos que siguen sin resolverse. La continuidad de Llorente y de Javi Martínez es fundamental en un proyecto reforzado con la llegada de Aduriz, a la espera del rendimiento de las promesas que vienen desde abajo. No hay noticias del delantero desde que acabó la Eurocopa y su nombre parece haber desaparecido de las agendas de directores deportivos, intermediarios y periodistas. El nombre de moda ahora es Javi Martínez aunque cada día que pasa se refuerza la impresión de que se pronuncia y se escribe porque no hay nada mejor que hacer a la espera de noticias de más calado. Incluso en Barcelona, principal y casi único foco de agitación, se empiezan a leer apelaciones a la sensatez advirtiendo de lo improcedente de pagar por un futbolista una cantidad astronómica en momentos de zozobra económica general. No vendría nada mal que esa apelación a la sensatez encontrara eco en los propios interesados y en sus entornos respectivos.
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sábado, 14 de julio de 2012

Aduriz protagoniza el estreno del Athletic

Es temerario extraer cualquier conclusión del primer amistoso de una pretemporada sea cual sea el resultado, la talla del rival y las circunstancias del partido. El Athletic se presentó ante el Olympique de Lyon con cuatro días de entrenamiento con balón, siete de preparación física y sin cinco de sus titulares indiscutibles, internacionales todos ellos. Pero algún apunte hay que tomar de este estreno en el que uno de los recién llegados, Aduriz, se convirtió en el protagonista marcando los dos goles del equipo, el primero de penalti inexistente inventado por él mismo después de un mal regate al portero y el segundo peinando en el área pequeña un centro de mucha calidad de otro recién llegado, Ismael López, que hasta entonces anduvo recorriendo la banda arriba y abajo intentando enterarse de qué va esto del fútbol en la élite.
Por empezar por los principios generales digamos que el Athletic no ha olvidado el fútbol del año pasado y sigue fiel a su guión. Sin cinco titulares, los que empezaron el partido nos recordaron desde el primer minuto al equipo de la pasada temporada: control del balón, ocupación de los espacios y aprovechamiento de las bandas para llegar al área contraria en oleadas. Claro que también hubo pérdidas absurdas en el centro del campo, imprecisiones en el pase y punto de mira desviado en el momento de rematar, problemas todos, o casi todos, achacables a la falta de ensamblaje propia de la alineación y de la fecha.
El Athletic empezó el verano con Iraizoz en la portería; Iraola, Ekiza, Aurtenetxe e Iñigo Pérez en la defensa; De Marcos, Iturraspe y Ruiz De Galarreta en el medio campo y Susaeta, Toquero e Ibai Gómez arriba. Enfrente había un equipo con tipos como Sissoko, Gourkouff, Yattara o Lisandro, con diez días más de entrenamiento y algún partido jugado. El bonito arranque del Athletic se vio pronto neutralizado y poco a poco los franceses se fueron haciendo con el partido aunque sin establecer nunca la superioridad que le debe corresponder a estas alturas del verano a un equipo más rodado. Al contrario, aunque el dominio territorial era del Olympique y el balón rondaba más el área de Iraizoz, el Athletic firmó dos llegadas de Toquero y Susaeta que le debieron dar ventaja en el marcador. Las ocasiones se produjeron gracias a buenas triangulaciones en la zona ancha, partiendo desde Iturraspe y con continuidad en Iraola para explotar la banda y la velocidad de los puntas con pases en profundidad a la espalda de la defensa rival; fútbol de memoria que traía los buenos recuerdos del año pasado.
Un balonazo al larguero de Yattara completamente solo dentro del área por culpa de un desajuste defensivo, sirvió de recordatorio de algunos fallos de posicionamiento y pérdidas de balón en el centro del campo por intentar jugarlo en situaciones en las que las piernas no están todavía para obedecer las órdenes del cerebro.
El partido nos recordó también la aversión de Bielsa a los cambios. Mientras su colega Garde aprovechaba el descanso para cambiar a todo el equipo, dejando sobre el césped únicamente a sus dos centrales, el técnico rojiblanco prefirió dosificar las sustituciones. Iraizoz, Iraola y Susaeta no regresaron del vestuario y fueron sustituidos por Raúl, Markel Etxeberria e Ismael López. Sobre la hora de juego entraron Igor Martínez, Gurpegui, Castillo y Aduriz en los puestos de Iñigo Pérez, Ruiz de Galarreta, De Marcos e Ibai Gómez, lo que generó una serie de retoques que cambiaron completamente el aspecto del equipo. La defensa quedó formada por Etxebarria, Ekiza, Aurtenetxe y Castillo con Gurpegui por delante, Iturraspe más adelantado, Ismael López en el costado izquierdo, Igor Martínez en el derecho y Toquero con Aduriz en el eje del ataque.
El batiburrillo táctico no despistó al equipo que siguió desenvolviéndose con comodidad aunque muy plano, ante un rival totalmente renovado pero carente de chispa. Un tiro raso y cruzado de Zeffane sin aparente peligro, sorprendió a un Raúl que hasta entonces había resuelto su escaso trabajo sin problemas, pero que falló en esta acción. Corría el minuto 77 y la lógica dictaba que tal y como estaban las cosas el gol podía decidir el partido, pero fue entonces cuando ocurrió lo impensable. Como tantas otras veces en tantos partidos de la pasada temporada. El Olympique se vino abajo, el Athletic enganchó sus mejores minutos y Aduriz le dio la vuelta al marcador con dos goles que tuvieron en medio un cabezazo de Toquero al palo tras un excelente servicio de Castillo desde la banda izquierda.
El resultado de un amistoso no es importante, pero siempre es mejor ganar que perder. Eleva la moral, refuerza la autoestima y alimenta la confianza. Que Aduriz marque dos goles en su reestreno con el Athletic, tampoco es baladí; los delanteros viven del gol y marcar un par en media hora sobre el campo tiene que animar a cualquiera aunque no esté a prueba.
Hubo más cosas en el Athletic que jugó en Grenoble, como la presencia de Aurtenetxe en el eje de la defensa haciendo pareja con Ekiza, la de Gurpegui por delante de los centrales para ir acumulando los minutos que le faltan; los mismos que a un Igor Martínez que volvió a la actividad o a Castillo que regresó a la banda izquierda. De los nuevos, ya queda dicho que Ismael López demostró finura y atrevimiento en la jugada del segundo gol, después de andar muchos minutos como un pulpo en un garaje intentando tomarle la medida al asunto, Markel Etxebarria apuntó maneras y bravura, que no ocultaron su condición de novato y Ruiz de Galarreta no desentonó mientras estuvo en el campo. La movilidad, las ayudas en defensa de todo el mundo, el despliegue con mucha gente o alguna finezza al primer toque, pusieron de manifiesto que los chicos tienen bien interiorizado el ideario futbolístico de Bielsa. No estuvo mal para empezar.
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viernes, 13 de julio de 2012

La mejor noticia para el Athletic
es que se empiece a hablar de fútbol

Primer partido de la pretemporada. Por fin llega el fútbol aunque sea en versión amistosa, y en el entorno del Athletic se podrá empezar a hablar del juego, de éste o de aquel jugador, de aquella o de la otra posición en el campo. Es lo mejor que le puede ocurrir a un club que se ha metido en un lío nada más regresar al trabajo y que no acaba de deshacerse del acoso de los rumores que la cercan desde antes de la pasada primavera. Lo segundo tiene mala solución, sobre todo porque no está en su mano; lo primero parece que está en vías de arreglo, aunque éste sea solo de compromiso, aunque no es poco para empezar después de lo que ocurrió la semana pasada.
Lo de los rumores acerca del futuro de algunos jugadores rojiblancos es otra cuestión. Son tantos los intereses que los ponen en circulación que no hay manera de atajarlos de una manera razonable. Hoy mismo podemos comprobar que ni siquiera es suficiente una declaración de parte por muy tajante que sea ésta. Javi Martínez afirmó ante las cámaras de A3TV que se ve en el Athletic hasta 2016 fecha en la que termina su contrato. Es él quien lo dice, no las habituales 'fuentes de su entorno' o las tan manidas 'personas cercanas al jugador'. Pero eso no desanima a los esforzados del rumor. 'Sport' apela a un video que el jugador colgó en su twitter para demostrar lo equivocados que están quienes interpretan la pieza que emitió A3TV. Que el video que colgó el jugador sea exactamente el mismo que publicó la emisora de televisión es lo de menos. 'El Mundo Deportivo' por su parte, recurre a una parte de una entrevista a Irureta en la COPE donde el técnico señala que Javi Martínez sería un buen jugador para el Barcelona, lo que a estas alturas debe de constituir una noticia de primer orden. Pero no solo son los medios catalanes los que insisten. 'El Correo' alerta de una posible venta de Afellay por parte del Barcelona en un intento de recaudar el suficiente dinero para pagar la cláusula del jugador, 40 millones más los impuestos correspondientes, una cifra que de realizarse la operación significaría la más alta del mercado mundial en mucho tiempo.
La intensidad con que desde Barcelona alumbran el interés del club azulgrana por Javi Martínez ha eclipsado a la otra estrella del fimamento de los rumores. De pronto, nadie se acuerda de Fernando Llorente, colocado en media docena de equipos hace apenas un par de meses, portada diaria de periódicos y actualmente disfrutando de sus vacaciones en el más feliz de los anonimatos y comprobando lo efímera que puede llegar a ser la vida del artista.
Pero hablemos de fútbol porque el Athletic se estrena hoy en Grenoble ante el Olympique de Lyon, un rival inusualmente potente para ser el primer sparring del verano, aunque la premura de tiempo (el 2 de agosto empieza la competición oficial para el Athletic) condiciona la pretemporada de forma extraordinaria.
La primera convocatoria de Marcelo Bielsa, privado de todos sus internacionales, nada menos que cinco titulares indiscutibles y San José, casi medio equipo, es interesante no por los llamados sino por los descartados. No viajan a Grenoble Amorebieta, que ha regresado al trabajo arrastrando algunas molestias, Ustaritz, Cerrajería, David López, Zubiaurre y Orbaiz.
Los jugadores con los que no contaba a los que se refirió el técnico argentino en su célebre rueda de prensa, ya están señalados. No hay sorpresas, salvo la relativa de David López, un futbolista con el que Bielsa apenas contó la pasada temporada y que tampoco supo aprovechar las escasas oportunidades que disfrutó. El resto no estuvo el año pasado y era previsible que no estuviera ahora. El problema para los responsables es cómo colocarlos en un mercado paralizado sin sufrir una avería en el balance económico. Son jugadores con ficha en vigor, y no barata precisamente en algunos casos, cuya venta a un precio interesante para el club está prácticamente descartada y cuya cesión se antoja más complicada incluso que hace un año si se intenta realizar en condiciones no gravosas para el Athletic.
Es una gran noticia que entre los que están en la lista figuren Gurpegui, Igor Martínez y Castillo. El primero será, sin duda, el tercer fichaje del año para Bielsa. Gurpegui es un jugador contrastado que no necesita presentación y que ofrecerá un rendimiento inmediato más que interesante. Igor Martínez parece un jugador del gusto de Bielsa, así que habrá que contemplarlo como alternativa en una zona del campo que ya tiene muchas variantes y en cuanto a Castillo, el técnico parece confiar en él para cubrir ese lateral izquierdo en el que Aurtenetxe tuvo que cumplir un papel más que meritorio a lo largo de toda la temporada pasada, jugando en un puesto que no es el suyo.
Ruiz de Galarreta y Etxebarria son la aportación joven, la savia nueva que promete pero a la que, de momento, no se le puede exigir más que ilusión. Esta noche empieza a rodar el balón. ¡Ya era hora!
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miércoles, 11 de julio de 2012

Una lección de dignidad

Han pasado tres meses desde la muerte de Iñigo Cabacas, el joven seguidor del Athletic a quien un pelotazo de la Ertzaintza segó la vida mientras estaba celebrando el triunfo de su equipo ante el Schalke 04. Tres meses en los que un silencio espeso ha ido cayendo sobre el caso confirmando las primeras sospechas, las que apuntaban a que la intención de los responsables de aclarar lo sucedido era precisamente diluir las responsabilidades en el olvido que produce el paso inexorable del tiempo. Desde el primer momento se trató de desviar la atención; las fuentes oficiales apelaron primero al escenario de la tragedia, los alrededores de una herriko taberna, como si el paisaje explicara por sí mismo determinadas situaciones, hablaron del hallazgo de una porra extensible para apuntalar su teoría de la pelea multitudinaria que justificó la intervención policial. Cualquier cosa con tal de negar la evidencia que, tozuda, sigue interpelando a un responsable político escondido que solo asoma la cabeza para agredir a las víctimas de este caso.
Ahora se ha sabido, porque así lo ha hecho saber la familia a través de este comunicado, que Rodolfo Ares ha ofrecido a los padres de Iñigo Cabacas una indemnización económica para cerrar el caso ante la imposibilidad material de avanzar en la investigación y concluir quién fue el autor del disparo que acabó con la vida del joven. La oferta habla por sí sola de la catadura moral del individuo. Ares debe saber que la indemnización, en su caso, la establecerá la sentencia de un juez; lo otro, lo que ofrece el consejero, no es una indemnización; es una suerte de chantaje, es la indigencia moral de poner precio a una muerte; es insultar la memoria de Iñigo Cabacas y agredir a su familia diciéndoles tomen este dinero y olvídense del asunto.
Parecía difícil caer más bajo, pero se ve que tipos como el actual consejero de Interior son capaces de superarse a sí mismos. Tres meses después, sin ningún avance reseñable en la investigación, sin datos de interes aportados a los tribunales, esa es la solución que ofrece el responsable último de la policía vasca: dinero a cambio de justicia. Cómo pudimos ser tan ingenuos quienes pensamos que el consejero de Interior presentaría su dimisión en los días posteriores al suceso, cuando desde la propia Ertzaintza salían a la luz las reservas de los agentes por la utilización de un material peligroso y poco controlable, como lo demuestra el hecho de su retirada a raiz de la muerte de Iñigo.
El verbo dimitir no se conjuga en ciertas instancias. Es más fácil, como ha vuelto a hacer Ares, apelar a la ideología de la abogada que representa a la familia para contaminar el caso. Si ya lo hizo en el primer momento insistiendo en la cercanía de la herriko taberna, cómo no iba a recurrir ahora a la trayectoria política de Jone Goirizelaia. Los padres de Iñigo Cabacas llevan tres meses dándole una lección de dignidad pero está claro que la talla política y moral del consejero no da para más.
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martes, 10 de julio de 2012

La nota de Bielsa tiene que cerrar este sainete

El Athletic está viviendo los días más esperpénticos de su dilatada historia. Hemos conocido días tristes, rupturas traumáticas y episodios lamentables, y hemos visto cómo el club sufría heridas de muy larga y difícil cicatrización cuyas huellas permanecen indelebles en la piel del viejo león. Esas heridas sufridas casi siempre en guerras civiles que nunca nadie ha ganado y todos hemos perdido, nos tendrían que servir para no repetir los viejos errores que tan alto precio han costado. Pero se ve que no hay manera y que el hombre sigue siendo el único animal que tropieza en la misma piedra casi tantas veces como se la encuentra en su camino.
Solo hemos progresado en los medios. Ahora los pleitos se dirimen en el mundo 2.0; los garrotazos son virtuales aunque hacen el mismo daño, incluso más porque se multiplican casi hasta el infinito en cuestión de segundos. Ahora los trapos sucios se lavan literalmente delante de todo el mundo; si uno publica un comunicado en internet, el otro responde en facebook. Hemos vivido días tristes y hasta algún drama durante más de cien años; lo que estamos sufriendo ahora es un puro esperpento que duele más por la sensación de ridículo y de vergüenza ajena que padecemos quienes asistimos impotentes al cruce de acusaciones. Esto es un sainete impropio de una institución que tantas veces exige que se le trate con la seriedad y el respeto que merece su larga trayectoria.
El último episodio (y esperemos que sea el último de verdad) ha sido la nota publicada por Marcelo Bielsa por medio de una cuenta de facebook abierta a propósito y cerrada pocas horas después; estuvo operativa aproximadamente entre las cuatro de la tarde y las doce de la noche del lunes. Tal fue la incredulidad que provocó entre los primeros usuarios que tuvieron noticia de la misma, que todavía horas después de que el Athletic certificara su autenticidad, no eran pocos quienes seguían negándola, sobre todo en Argentina, donde conocen a Bielsa mejor que aquí y saben de su aversión a las nuevas tecnologías.
En dicha nota el técnico del Athletic vino a ratificarse en lo que dijo en su rueda de prensa, aunque en otros términos más suaves y menos beligerantes para con la empresa constructora, pero igual de firmes respecto a la Junta Directiva. Bielsa se preguntaba qué ha pasado para que estando de acuerdo directiva y entrenador en trabajar por el bien de la institución se haya producido este desencuentro y apuntaba a que el club no puso los medios suficientes para controlar el desarrollo correcto de los trabajos. No admitía que le tachen de mentiroso y anunciaba que seguirá ejerciendo su tarea recurriendo al Director Deportivo como interlocutor válido para sus relaciones con la institución.
Todo suena a una solución de compromiso. Para empezar, de la lectura de la nota se desprende que Marcelo Bielsa no fue su redactor exclusivo y el texto había sido al menos supervisado y corregido por otra mano. El castellano utilizado tiene mucho de español y poco de argentino y algunas formas y expresiones eran más propias de la jerga oficial del club que de un redactor particular.
Al contrario de lo que ocurrió con la célebre rueda de prensa, parece evidente que la Junta Directiva del Athletic conocía de antemano el contenido de la nota de Bielsa y el momento de su publicación que, lejos de cogerle por sorpresa, sonó a consensuado a tenor de la premura con la que el propio club certificó su autenticidad disipando las primera y lógica incredulidad. Es más, no parece demasiado aventurado apuntar incluso a que desde algún despacho de Ibaigane se alertó de la existencia de la página de facebook a un determinado periodista, completamente ajeno a los medios locales, buscando el efecto que se produjo en cuestión de segundos. Nadie busca y encuentra por su propios medios una cuenta de facebook recién creada por alguien que nunca ha demostrado el mínimo interés por ese medio.
No hace falta ser Sherlock Holmes para concluir que las dos partes han acordado una salida digna para ambos y que han elegido este método. Bielsa no se desdice y la Junta Directiva salva los muebles de momento a la espera de que el paso del tiempo y los resultados deportivos limen al menos las aristas más cortantes. Estaba claro que el técnico no podía permanecer en silencio tras la andanada que recibió desde la web del club y, de común acuerdo, Junta y técnico han optado por acabar su debate público en la red con un último comunicado controlado y medido, evitando la fórmula más arriesgada de la rueda de prensa.
Que este final se confirme sería lo mejor para todos, sobre todo para la institución y lo que representa. El espectáculo, penoso, ya se ha producido y no merece la pena darle más vueltas. Es de esperar que los protagonistas hayan extraído las pertinentes conclusiones y estén en condiciones de no repetir los errores que nos han traído hasta aquí. De todos depende que esto haya sido una tormenta en un vaso de agua y de identificar a tiempo en adelante cualquier mano dispuesta a seguir agitando el vaso, que seguro que no faltará.
Ha sido ésta una historia lamentable y gestionada de forma horrorosa sobre todo por parte de los responsables del club, que son quienes tienen la obligación de mantener bajo control todo lo que afecte a la institución. El técnico tiene su parte de responsabilidad por dar rienda suelta a su carácter volcánico sin medir las consecuencias, pero ha sido en otras instancias donde el lío, lejos de solucionarse se ha embrollado de la forma más absurda. La gestión del equipo de Urrutia se había caracterizado por haber sabido mantener una discreción extrema. Se daba por hecho que la actual Junta había conseguido enderezar el rumbo de la entidad hasta lograr que el Athletic volviera a ser, como antaño, el club donde nunca pasaba nada. De la noche a la mañana se han encontrado dando un espectáculo bochornoso y en boca de todos. Es importante que sepan extraer las consecuencias pertinentes, que unos y otros aparquen el orgullo y reconozcan los errores con humildad para que no se repitan. Si el Athletic es siempre un material sensible en extremo, ahora mismo es como una caja de nitroglicerina que puede explotar a la mínima sacudida. Es tarea de todos evitarlo.
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lunes, 9 de julio de 2012

Lezama es mucho más que unas obras



La presencia de Bielsa en el entrenamiento de hoy parece devolver la normalidad a la vida del Athletic después del convulso y largo fin de semana que se inició con la memorable rueda de prensa que ofreció el técnico el pasado jueves. Si a la presencia de Bielsa en el campo de entrenamiento se le suman las nuevas piezas que empiezan a aparecer, sobre todo en los deportivos catalanes, dando cuenta del interés del Barcelona por Javi Martínez y la inminencia de su fichaje, podemos concluir que no solo hemos vuelto a la normalidad sino que hemos regresado a la rutina más veraniega. Llenar a diario páginas de fútbol sin fútbol convierte a los periodistas deportivos en una suerte de modernas Penélopes que, una y otra vez, tejen sobre lo destejido la noche anterior. El Barcelona fichará a Javi Martínez pero no está dispuesto en ningún caso a pagar los cuarenta millones de euros cuya rebaja no contempla el Athletic de ninguna manera, vienen a decir y escribir cada día. Áteme usted esta mosca por el rabo y súmele a los cuarenta millones un añadido de IVA o de IRPF, que tampoco en esto se ponen de acuerdo los expertos, aunque huelga decir que no les hace falta entrar en tanto detalle para conseguir el objetivo.
Parece que volvemos a la rutina, con Marcelo Bielsa trabajando en el campo de entrenamiento una semana después de iniciada la pretemporada, exactamente como el año pasado, oiga, cuando también Bonini y el resto del cuerpo técnico asumió la responsabilidad de dirigir los entrenamientos durante los primeros siete días, detalle que muchos parecen haber olvidado este verano.
Sin embargo el terremoto del pasado fin de semana ha provocado algunos daños colaterales que el club tampoco ha sabido, o querido, minimizar porque ha preferido mantener su plan de comunicación en lugar de variarlo sobre la marcha, porque problamente calculó que mejor eso que dar pie a nuevas especulaciones. Pero lo cierto es que todo el ruido en torno al entrenador del primer equipo, ha dejado en un plano secundario la presentación del plan diseñado por el coordinador general para Lezama. Si estamos de acuerdo en que Lezama es el corazón del Athletic y que de su funcionamiento depende la vida de club, no se entiende que la presentación de las líneas maestras de su organización haya pasado prácticamente desapercibida a la masa social y a la afición, escondida en las páginas traseras de las secciones de deportes, enterrada la intervención de Amorrortu por la avalancha de rumores, especulaciones y comunicados en torno a Bielsa. Es una forma de hablar, claro, porque entender se entiende que la inmediatez de la noticia y su enorme trascendencia para el futuro de club, tape todo lo demás. Quizá por eso, el Athletic debió arriesgarse a retrasar la rueda de prensa de Amorrortu a otro momento en el que encontrara más eco mediático, aun corriendo el riesgo de alimentar especulaciones interesadas.
Después de un año que hay que entender como de transición puesto que la premura con la que los nuevos dirigentes asumieron sus cargos el verano pasado impedía hacer más movimientos que los estrictamente imprescincibles, se entiende que Amorrortu presentó el pasado viernes el Lezama que él quiere, con las personas que él ha elegido. Presentó, por lo tanto, la filosofía que regirá en la cantera del Athletic al menos durante los próximos tres años. Es evidente que la trascendencia de lo presentado no coincide, ni de lejos, con las circunstancias de su presentación.
Apoyado en este power point, José Mari Amorrortu desgranó las líneas maestras de su ideario. Tecnicimos al margen, el máximo responsable de la cantera rojiblanca insistió en un concepto que le es muy querido: la formación en dificultad. Para lograrlo, en su etapa anterior al frente de Lezama hizo competir a los equipos de base en una categoría superior a su edad. En esta ocasión ha optado por reducir el número de jugadores, habrá 26 menos este año en Lezama tras dar 83 bajas y registrar solo 57 incorporaciones, e incluir a algunos jugadores en equipos de edad superior. Una de las principales novedades consistirá además en la división de los jugadores en grupos en razón de su edad y no en equipos a la hora de entrenar, de forma que Baskonia y Juvenil A entrenarán juntos; Juvenil Nacional y Cadete A, en otro, y así sucesivamente hasta los alevines.
La formación continua de los entrenadores de Bizkaia y la conciliación entre el fútbol y los estudios de los chavales, siguen siendo dos de las constantes que rigen los principios de José Mari Amorrortu.
En el power point se aprecian detalles, nombres y reparto de funciones para el escrutinio general y, en su caso, la crítica acerada tan consustancial a la vida de Lezama desde el día mismo de su nacimiento. En el video Amorrortu entra en detalles que merece la pena conocer de primera mano y de su boca. Dura 37 minutos. El de Bielsa duraba 70, así que al socio y aficionado preocupado por la vida del club no le costará demasiado atender al máximo responsable de la cantera que, por si alguien lo habia olvidado, sigue siendo la razón de ser del Athletic.
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sábado, 7 de julio de 2012

El Athletic no se merece esto

Habrá pocas formas más absurdas de arruinar un proyecto que había despertado tantas ilusiones. Habrá pocas formas más dañinas de devastar la ilusión de una afición que después de tantos años de resignación había empezado a disfrutar como pocas veces lo había hecho del juego de su equipo. Es difícil encontrar una situación parecida a la que ahora mismo está padeciendo el Athletic. La sensación general es de impotencia, de frustración, de rabia. ¿Por qué hemos llegado a esto después de una de las mejores temporadas de las últimas décadas?. ¿Qué se ha roto de pronto para que el paraíso se haya convertido en un infierno?. ¿Qué nos hemos perdido, o qué no estamos entendiendo que nos ha traído a esta situación kafkiana?.
No es momento de señalar con el dedo ni de buscar culpables, pero conviene hacer un repaso para tratar de comprender la razón de esta sinrazón. Mandar significa asumir la responsabilidad inherente al cargo y también reconocer los errores para intentar subsanarlos antes de que los conflictos pasen a mayores. Marcelo Bielsa y el presidente y la junta directiva mandan en el Athletic, cada uno en su parcela y de acuerdo a un escalafón en cuya cúspide se encuentra el presidente, máxima autoridad y, por lo tanto, primer obligado a asumir responsabilidades porque éste de las responsabilidades es el único terreno en el que un dirigente no puede delegar en sus subordinados. Urrutia está obligado por la responsabilidad de su cargo, a dar el primer paso para encontrar una solución a este dislate y Bielsa está obligado a tratar de facilitar esa solución. Y ambos están condenados a entenderse, por el bien del Athletic y por su propio prestigio personal y profesional. Nadie podría entender lo contrario.
Ambos deben reconocer sus errores, que los han cometido, y ambos deben reconocerse mutuamente sus aciertos, que también los han tenido. Uno de los mejores entrenadores del mundo, el técnico que ha puesto al Athletic en la órbita internacional, y un exjugador rojiblanco ejemplar, que ha sido un símbolo de la institución y que acredita junto a su equipo de trabajo una gestión excelente en el primer año de su mandato, no pueden tirarlo todo por la borda por un desencuentro. El Athletic es demasiado importante como para negarle ese esfuerzo de reflexión y humildad.
Marcelo Bielsa sacudió al club desde el tejado hasta los cimientos en la rueda de prensa del pasado jueves. Cuando se sentó ante los periodistas sabía lo que quería decir y acudió pertrechado de papeles para no salirse del guión. Explicó su convocatoria por el silencio que había encontrado en el club. Si eso es cierto, estamos ante el primer error grave de los responsables institucionales. Desconocemos la intensidad con la que Bielsa apeló al club para encontrar una respuesta a sus demandas, si hizo el esfuerzo suficiente para encontrar una explicación razonable a lo que él entendía como una estafa. Pero si quien ostenta mayor rango de poder asume mayor cuota de responsabilidad, tendrán que ser el presidente y la junta directiva quienes ofrezcan la mayor parte de las explicaciones.
Conociendo el carácter de Bielsa no se entiende que alguien del club no estuviera a su lado desde el momento mismo de su llegada al aeropuerto de Loiu para anticiparle, explicarle o justificarle lo que se iba a encontrar en Lezama. De lo narrado por el propio Bielsa, se deduce que se presentó solo en Lezama el mismo domingo por la tarde. Es incomprensible que aunque simplemente fuera por cortesía, nadie acudiera a recibirle.
Tampoco se entienden las imágenes del técnico junto a Amorrortu captadas el lunes, y menos, mucho menos por supuesto, lo que ocurrió con el jefe de obra. "No habia ninguna autoridad que representara al Athletic, por lo que asumí que tenia que hacerme cargo yo del reclamo, y lo reclamé", dijo Bielsa el jueves. ¿Cómo es posible que el primer día de trabajo de la plantilla con Lezama en obras y en una situación potencialmente conflictiva, no hubiera en las instalaciones ninguna autoridad que representara al club?. ¿Entiende el Athletic que Amorrortu tiene autoridad suficiente y Bielsa no la reconoce como tal?. ¿Tanto costaba la presencia de un directivo o incluso del presidente en el primer día de la pretemporada en Lezama?. Eso no exime a Bielsa del error de arrogarse la representación del club excediéndose en sus funciones de entrenador, pero ni es el primer técnico que lo hace ni será el último, mucho menos si se siente tan involucrado como el rosarino con su trabajo.
Pero desde el lunes hasta el jueves mediaron cuatro días en los que fueron creciendo los rumores, los bulos y las medias verdades más o menos sesgadas en determinados medios y foros sin que desde el club se hiciera siquiera un amago de cortar la escalada. ¿Se dirigió Bielsa al club en busca de amparo?, ¿pidió el club explicaciones al entrenador por lo ocurrido con el jefe de obra?, ¿se intentó solucionar el desencuentro de una forma discreta y dándose las mutuas y pertinentes satisfacciones entre las tres partes implicadas, club, entrenador y empresa constructora?. De acuerdo con el contenido de la rueda de prensa del jueves, es evidente que no. ¿Es posible ese nivel de incomunicación entre Ibaigane y Lezama?. Es asombroso, pero parece que sí.
El comunicado emitido por el club horas después de la rueda de prensa no puede ser más desafortunado en la forma, en el fondo y en el tiempo. Esos tres párrafos han puesto a sus redactores a los pies de los caballos porque en su redacción no se percibe siquiera un atisbo de habilidad para dirigirse a la opinión pública. Abrazar la causa de una empresa constructora a costa de desautorizar al entrenador que horas antes ha hecho una defensa encendida (adecuada o no) de los intereses del club, no proyecta precisamente una imagen popular; al contrario, sirve para despertar un catálogo de sospechas que ya están en circulación alimentando la demagogia más dañina.
En cuanto al fondo de la nota se hubiera agradecido una mayor precisión, datos, plazos, detalles, que Bielsa sí aportó como apoyo a su diatriba y que no se ven por ninguna parte en el texto de la página web, lo que despierta una duda razonable respecto a su contenido.
Por otro lado hacer público un comunicado y convocar posteriormente una junta directiva extraordinaria atenta directamente contra los tiempos establecidos en estos casos y alimenta más preguntas, siendo la más obvia la que inquiere sobre quién redactó el comunicado si la junta no se había reunido.
La obligación de la junta tras la incendiaria rueda de prensa de Bielsa (que nadie supo evitar por otra parte) era apagar el fuego recurriendo a la diplomacia y a la discreción. Pero alguien prefirió echar más gasolina no se sabe con qué propósito.
Y así hemos llegado a la situación en la que nos encontramos, aunque nadie sepa a ciencia cierta cuál es exactamente dicha situación porque nadie, oficialmente, ha explicado dónde nos encontramos ahora mismo después de que el Athletic viviera el pasado viernes uno de los días más aciagos de su historia.
Josu Urrutia y Marcelo Bielsa tienen una deuda con el Athletic y con su afición. Y nadie entendería que no vayan a hacer todo lo que esté en su mano para saldarla. El Athletic no se merece esto y ambos lo saben. De ellos depende que esta crisis se cierre cuanto antes y con un acuerdo sólido que implique la recuperación de la confianza mutua. Lo contrario sería una catástrofe cuyas consecuencias ya conocemos porque las hemos sufrido antes de ahora. En medio de la tormenta Marcelo Bielsa acertó a describir al club que él ha percibido en el año que ha permanecido entre nosotros: "El Athletic es un club extraordinario con un gran potencial, lleno de gente decente y de buenas intenciones". Es momento de demostrarlo.
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viernes, 6 de julio de 2012

Marcelo Bielsa ha puesto el listón muy alto



La rueda de prensa que ofreció Marcelo Bielsa la tarde del jueves es un acontecimiento que marca un antes y un después en la vida del Athletic. La intervención del entrenador tuvo el efecto de una descarga eléctrica que ha dejado en estado de shock al club y a su entorno. Poco, por no decir nada, y pocos, por no decir nadie, se escaparon del análisis minucioso y preciso de un hombre que trabaja con la meticulosidad de un entomólogo. ("Hay ocho posibilidades matemáticas de combinar estos elementos", apuntó cuando explicaba, mostrando un gráfico dibujado por él mismo, cómo quería que quedaran los distintos departamentos del área médica de Lezama). Y así con todo. Son hechos, no opiniones, repitió varias veces a lo largo de su extensa intervención. Hechos y datos relatados y enlazados en un discurso complejo y sorprendente que desnudaron una realidad difícil de aceptar pero que era necesario que alguien sacara por fin a la luz.
Marcelo Bielsa ha puesto el listón muy alto. A la altura de su elevado nivel de autoexigencia; difícil, imposible de igualar para la mayoría. Cualquiera que pretenda homologarse al argentino utilizando su mismo baremo, lo tendrá siempre muy complicado. Los acontecimientos que han rodeado al asunto de las obras de Lezama así lo demuestran. Un tipo que en sus vacaciones se preocupa de consultar con la Federación de Atletismo de su país cuáles tienen que ser las características de una pista de footing y a su regreso de encuentra con que la han construido Pepe Gotera y Otilio, está perfectamente legitimado para montar en cólera y exigir responsabilidades. Otra cosa es cómo canalice esa cólera, aunque su autoinculpación, o autodenuncia, despejan cualquier duda respecto a su integridad y su exacerbado sentido de la justicia, el mismo que, siendo niño, le llevó a negarse a abandonar la comisaría donde estaba detenido por jugar al fútbol en una calle, hasta que no le devolvieran la pelota que le habían incautado injustamente.
Cuando Bielsa se reconoce como robado, estafado y engañado por cómo se están desarrollando las obras de Lezama, está interpelando directamente a los responsables del club que no han sabido defender los intereses de la institución. En aquel momento no había ninguna autoridad representante del club, así que decidí reclamar yo mismo, explicó su discusión con el jefe de obra. Actuó en defensa de la entidad ante lo que él consideba un atropello. Posiblemente asumió un papel que no le correspondía de acuerdo con los cánones establecidos, pero es que no había nadie del club y Bielsa excede los cánones establecidos.
La obra de Lezama era su apuesta personal. Quería premiar y corresponder a los jugadores a los que tanto exige, mejorando las condiciones de su puesto de trabajo, haciéndoles la vida más agradable para exigirles más. Era un proyecto diseñado a partir de una visión global del club y pensando en su futuro. Se implicó al máximo en su diseño y se ha sentido profundamente defraudado. Lo que debió ser motivo de celebración se ha convertido en un lío del que a estas horas nadie sabe cómo se va a salir. Y no ha sido precisamente por culpa de Bielsa aunque insistiera en asumir su parte de responsabilidad en un gesto, otro más, que le honra.
La idoneidad de los fichajes o la falta de diligencia o habilidad de los responsables para aligerar la plantilla no son circunstancias menores, aunque en el fútbol suelen producirse esta clase de desencuentros con cierta frecuencia. No pocas veces los imponderables suelen ser superiores a la gestión. La vigencia de los contratos, las necesidades o las exigencias económicas o la propia voluntad de los interesados pueden hacer fracasar cualquier estrategia de gestión de la plantilla. El propio Bielsa pareció entenderlo así tras exponer que, a su juicio, las necesidades del equipo están en otros puestos distintos a los que ocupan los dos últimos fichajes.
Para que nada faltara, el técnico también dejó en entredicho el papel de los medios de comunicación cuando desmintió que pidiera vivir en Lezama o su voluntad de prescindir del jefe de los servicios médicos.
La del jueves no fue una rueda de prensa; fue una sacudida al Athletic desde los cimientos hasta el tejado y todos tendríamos que sentirnos concernidos. Los responsables de la institución quedaron señalados aunque nos equivocaríamos si centraramos la cuestión en los actuales. Al sacar a la luz lo ocurrido con las obras de Lezama, Marcelo Bielsa estaba denunciando algo concreto pero, a la vez, describiendo un estado de cosas, una manera de hacer, que se pierde en la noche de los tiempos y que, por desgracia, tampoco es exclusiva del Athletic. Pero hablamos del club, y no queda más remedio que constatar que las cosas siguen como estaban y como han estado siempre. La buena voluntad no basta para romper con unas inercias de décadas. Todos los presidentes y todos los directivos llegan al club con la voluntad de cambiar las cosas, de hacerlo bien y de mejorar la institución, de eso no puede caber la menor duda. Unos tendrán más acierto que otros o le resultarán más o menos simpáticos a la afición pero a la hora del balance, en lo más profundo las cosas suelen quedar más o menos como estaban.
A veces un buen puñetazo en la mesa sirve para sobresaltar al que se está dejando arrastrar por la inercia y el puñetazo que ha dado el técnico ha resonado hasta el otro lado el océano. No se trata ni de pedir responsabilidades ni de agitar dedos acusadores; se trata de aprender la lección que nos ha dado un señor que ha venido de Argentina y en un año se ha dado cuenta de que el rey está desnudo y nos lo ha dicho.
Marcelo Bielsa no es de este mundo, o tal vez este mundo no se merece a un personaje como Marcelo Bielsa. A lo largo de setenta minutos intensos confirmó la fama que le precedía. Esta rueda de prensa explica por sí sola el extraordinario cariño que le profesan en Chile, la admiración que despierta en su Argentina natal, muy superior al trauma que sufrió el país entero en el Mundial de Japón. Desde la distancia no se entendía ese fenómeno de melancolía colectiva que en Chile bautizaron como "los viudos de Bielsa". Después de lo del jueves, es evidente que cuando Marcelo Bielsa se vaya del Athletic, también dejará aquí un buen número de "viudos de Bielsa" que echarán de menos su permanente lección de dignidad e integridad.
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jueves, 5 de julio de 2012

La información es el mejor método
para frenar la especulación

Los tiempos de sequía informativa suelen ser los más peligrosos para los clubes de fútbol puesto que son los momentos en los que el rumor y la especulación suelen ocupar el espacio natural de la noticia, cuando no se elevan a categoría de bomba informativa pequeños sucesos que no pasarían de un breve de cinco líneas en pleno fragor de la competición.
Un incidente entre Marcelo Bielsa y el responsable de las obras que se están llevando a cabo en Lezama está ocupando desde el lunes la atención de los medios de comunicación y de los aficionados rojiblancos. Desbrozando lo que unos y otros han dicho y escrito se llega a la conclusión de que a Marcelo Bielsa no le gustó lo que vio en Lezama a su regreso de Argentina y pidió explicaciones al responsable de la obra. Es llegados a este punto cuando la imaginación de cada uno entra en escena y donde unos describen una discusión más o menos acalorada, otros relatan incluso una agresión física. El hecho de que los obreros no aparecieran por Lezama al día siguiente del suceso ha merecido también diversas interpretaciones, desde quien apunta a una forma de protesta, al que asegura que los trabajadores se niegan a cumplir su tarea en presencia del técnico rojiblanco.
A partir del hecho, generalmente aceptado como cierto, de la discusión entre entrenador-cliente y responsable-proveedor, se está construyendo una historia cuyas ramificaciones llegan al extremo de apuntar a una posible salida de Bielsa del Athletic, apenas un mes después de firmada la renovación de su contrato. Apoyan su teoría quienes la alimentan, en el hecho de que el técnico lleva tres días sin comparecer en Lezama ni dirigirse a sus jugadores. La fragilidad de la memoria parece interesada en este caso. Marcelo Bielsa ya llegó tarde a Lezama el año pasado. Envió por delante a sus ayudantes y apenas se dejó ver en las primeras sesiones de entrenamiento. No era la primera vez, ni el primer equipo, en el que actuaba de esa manera. Su peculiar comportamiento causó la lógica sorpresa, pero la cosa no pasó a mayores. Hace ahora casi un año el principal motivo de debate era la falta de tacto del técnico a la hora de anunciar los nombres de los jugadores con los que no iba a contar y el revuelo alcanzó mayores dimensiones que el que está teniendo este asunto de las obras. Entonces como ahora, las miradas se dirigieron rápidamente al presidente y a la directiva, a quienes se exige que pongan coto a las decisiones del técnico. Son los riesgos de no cumplir con los protocolos establecidos por la costumbre que, visto lo visto, solo cabe calificar como sabia. De siemper el primer día de entrenamientos suele ser para estrechar manos, dar bienvenidas y desear buena suerte a los que se han marchado, todo ello resumido en la preceptiva rueda de prensa.
Que el asunto de las obras de Lezama se quede en una tormenta en un vaso de agua o pase a convertirse en temporal de imprevisibles consecuencias, depende de que se produza de inmediato alguna noticia que desvie el foco de medios y aficionados o que el club acierte a cortar por lo sano, lo que significa centrar la información ajustándola a los hechos. El silencio solo contribuye a alimentar la especulación y las leyendas urbanas.
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martes, 3 de julio de 2012

El Athletic aporta cuatro jugadores
a la selección olímpica

Javi Martínez, Muniain, Herrera y San José han sido finalmente los cuatro jugadores del Athletic preseleccionados por Milla para el equipo olímpico. El equipo rojiblanco se convierte así en el más damnificado por al cita de Londres, no solo por el número de convocados, sino porque no podrá contar con ellos en la fase previa de la UEL. El Barcelona, también con cuatro convocados, tiene menos razones para quejarse puesto que Montoya, Thiago Alcántara y Cristian Tello interpretan un papel muy secundario en el equipo que dirigirá Tito Vilanova. El recién fichado Jordi Alba también está en la lista de Milla doblando, como Javi Martínez, presencia en las selecciones absoluta y olímpica. Mata, del Chelsea, es el tercer internacional absoluto que acude a ambas selecciones. El equipo londinense aporta también a Oriol Romeu (ex de la Masía), lo que le convierte en cuarto club en cuanto a número de representantes. El Atlético de Madrid, con Koke, Joel y Adrián, es el tercero con más jugadores tras el Athletic y el Barcelona, aunque solo Adrián puede considerarse un fijo en el primer equipo colchonero.
La selección olímpica es una sub-21 que sirve de termómetro para tomar la temperatura al penúltimo nivel del fútbol estatal. Observamos a jugadores que están dejando atrás la etiqueta de promesas y ya se están convirtiendo en realidades. La lista de Milla permite contrastar el trabajo de cantera de los clubes de élite, y una lectura somera pone al descubierto aspectos interesantes.
Llama la atención, por ejemplo, que el Real Madrid no tenga un solo jugador en esta selección. Se entendería como algo lógico teniendo en cuenta la composición de la plantilla de su primer equipo, pero es que el filial blanco acaba de ascender a Segunda División tras una temporada que cabe calificar de brillante, en la que han destacado varios de sus jugadores, aunque se ve que ninguno ha llamado la atención del seleccionador. No obstante, conviene recordar que Juan Mata, ahora en el Chelsea y antes en el Valencia, se formó en la Ciudad Deportiva del Madrid, a la que llegó a los quince años procedente del Oviedo
El Sevilla, de cuyo fútbol base se han cantado tantas alabanzas en las últimas temporadas, tampoco tiene representación, y el Villarreal, encumbrado también por su inversión en la cantera, aporta solo a Diego Mariño.
Tres clásicos del fútbol base sobre cuyo trabajo no cabe oponer duda alguna porque está suficientemente contrastado a lo largo de muchos años, aportan un jugador cada uno: Iñigo Martínez, la Real; Botía, el Sporting y Alvaro Vázquez, el Espanyol. En esta relación habría que incluir al Valencia, que acaba de traspasar al ya citado Jordi Alba; a Osasuna por la presencia de Azpilikueta, un producto de Tajonar, ahora en el Olympique de Marsella, y Javi Martínez; y al Zaragoza, en cuyas filas se formó el ahora rojiblanco Ander Herrera.
No es el único que procede de otras Ligas. Además de los dos del Chelsea antes citados, en la lista aparecen De Gea, del Manchester United (antes del Atlético de Madrid), Alvaro Domínguez (otro excolchonero), del Borussia Moenchengladbag, y Rodrigo Moreno (brasileño nacionalizado español), del Benfica al que llegó procedente del Real Madrid B en la operación del fichaje de Coentrao.
La presencia de jugadores jóvenes en equipos de otras ligas es signo de los nuevos tiempos en los que la movilidad de los futbolistas alcanza extremos inimaginables hace apenas una década.
En lo que al Athletic se refiere, no cabe ninguna duda de que la disputa de los Juegos Olímpicos es un contratiempo importante para los planes de Bielsa, que se verá privado de tres de sus titulares indiscutibles en las trascendentales eliminatorias previas de agosto, además de ver alterada en cierta medida la planificación de la pretemporada de estos jugadores, alteración que en el caso de Javi Martínez adquiere unas proporciones ciertamente desmesuradas por su doblete internacional. Aunque es cierto que tanto en la selección como en su club están obligados a competir en agosto, no es lo mismo competir en unos Juegos, donde de espera que alcancen un nivel máximo, que én unas previas, donde si bien la exigencia es importante, se puede matizar de alguna manera, sobre todo si acompaña la fortuna en los sorteos.
Es comprensible que al aficionado le siente mal este contratiempo y que no falten quienes censuren a Javi Martínez su paso al frente cuando le inquirieron por sus planes para el verano, pero no es menos entendible que los futbolistas se muestren entusiasmados por acudir a una cita tan especial como lo son unos Juegos Olímpicos. Acumular experiencia internacional y partidos decisivos tampoco les vendrá mal a unos jugadores que hace dos meses evidenciaron su falta de costumbre de afrontar retos que no conceden el mínimo margen de error.
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