Si hay un partido en el que el marcador no tiene nada que ver con lo ocurrido en el terreno de juego durante los noventa minutos, ese es el que ha perdido el Athletic en París. Cabría tomarlo a beneficio de inventario, calificarlo como anécdota desgraciada, o como accidente en un compromiso que el Athletic encaró con cambios en la alineación y la tranquilidad de tener la tarea hecha. Lo malo es que este asunto se está repitiendo con una frecuencia que obliga a la reflexión. El marcador del Parque de los Príncipes no tiene nada que ver con lo que se vio en el césped, pero es que tampoco el empate de hace tres días ante el Racing de Santander tuvo que ver con el fútbol desplegado por los dos equipos, ni mucho menos la derrota de hace diez días ante el Granada... y así sucesivamente podríamos remontarnos a unos cuantos partidos más. Lo de París, por aquello de que el partido era un mero trámite, duele menos, pero técnico y jugadores harán bien en tomar nota, sentarse diez minutos a reflexionar y habilitar una solución, que sin duda la tiene que haber. Que en un partido en el que no te juegas nada te metan un gol (autogol) en el minuto 85 y en un contrataque porque un centrocampista tuyo (David López) ha perdido el balón casi en la frontal del área contraria, es para hacérselo mirar. Si la jugada ocurre casi inmediatamente después de que el rival haya fallado un penalti, es lícito sospechar que el equipo en su conjunto sufre de unas 'ausencias' momentáneas que le están costando carísimas.
Lo que para el Athletic pudo ser una gran fiesta de cierre de la liguilla, apuntándose una brillante victoria en el legendario Parque de los Príncipes, acabó con una nueva frustración, matizada por el nulo valor efectivo del partido, pero frustración al fin y al cabo, que se suma a las ya sufridas en los últimos partidos. A este paso el Athletic se va a convertir en el rival favorito de todos; juega, da espectáculo, pone las ocasiones... y acaba regalando el partido, como si el resultado le importara menos que el espectáculo, como si el camino fuera más importante que la meta.
La espectacular puesta en escena de los de Bielsa, adornada por el gol de Aurtenetxe cuando no se habían cumplido los tres minutos, desterró cualquier duda que pudiera suscitar la alineación de Bielsa, con mucha gente nueva y algún cambio de posición. Toquero percutiendo por la derecha, Ibai Gómez moviéndose con sentido por el frente del ataque, David López luciendo galones, los laterales incorporándose constantemente al ataque... el primer cuarto de hora del partido fue para enmarcar. Pero otra vez sucedió lo que parece inevitable. Un fallo colectivo a la hora de defender un golpe franco supuso el empate, el desconcierto y, finalmente, el vuelco en el marcador, otra vez a balón parado, ahora en un saque de esquina. Pocas veces habrá conseguido el PSG tanto con tan poco.
Pero este Athletic capaz de enamorar incluso cuando pierde, supo rehacerse y bordar un segundo tiempo en el que no solo reestableció el empate, sino que lo hizo todo para ganar el partido con autoridad. Pocas veces, al menos en Francia le habrán dado al PSG el repaso que le dieron ayer jugando en su campo. Los franceses se daban con un canto en los dientes por mantener un empate que salvara su dignidad mientras corría el reloj contra un Athletic que quería una victoria innecesaria mucho más que quien se estaba jugando la vida. Movilidad, manejo del balón, ambición... todo lo tuvo el Athletic. Todo menos el gol que cerrara el partido, o el instinto de supervivencia que le llevara a firmar unas tablas para la estadística. No hubo ni una cosa ni otra y lo que debió ser una victoria brillante acabó en una goleada incomprensible.
Obviando el resultado, que ya es obviar si hablamos de fútbol, el despliegue del Athletic merece el aplauso de cualquier aficionado, salvo por la laguna que sufrió en el tramo inmediatamente antes del descanso y el lamentable apagón final. Por ponernos exigentes, a todos nos hubiera gustado que Bielsa pusiera en acción a Ruiz de Galarreta o a Guillermo. Prefirió recurrir a Susaeta y Muniain para los relevos, toda una declaración de intenciones. El técnico quiso ganar y limitó las probaturas a lo estríctamente necesario. Lástima que los hechos no acabaran correspondiéndose con los deseos. El infierno está empedrado de buenas intenciones y está claro que el Athletic está sufriendo un infierno de resultados cuando está practicando un fútbol propio del paraíso.
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5 comentarios:
Escribiré mañana, hoy estoy cansado y las pocas fuerzas que me quedan serán para ver si la canallesca madrileña que clamó por el arbitraje que sufrió el Salzburgo en San Mamés dice algo.
Al margen de que el resultado no era trascendente, me quedo muy preocupado. Cuando ninguno de los resultados del equipo hacen justicia a lo que pasa en el campo... malo.
Al menos, algunos meritorios han aportado (Raúl, Iñigo, Ekiza, Ibai, David...).
He estado a punto de ponerte un tuit. Con el 2-1 me ha venido a la memoria el Marcelo, tenemos dos problemas. Lo de la defensa a balón parado y los balones tontos perdidos en el centro del campo pasa de castaño oscuro.
Ni me planteo no ganar al Zaragoza, pero si no lo hiciésemos creo que dejaré de leer y escuchar info rojiblanca durante el parón.
Pues yo un minuto antes del 1-1 estaba mirando el reloj y a punto de escribir un twit felicitando al equipo por aguantar más de un cuarto de hora con el marcador a favor. El despiste del primer gol es achacable a que atrás no estaban los habituales, ni el portero, ni los centrales. El 1-2, bueno, pasa en las mejores familias. El 2-3 es una pérdida de David López en campo contrario que se convierte en contrataque. En el minuto 85 y jugando fuera de casa suena, como poco, raro por lo menos por estos pagos tan dados a amarrar resultados. A veces la alegría con la que ataca el Athletic se confunde con una inocencia que raya lo infantil. Ahora, el día que cojamos a alguien con el punto de mira afinado, le hacemos un roto que se enteran hasta en Pekin. A ver si ese alguien es el Zaragoza...
Claro, como pasó contra el Atlético, que llegó el vendaval. A ver si contra el Zaragoza se confirman los 120 Km/h de viento zurigorri.
Por cierto, y ya con análisis más sosegado, me gustó Raúl, al menos no se acabará el mundo el día que Iraizoz falte algún partido.
Iñigo Pérez le está comiendo la tostada a un Iturraspe que se está cavando su tumba, y los centrales no dieron demasiados argumentos para que Marcelo prescinde de Javi en retaguardia.
Y que Susaeta empiece a ajustar la mira del fusil, porque Ibai demostró que es tan móvil como él, pero que puede ser mucho más efectivo.
Me dan miedo esos optimismos por un solo partido. He oído y leído elogios a Raúl que me parece que llevan escondida una crítica a Iraizoz. Ibai, bueno, está bien, pero para ser un delantero de Primera División hace falta mucho. Ya veremos. Iñigo Pérez sí que me está gustando cada vez que sale. Le veo atrevido y con calidad. A Iturraspe le veo calidad, pero hacen falta bastantes más cosas que jugar bien al fútbol para instalarse en Primera. No sé, creo que este chico todavía no ha decidido lo que quiere ser de mayor.
Lo más importante del fútbol se encuentra en las áreas......
El Athletic suspenso tanto en ataque como en defensa.....
El mejor se puede decir que fue Raúl, y a pesar de que recibió 4 goles, que bien pudieron ser más porque el PSG perdonó, o estuvo acertado nuestro portero otros 3 goles bastante cantados, más el penalti que falló Nené....
Me encanta la felicidad de la gente adulando un fútbol de toque sin demasiado fundamento en el centro del campo...con graves carencias tanto en ataque como en defensa.....
Disfrutad....un fútbol de alta escuela.....
Muy bonito en zonas alejadas de las áreas.....
Pero en las zonas calientes saliendo a relucir todas las carencias....
También hay que reconocer que había unos cuantos no habituales....pero que no exime de una enorme candidez en el juego....
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