lunes, 3 de diciembre de 2007

Llorente se reivindica

De la magnífica victoria de Valencia sólo se pueden extraer conclusiones positivas, y es que que el Athletic completó un partido que rozó la perfección tanto en concepto de juego como en ejecución y disciplina táctica. Si cabe introducir un matiz es que enfrente hubo un rival en plena crisis, desconcertado y sin un patrón de juego al que agarrarse, algo ciertamente inusual en un Valencia que en las últimas campañas, desde Benítez hasta Quique Sánchez, ha tenido la virtud de disponer de un esquema que podría gustar más o menos, pero era siempre una herramienta eficaz para utilizar en caso de duda. Hecha la salvedad, también hay que decir que el equipo levantino dispone de individualidades suficientes como para resolver por sí mismas cuando el partido entra en un laberinto. Ayer, sin embargo, sólo Joaquín dio algunas señales de vida, pero tan en solitario que su esfuerzo se diluyó casi siempre muy lejos de las zonas decisivas. Mérito de la disciplina defensiva de unos jugadores rojiblancos siempre muy concentrados y atentos a las ayudas, de forma que todas las disputas fueran en superioridad y las coberturas corrigieran cualquier posible fallo. Sin Ocio, a quien se quiere presentar como el estandarte defensivo del Athletic, Ustaritz y Amorebieta, una pareja de centrales que por edad y calidad debe durar muchos años, dejaron inédito a Aranzubia, gracias a que Iraola y Koikili en las bandas, y Orbaiz, luego Javi Martínez, David López y compañía levantaron la primera línea de contención unos metros más adelante.
Y llegados a esa zona del campo es donde nos encontramos con la figura del partido, un Fernando LLorente que se reivindicó como el delantero centro de referencia que necesita el Athletic. San Mamés ya le despidió con una ovación en el partido contra el Depor porque supo apreciar su excelente trabajo bajando todos los balones que le llegaron. En Valencia repitió una actuación magistral en esa faceta pero además de adornó con dos goles que le tienen que dar la tranquilidad necesaria para seguir jugando sin la espada de Damocles de la duda sobre sus condiciones reales. LLorente tiene una calidad técnica poco corriente para un físico como el suyo y ese es un tesoro que debe revertir en beneficio del Athletic. En Valencia recordó al mejor Urzaiz y esa fue una gran noticia. Su papel de faro en la delantera facilitó además las cosas a un Yeste cuya presencia el equipo empieza a notar, y mucho. Mestalla vio la mejor versión del Athletic en muchísimo tiempo. Esta vez los de Caparrós supieron aprovechar la debilidad del rival para tumbarlo. Hasta ahora estábamos acostumbrados a que los rivales en crisis resolvieran sus problemas aprovechando su partido contra el Athletic. La inyección de autoestima viene que ni pintada la semana previa a recibir al Real Madrid. San Mamés sigue siendo la gran asignatura pendiente. Veremos se si aprueba de una vez ahora que ya tenemos delantero centro.

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1 comentario:

Iñaki Murua dijo...

De acuerdo contigo, Juan Carlos. Me alegro por él... y por el Athletic, por supuesto.
Esperemos que el sábado repitamos la noche de ayer.