El Athletic pretende hacerse con Enric Saborit, un cadete catalán procedente del Espanyol, aprovechando que va a cambiar de lugar de residencia, trasladándose a vivir a Gasteiz, y que su madre se ha interesado por convertir a su hijo en un rojiblanco. Y la gente se pregunta si el chaval cumple con la filosofía del Athletic, por aquello de estar hecho en la cantera de Lezama, puesto que, obviamente, no cumple con el requisito del nacimiento en Euskadi, ni con el del origen vasco. Para estos casos yo suelo tener un sistema que rara vez me falla. Si hay que preguntar si cumple los requisitos, es que no los cumple.
Claro que el problema que se nos plantea aquí es a quién hay que preguntar. No miremos a Ibaigane, puesto que García Macua ya ha dado sobradas muestras de que no tiene ni idea. Ni él, ni sus asesores. Recordemos el asunto del sevillista Kepa. Claro que como ahora no hay votos de por medio la cosa cambia y los rectores del club se pueden agarrar a aquello de se sí sale con barba San Antón y si no, la Purísima Concepción, que dijo el artista que pintaba un cuadro sagrado cuando le preguntaron qué figura estaba retratando.
El fondo del problema no es que Saborit responda o no a los criterios históricos del Athletic, sino en qué manos está el Athletic y quién aplica los criterios, si es que los conoce o le importan. El estado de postración en el que se encuentra la llamada masa social rojiblanca es lo verdaderamente procupante. La resignación que es el mejor caldo de cultivo en el que está creciendo el virus que va a acabar matando a este club. ¿Alguien se pregunta que está pasando con Guerrero a estas alturas?. ¿Alguien recuerda qué fue de la publicidad en las camisetas, cifrada nada menos que en tres millones de euros en el presupuesto para esta temporada, que faltarán en el próximo balance?. ¿Puede alguien explicar en qué fase está el proyecto del nuevo campo?. ¿A alguien le importa algo de lo verdaderamente importante?.
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1 comentario:
Ya era hora de que alguien establciera por escrito lo que muchas y muchas pensamos sobre el último gol que nos quieren marcar. Somos un club vasco y de cantera. Esa es la diferencia que tantos beneficios nos ha reportado estos últimos 109 años. No hay extranjero, ni presupuesto astronómico alguno que garantice éxitos deportivos. Nosotros tenemos nuestra fórmula y es la que nos ha funcionado. No nos engañemos con chavales catalanes ni Messis de 13 años. Eso no es Athletic. Al menos, no el mio.
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