martes, 29 de mayo de 2012

Twitter, la taberna global

Este fin de semana se ha reproducido un fenómeno que ya va siendo habitual en el mundo informático en el que nos ha tocado vivir. Twitter ha sido la herramienta mediante la que se ha propagado un rumor que ha desatado la inquietud entre los aficionados del Athletic. Dicho rumor apuntaba a que hoy martes, Fernando Llorente ofrecería una rueda de prensa en el hotel Carlton. Como aderezo, alguien había visto incluso a Arsene Wenger, el manager del Arsenal, por las calles de Bilbao. En estos tiempos en los que todo el mundo sale a la calle armado de móvil y cámara para inmortalizarse haciendo cualquier tontería, no había una sola foto que certificara tal presencia, pero qué importan esas pequeñeces ante la magnitud del océano.
La cosa empezó la tarde noche del domingo y no fue desmentida con la suficiente rotundidad y las fuentes necesarias hasta la mañana del lunes, pero ayer por la noche todavía seguía habiendo incautos que daban por hecha la salida del delantero del Athletic y aún se podían leer algunos retwitts al respecto.
Twitter es una red social en la que se han muerto o han matado a varios famosos, comenzando nada menos que por el presidente de EE.UU. y siguiendo por cantantes de presencia mundial, actores o políticos varios. Expandir un rumor en twitter, por muy absurdo que pueda parecer en un principio, es relativamente sencillo. La mecánica de retwitear multiplica en pocos segundos hasta el infinito cualquier cosa con apariencia de noticia, mucho más si esa presunta noticia es lo que, como lo de LLorente, se calificaba como bomba. Tampoco constituye ningún misterio. La mecánica del retwitt no es más que la traducción informática del boca a oreja de toda la vida, lo que los cásicos llamaron comadreo.
Y es que las redes sociales nos han convertido a todos en unas comadres, ávidas de chascarrillos que contar y transmitir. La humanidad ha venido haciendo esto durante toda su existencia. La función de los mercados, además de la propia del comercio, era la de reunir a gentes venidas de puntos diversos para que compartieran información. Los adolescentes que retwittean noticias bomba con fruición y cara de estar inventando el mundo, están haciendo lo mismo que hacían sus tatarabuelos. La diferencia es que unos manejan un teclado y los otros sostenían en sus manos, digamos que un manojo de puerros. La propagación de rumores está en la naturaleza humana. Y sería un ejercicio inocuo si no fuera, en la mayoría de los casos, maledicente. Pero no se trata aquí de establecer juicios morales.
Vivimos en la sociedad de la información aunque eso no presupone que ésta sea de más calidad o tenga más credibilidad. Cuando decimos esto de la sociedad de la información nos estamos refiriendo a cantidad, no a calidad. El rumor de la rueda de prensa de Llorente es buena prueba de ello.
Al parecer la historia partió de una radio de Bilbao, o al menos allí sitúan sus propagadores el origen del embuste para otorgarle credibilidad. Otras fuentes aseguran que esa radio encontró la presunta noticia en una página de internet y la llevó a sus micrófonos provocando su primera amplificación. Twitter se encargaría del resto.
Que una serie de aficionados del Athletic se dedique a hablar de las cosas del club al que siguen, es algo natural y en principio no debe ser causa de mayores problemas. Se ha hecho siempre en los tajos, en las oficinas, en los bares... El Athletic siempre es tema de conversación y cuando hay una conversación nunca falta la figura del enterado que presume de disponer de las mejores fuentes que le certifican la veracidad del chascarrillo. Lo peligroso es cuando el que ejerce de enterado es un profesional de la comunicación al que se le supone un cierto criterio (el de la prudencia debería ser el primero).
Y en esta taberna global que es twitter, algunos medios de comunicación y algunos profesionales de la cosa no se diferencian nada de la figura del aficionado enterado que, acodado a la barra, suelta en voz alta lo primero que se le ocurre, con la única certificación de que lo sabe de buena tinta. En este asunto de Llorente se hablaba de una rueda de prensa de cuya convocatoria nadie sabía nada, ni la dirección del hotel donde se decía que se iba a producir, ni el Athletic, ni los propios medios de comunicación que, sin haberla recibido, especulaban sobre su contenido una vez alcanzado el estadio de hablar por no callar. Es propio de la condición humana tratar de disimular la ignorancia sobre algún determinado tema del que todo el mundo habla, probablemente desde el mismo nivel de ignorancia. Nadie podía saber nada de una rueda de prensa inexistente, pero no faltaron especulaciones sobre su contenido. Además de la posibilidad de que Llorente anunciara su salida del Athletic se apuntaba a la presentación de la marca de botas que usaría en la Eurocopa, una campaña de la ONG que apadrina o incluso algún asunto comercial relacionado con la producción de peras de su localidad de origen, Rincón de Soto. Sería cómico si no fuera porque eran algunos profesionales de la información los generadores de estas especulaciones, y lo hacían además desde el papel del enterado de la barra del bar.
Es cierto que hubo otros profesionales, y no pocos, que pusieron desde el primer momento en cuarentena todo lo que se estaba diciendo y apelaron a un contraste de las fuentes, entonces todavía imposible, antes de otorgar credibilidad al asunto. Pero, claro, fueron barridos por quienes hace tiempo que decidieron que el rumor es mucho más divertido que la noticia, por aquellos que siguen la máxima de que la verdad no te estropee un buen titular y por los miles de aficionados a las malas noticias que, como todo el mundo sabe, son mucho más interesantes que las buenas. Hace algunos años, la cosa se hubiera ido extendiendo poco a poco, txikito a txikito, de bar a bar, de barrio a barrio. Ahora, en pocos minutos el asunto llegó por lo menos hasta Inglaterra, donde incluso un presunto periodista del Times se animó a hacer su aportación resumiendo en una cifra la inexistente conversación que habían mantenido Wenger y Llorente en Bilbao. Lo mejor de la historia es el corolario que le ha puesto su involuntario protagonista. "Yo flipo". Pues eso.
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11 comentarios:

Gontzal dijo...

Bastante de acuerdo, sobre todo en lo referente a las redes sociales y su salvaje potencial comunicativo.

Pero en este caso, desgraciadamente, el comportamiento de algún profesional de la comunicación contribuyó a la extensión del rumor y a convertirlo en noticia con tintes preocupantes.

Desgraciadamente, a pesar de que algunos quieran derivar responsabilidad hacia las redes sociales, el problema de raíz sigue existiendo en el modelo de información de algunos medios locales, que utilizan a tertulianos no profesionales que alimentan todo tipo de especulaciones y rumores. Y luego, pasa lo que pasa.

Iñaki Murua dijo...

Lo voy a tuitear (tu post, no lo de Llorente, jeje)

Jorge Escoin dijo...

Como bien has dicho, que la verdad no te estropee un buen titular. Luego también están los rumores de Bielsa, Muniain, Javi Martínez... Y lo que nos queda por leer!

Aitor Larrucea dijo...

Totalmente de acuerdo JUANCAR.
De todas formas, a algún medio como EL CORREO llamarlo local con tertulianos no profesionales, como que por ahí no paso. A este diario con tantos lectores lo empezaría a llamar prensa rosa.
Toda la mañana, estuvieron dando como noticia en su web dicho rumor, sin importarles un pimiento las fuentes ni nada.... así va el país.

Txus dijo...

Parte del problema también puede estar en que con la cantidad de páginas que ha ayudado a llenar el Athletic en las últimas semanas, pasar de repente al secano, se les hará duro.
Además, y coincido plenamente con Aitor en lo del color de El Correo, a éstos no les cuesta nada convertir en dos páginas, con fotos, ladillos, resúmenes varios y la madre que me parió, 140 carácteres de "fuente de información".

Juan Carlos Latxaga dijo...

Twitter no es más que una herramienta, con una potencia y una velocidad de comunicación brutales, pero una herramienta al fin y al cabo. Depende de cómo se use para que sea buena o mala. Creo que los profesionales de la comunicación y los medios que tienen un perfil deben extremar la precaución al utilizar twitter y, sobre todo, no dar alas a aficionados o presuntos comunicadores retwitteando lo que escriben porque el efecto multiplicador hace el resto. Y lo mismo pienso de aquellos medios que utilzan twitter como una fuente más e incluso le dan cabida en los formatos tradicionales sin aplicarle los filtros obligados.

michelle dijo...

Esto ya lo hemos debatido aquí JUANCAR. No el twitter, es el bajisimo nivel periodistico actual, yo también oi el rumor.... en dos radios diferentes, no soy periodista y sabia perfectamente que era falso, simple sentido común. Es un gesto de inutilidad y estupidez que un periodista se lo llegue siquiera a plantear, y sin ese planteamiento no hubiese trascendido la anecdota.
El periodismo espanyol es como su futbol, una basura completa. No hay más que mirar a ITALIA juancar, van a conseguir limpiar la liga mientras aquí hemos vivido un TONGO terrorifico, todo el mundo va hasta las trancas, y cuando digo todo no lo digo en broma, futbol incluido!!!!

Juan Carlos Latxaga dijo...

Michelle tu diagnóstico es feroz pero tengo que admitir que no te falta razón, aunque prefiero quedarme con los buenos periodistas, que también los hay aunque ahora mismo estén barridos por la ola amarilla

michelle dijo...

El problema JUANCAR es que ayer por la noche estaban 8 peleles cenando en madrid.... qué hacen 8 de la LFP conspirando para nada????? llegará la reunión y no harán nada claro. Esta liga en un estado civilizado estaba suspendida de por vida hombre.
Saludos que este tema me enciende mucho.

Josu O. dijo...

Yo creo que muchos de los periodistas profesionales de "toda la vida" no han entendido el tipo de medio que es Internet. De todas formas Fernando Llorente se maneja en twitter y un desmentido suyo en twitter hubiera callado muchos comentarios... o no ;-)

Juan Carlos Latxaga dijo...

Josu el problema de los desmentidos es que si los jugadores o el club tienen que salir a desmentir todas las cosas que se dicen, no hacen otra cosa todo el año.