lunes, 21 de mayo de 2012

El Athletic, de nuevo en la cuenta atrás

Empieza la semana de la final de Copa. El Athletic inicia una nueva cuenta atrás en medio de un ambiente bastante menos explosivo que el que vivió las vísperas de su final europea, cuando el magma rojiblanco lo invadió todo. Da la impresión de que la derrota ante el Atlético de Madrid ha enfriado un tanto aquel ambiente tan caldeado que alcanzó el punto de fusión justo a la hora en la que comenzó el partido con las consecuencias ya conocidas por todos. Era importante extraer algunas conclusiones de aquel encuentro, aprovechar alguna lección del fracaso, y parece que al menos una parte de la afición se está tomando las cosas con más calma en esta ocasión, aunque seguro que la cosa irá in crecendo los días que restan hasta el viernes.
Hay, sin embargo, quien no ha entendido gran cosa de todo aquello y anuncia para hoy mismo una reunión para preparar el asunto de la gabarra a la que asistirá tal número de organismos e instituciones que es más práctico decir que el obispado no estará representado. Si el desembarco de Normandía se hubiera organizado en un reunión con tanta asistencia, probablemente a día de hoy estaríamos todos desfilando al paso de la oca.
Los medios de comunicación, por su parte, siguen a lo suyo, con especiales y recordatorios de todo tipo, que irán también a más, tanto en papel como en minutos de radio y de televisión a medida que se acerque el viernes. Eso en cuando a la prensa local. La que se edita en Barcelona lleva también unos cuantos días jugando la final a su manera, como lo ha hecho siempre, es decir, publicando sin pudor alguno cualquier ocurrencia que consideren interesante para incidir en el estado de ánimo del rival de turno. En este caso han optado por dar rienda suelta al tal manido asunto de los traspasos de jugadores. Hay cosas que no cambian con el tiempo y el papelón de algunos medios impresos de la órbita del Barça sigue siendo el de toda al vida.
En Madrid se cumple también el programa anunciado. Ayer hubo concierto en el escenario de la final y habrá que ver cómo estará el césped el viernes.
La entidad del Barcelona colabora, y no poco, en el enfriamiento del entusiasmo general. No hace falta ser un espectador imparcial para otorgar muy pocas posibilidades no ya al Athletic sino a cualquier rival que se enfrente al equipo catalán, así que la perspectiva de una nueva derrota está muy presente en la familia rojiblanca aunque ello no quiera decir que el equipo viaje derrotado de antemano, ni mucho menos. Es fútbol y siempre existe una posibilidad para la sorpresa, por muy remota que parezca o a pesar de lo oculta que esté.
Falta conocer cómo se encuentran de ánimo realmente los protagonistas al margen de cómo se pronuncien ante los medios de comunicación. De momento ya tenemos una diferencia no menor respecto al partido de Bucarest. Entonces Llorene proclamó, "es el partido de nuestra vida"; ahora Herrera acaba de afirmar que se trata del partido de la vida de Bielsa. No es pequeño el matiz si eso significa descarga de tensión del campo hacia el banquillo. Si la afirmación de Herrera representa el sentir general de la plantilla, no es malo que el equipo de haya desprendido de la responsabilidad histórica que supone para la biografía particular de cada jugador el disputar nada menos que el partido de su vida. A la edad que tienen la mayoría de los rojiblancos y con las maneras que apuntan muchos de ellos, es razonable pensar que les quedan por delante unos cuantos partidos de su vida por disputar. El paso del tiempo les permitirá observar las cosas con otra perspectiva y, sobre todo, tomárselas con más calma.
Naturalidad es la palabra, jugar finales y partidos de la vida con la mayor normalidad posible, como si se tratara de una rutina más de la profesión, es privilegio que solo disfrutan los más grandes. El Barcelona, por ejemplo, que solo en los últimos cuatro años ha jugado unos cuantos partidos de estas características. Para el Athletic suponen una excepción y como tal se las toman. Limitar los movimientos de los aficionados que acuden a Lezama o variar el calendario de comparecencias ante los medios de comunicación en los días que restan hasta la final, son medidas excepcionales que alejan al equipo de la normalidad en vísperas de un partido excepcional. Son medidas que no cabe calificar a priori de buenas o malas, porque en realidad responden más a la parte esotérica del fútbol, la que no responde a un discurso racional. Probablemente incidirán tanto en el resultado final como el color que elija el utillero para la ropa interior o el recorrido que haga el autobús camino del estadio, pero son parte inevitable de la liturgia previa a una final.
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6 comentarios:

Gontzal dijo...

Yo viajo receloso a Madrid, pero con la esperanza de que el equipo, al menos, compita y de que a un partido, aunque difícil, todo es posible.

Lo que sí parece es que es cierto que es el partido de la vida de Bielsa. Los vídeos de los entrenamientos son espectaculares. Está hipermotivado.

A ver qué pasa. Cuento las finales como cornadas.

Txus dijo...

Yo también voy a Madrid, e ir "pa na" no voy a hacer, así que a ganar cuadrilla. Ánimo, fuerza y fútbol.

Anónimo dijo...

Señor Latxaga:
Le llevo leyendo mas de una y de dos veces que no hemos aprendido nada haciendo referencia a la preparación de los eventos de una hipotética gabarra, cómo si el estar preparados para la victoria fuese parcialmente culpable de la derrota de Bucarest.
No, desde mi punto de vista la derrota ocurrió porque ni entrenador ni jugadores supieron leer el partido. No por influencias externas ni por presión.
El Atlético de Madrid jugo con la defensa muy adelantada, y con un defensa pegado a nuestro 9, con lo que consiguieron anular parcialmente al bueno de Llorente. Eso se podría haber contrarrestado haciendo incapie por las bandas, si se desborda por banda el defensa tiene que recular mucho, deja mucho hueco, y se cansa mas, pero desafortunadamente a los de banda tampoco les llegaron balones ya que los delanteros Madrileños también presionaron mucho, y en vez de lo que yo creo hubiese sido mas acertado, tocar y tocar el balón para que se cansasen o para sosegarnos, se opto por el pase precipitado y/o en largo, de los cuales muchos de ellos se perdieron en el centro del campo, lo que supuso contras rápidas de los colchoneros, una película muy similar que la de días antes contra el real madrid, y no se podía achacar a la presión ambiental ya que era un partido como otro cualquiera. Distintos ambientes mismo resultado. Creo que tenemos que buscar las razones en otro lado. Personalmente estoy convencido que mas que una cuestión de que pudiese la responsabilidad, fue una cuestión táctica, estoy convencido de que el próximo viernes la cosa no sera tan fea como en Bucarest, aunque perdamos, y no por cuestión de llevar una final mas a cuestas, si no porque el Barcelona de Guardiola tiene un estilo, que ademas de irrenunciable, es mas favorable a nuestro juego.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Gontzal, seguro que el equipo compite más y mejor que en Bucarest, pero la cosa sigue siendo muy difícil.
Aupa Txus, a ver si este año te estrenas. Si una final es fenomenal perdiendo, imáginate ganando.
Anónimo, claro que la final no se perdió por preparar la gabarra, pero sigo pensando que no es muy bonito anunciar la preparación de una celebración sin haber ganado. Se puede preparar lo que se quiera pero de una manera discreta. Me pregunto qué pensaría usted si el Atlético o el Barça se pasaran la semana previa anunciando cómo van a celebrar lo suyo.
En Bucarest el equipo sencillamente no jugó a nada porque salió agarrotado y encima se vio muy pronto con el marcador en contra. Hay días en los que no te sale nada y aquel fue uno de esos. Yo también estoy seguro de que el viernes será otra cosa, porque el rival juega de otra manera y porque el Athletic saldrá más liberado.

michelle dijo...

Yo estoy de acuerdo con los dos. El equipo salió demasiado responsabilizado, y en eso TUVIMOS TODOS LA CULPA; sin embargo él también acierta al referir el naufragio táctico. Bielsa se estrelló, lo ha hecho en varias finales. Y esa es mi esperanza, confió en que se aplique mejor el viernes, aparte d e que es muy probable de que el hecho evidente de que el barça persigue la posesión nos beneficia.

Anónimo dijo...

Señor Latxaga, soy en anónimo previo.
Que que pensaría? Pues mire, el día que jugamos contra el Madrid, ya se sabia de antemano que Cibeles estaría vayado, y lo mismo con neptuno el dia que jugamos contra el Atlético. Se llama previsión. ¿Que se le ha dado demasiado bombo a la previsión? Sin duda alguna, pero insisto, no creo que afectase al desarrollo de la final, ni al agarrotamiento de los jugadores