Ha dimitido la presidenta de la Real, María De la Peña y con ella su Consejo de Administración, que ha convocado elecciones para el próximo 3 de enero, si es que en una Sociedad Anónima se puede hablar en puridad de elecciones como las entendemos habitualmente. La crisis realista podría tener algunas consecuencias 'colaterales' en el Athletic. No se puede olvidar que De la Peña fue, al menos en público, de los elementos realistas más beligerantes en el caso Zubiaurre. A lo mejor, y si no se produce antes la sentencia del Supremo, el Athletic podría reconducir la situación mediante negociación con los nuevos mandatarios, sean estos chinos o locales.
Por otro lado, hay que recordar que las relaciones entre los dos clubes siguen rotas precisamente porque la ex presidenta rojiblanca Ana Urquijo y su directiva, entendieron que la actitud de la Real presidida por De la Peña en el citado caso Zubiaurre era intolerable. El Athletic ya tiene nuevo presidente y la Real lo tendrá en enero por lo que hay que entender que el escenario puede ser distinto.
Pero al margen de las consecuencias que se puedan derivar hacia el Athletic de la crisis realista, haría bien eso que se llama la familia rojiblanca, en hacer una reflexión sobre lo que está sucediendo en Donostia. Las voces (y sus portavoces o altavoces)que al calor del momento deportivo del Athletic claman por un cambio en la filosofía del club, tienen en la Real un buen elemento de contraste. No vale con citar siempre al Villarreal, o a equipos similares como ejemplo de lo fácil que puede uno subirse al carro del éxito a base de fichajes. Ahí está la Real, en Segunda y arruinada. Cuando bajo la presidencia de Alkiza los donostiarras abrieron las puertas a los extranjeros con la excusa de que el Athletic (siempre el Athletic como excusa) había fichado a Loren, lo justificaron anunciando que con tal medida la Real prácticamente se garantizaba una presencia europea permanente. Eran otros tiempos y el fútbol ha evolucionado lo que ni Alkiza ni nadie podía prever entonces, pero el balance de la operación no puede ser más desolador.
Y no sólo es la Real. Ahí está el próximo visitante de San Mamés, aquel super Depor que algunos se apresuraron a calificar como uno de los 'grandes' tras un par de campañas ciertamente brillantes, convertido ahora en un equipo de la dimensión que ha tenido siempre a lo largo de su dilatada historia.
Decía Caparrós en una tertulia que el sentimiento más generalizado que despierta en otros clubes la política del Athletic es el de la envidia por algo que a ellos les gustaría hacer pero no pueden. Y Caparrós ha pasado por algunos clubes, así que algo sabrá.
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