Del último partido contra el Real Madrid queda la imagen de Casillas recogiendo la basura que le tiraron desde el fondo norte, incluida una bola de papel de aluminio que le alcanzó en la cabeza. Del portero del Real Madrid hay que destacar y alabar su sentido común y su comportamiento. Otro en su lugar hubiera montado un número teatral que hubiera acarreado graves consecuencias para el Athletic.
Desde el club han dicho que su seguridad privada identificó a uno de los agresores minutos después de perpetrar su acción y que se comunicó dicha circunstancia al árbitro para que hiciera constar en el acta la diligencia con la que se empleó la entidad rojiblanca. Los portavoces oficiosos del club agradecen la filtración adornando la noticia con el dato falso de que se trata de la primera vez que se produce una identificación en San Mamés. No sólo tenemos un presidente prometedor sino que le sitúan a la altura de Adán. Nunca antes de él hubo nada en el Athletic salvo caos y tinieblas.
Desde que al final de la década de los noventa se instalara en San Mamés el nuevo sistema de vigilancia mediante cámaras, todos los asistentes al campo están perfectamente controlados y bastantes han sido identificados cuando ha sido necesario. Ésta de las cámaras fue, junto a la obligación de sentar a todos los espectadores, una de las condiciones impuestas por las autoridades para poder quitar las vallas que separaban las gradas del campo.
Hecha la aclaración sólo cabe animar al presidente a que persevere en la tarea de limpiar San Mamés de indeseables con más determinación de la que dejó entrever al final del partido, cuando dijo aquello de que entre tantos miles de personas es inevitable que haya unos cuantos incontrolados. Tampoco es cierto. Es perfectamente evitable, como el tiempo y los hechos han demostrado tanto en San Mamés como en otros campos. El gol norte de la Catedral hoy en día no es ni el pálido reflejo de lo que fue en los calientes años ochenta, cuando incluso tenía el apoyo del gol sur.
Se trata de ponerse a la tarea con la convicción de que en este tema encontrará el respaldo de toda la masa social, incluida aquella que podría estar más próxima a los que tienen el automatismo lanzador instalado genéticamente en el brazo. Y ya puestos, podría fijarse también en algunos de los que se sitúan detrás del banquillo visitante, como denunció en su día Miguel Angel Lotina.
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1 comentario:
¿Acaso es una novedad que se lancen todo tipo de objetos en ciertos partidos? ¿Y algunos gritos que desentonan bastante y no tienen nada que ver con animar al Athletic?
Por otra parte, coincido (como casi siempre)con el tema de las cámaras.
En cuanto a la gente de detrás del banquillo, Juan Carlos, me remito al comentario que hice en su momento. Me parece que la queja de Lotina se transformó al llegar a La Coruña, del modo que un amigo mío suele resumir, en que "los cuatro evangelistas eran tres, San Pedro y San Pablo". Y, sin querer justificar a nadie, no siempre ha estado elegante en declaraciones sobre nosotros.
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