domingo, 27 de mayo de 2012

El año en el que el Athletic no jugó dos finales

Duele en el alma ver tanta ilusión hundida en dos minutos, tanto entusiasmo arrebatado, tanta esperanza traicionada en tan poco tiempo. Víctor Jara cifró en cinco minutos la eternidad de una vida. Solo uno más tardó la vida rojiblanca en quedar destrozada en Bucarest. En Madrid ni siquiera eso: dos minutos duró la esperanza, ciento veinte segundos se prolongó la confianza pese al sobresalto de dos sustos consecutivos en la portería de Iraizoz. A la tercera empezó el comienzo del fin.
El Athletic cerró el viernes una temporada histórica que quedará para siempre en la memoria colectiva como el año en el que el equipo no jugó dos finales. Todos recordamos aquella primavera de 1977, cuando el Athletic solo cayó por el valor doble de los goles en campo contrario tras poner contra las cuerdas a una enorme Juventus en la que jugaba casi toda la selección italiana que ganaría el Mundial cinco años más tarde y cuando el Athletic perdió aquella final maldita ante el Betis después de adelantarse dos veces en el marcador y tras veinte lanzamientos desde el punto de penalti. Aquella primavera de 1977 el Athletic disputó dos finales; esta primavera de 2012, el Athletic ha hecho acto de presencia en dos finales. En ningún momento las ha disputado.
Se había hablado mucho de la final de Bucarest y se había alcanzado una especie de consenso para explicar las razones por las que ocurrió aquello. El exceso de presión pudo con los jugadores se dijo entonces. El consenso se extendía hasta la segunda final para coincidir en que la lección de la cita europea había tenido el suficiente impacto como para corregir el comportamiento del equipo en el nuevo compromiso. El Athletic competirá mejor contra el Barcelona, coincidíamos todos, porque el rival es de los que permiten otras alegrías y porque los de Bielsa han aprendido la lección, nos engañábamos. En nuestro fuero interno sabíamos que era más factible ganar al Atlético de Madrid que al Barcelona, que la final accesible era la europea, no la de Copa, pero nadie quiso manifestarlo en voz alta para no romper el encanto. La formidable afición rojiblanca se activó de nuevo para protagonizar un nuevo hito. ¿Cuántos fueron a Madrid?. Muchos. Muchísimos. Sobran las cifras que tanto huelen a propaganda. Nadie necesita una cifra para autoafirmarse cuando no tiene dudas. Y la afición del Athletic no tiene dudas, es la definición por antonomasia de la palabra incondicional. Por esa afición duele en el alma lo que ocurrió el viernes por la noche en el Vicente Calderón.
Cuarenta y ocho horas de reflexión y constraste de pareceres no sirven para encontrar una respuesta taxativa a las preguntas que dejó en el aire la nueva final perdida.
Caben tres hipótesis principales para explicar lo ocurrido. Una. El Barcelona salió al partido como un vendaval desatado y ante un rival de esa calidad y jugando a tantas revoluciones, no hay nada que hacer; nadie puede parar semejante tormenta futbolística como nadie puede hacer nada cuando la Naturaleza se desata. Por lo tanto, solo queda reconocer la superioridad del rival y admitir que ni el Athletic ni el mejor equipo del mundo hubiera sido capaz de evitar aquello. Dos. El Barcelona salió en tromba pero hay formas de frenar a un rival de esas características. Se puede intentar parar el partido por cualquier medio hasta conseguir enfriarlo, pero para eso hay que salir con tanta energía o más que el rival y el Athletic no lo hizo. No se puede consentir recibir dos ocasiones claras y un gol en tan solo dos minutos. Por lo tanto, el Barcelona es muy bueno, pero el Athletic no estuvo a la altura de las circunstancias. Tres. El Athletic ha sufrido en estas dos finales una inaudita acumulación de mala suerte. En Bucarest recibió el primer gol en el minuto seis, en el primer remate del rival y el segundo gol llegó en el segundo remate. El Barcelona marcó a la tercera, pero en condiciones normales nadie encaja un gol en el minuto dos de una final. Por lo tanto todo ha sido debido a una cuestión de mala suerte, si en la definición de mala suerte caben también los despistes defensivos, individales y colectivos. El primer gol del Barcelona llegó tras un balón que le rebota a Javi Martínez, y el segundo después de una pérdida de Amorebieta.
Cualquiera de estas tres hipótesis o la suma de todas puede valer para explicar el nuevo fracaso. Se ha extendido, sin embargo, la idea de que el equipo ha llegado agotado a las finales y que esa ha sido la principal causa de las derrotas. Se parte de una verdad para llegar a una conclusión errónea. Es cierto que el equipo ha llegado exhausto a los partidos clave de la temporada; cansado física y emocionalmente y con los principales protagonistas lastrados por esas lesiones acumulativas que no acaban de inhabilitar para jugar aunque merman el rendimiento. Pero las derrotas del Athletic se han producido en ambos casos en los veinte primeros minutos del partido, lo que anula la teoría del cansancio.
Volvamos pues a las hipótesis iniciales. El Barcelona tuvo una salida brutal de juego y de actitud. Como si los jugadores, en su afán de rendir un homenaje de despedida a Guardiola, quisieran dejar las cosas claras desde el principio. Cuando un equipo de tanta calidad juega con semejante intensidad es prácticamente imposible pararlo. Equipos mucho más solventes en su faceta defensiva se han visto desbordados por un Barcelona como el de los primeros minutos de la final. Los que apelan a la memoria del Chelsea harían bien en repasar aquel partido para recordar las innumerables ocasiones que desperdiciaron los blaugrana. Contra el Athletic tuvieron más puntería o los rojiblancos, menos suerte. El Barcelona hizo tres dianas en cinco remates. Solo falló los dos primeros. Los tres siguientes tuvieron reflejo en el marcador. Tenemos pues a un Barcelona desatado, pletórico de juego y puntería. ¿Qué podía hacer al Athletic ante semejante rival?. Muy poco dentro del Reglamento. Ni siquiera merece la pena discutir sobre la oportunidad de los cambios que introdujo Bielsa en la alineación porque no hubo tiempo material para contrastar su eficacia.
Tristeza por la nueva derrota, frustración por las esperanzas traicionadas, comprensión ante el fallo emocional de los jugadores en Bucarest, resignación ante la superioridad manifiesta del Barcelona, un cierto enfado porque el equipo no ha sido ni la sombra de lo que puede ser, orgullo por un grupo que ha llegado tan lejos sin renunciar a su ideal...el estado de ánimo de la afición es ahora mismo el resultado de todo un cúmulo de sensaciones, algunas contrapuestas. Es pronto todavía para hacer un balance definitivo porque no es bueno, ni responderían a la realidad, extraer conclusiones con la herida de las dos derrotas sangrante todavía. Pero tampoco hace falta tomar mucha distancia para calificar esta temporada como sobresaliente. Duele perder dos finales, pero hay que llegar alli para perderlas. Y el Athletic ha llegado a dos en un mismo año y de manera brillante. Esperemos que haya aprendido a quedarse. El fútbol es una metáfora de la vida y de la muerte constantemente repetida. El Athletic hoy está muerto porque le han matado dos veces, y su afición está en pleno duelo, pero muy pronto, en apenas mes y medio, cuando los leones vuelvan a Lezama a iniciar la nueva pretemporada, el Athletic estará vivo otra vez, con todas las ilusiones renovadas, preparado para aprovechar esa nueva oportunidad que siempre concede el fútbol. Recordaremos siempre esta temporada como aquella en la que el Athletic no jugó las dos finales a las que llegó, pero habrá más temporadas y más finales. Seguro.
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8 comentarios:

Txusi dijo...

Hay algo en lo que discrepo, Juan Carlos...Duele, y mucho, perderlas, pero regalarlas me mata.

Gustavo Avila dijo...

Hola Juan Carlos,

Primero que todo, reconozco que estoy decepcionado. Tengo la sensación que Bielsa no lo vio venir... Simplemente choco de frente.

En cierta forma no supo medir de forma realista, lo que su equipo era capaz de lograr.

Se podían perder ambas finales, era lógico, sin embargo no de la forma en que sucedió.

En fin, Saludos

Urbinaga dijo...

El Athletic lleva "kao" desde el dia del Sporting, ni un gol desde el mejor partido del año. Alguien, Bielsa, opto por todo; champion y dos finales con 14 jugadores "QUEMADOS" fisica y psicologicamente, que creian que el partdo lo jugaba la aficion y se ha quedado sin nada.Si hace esto Clemente lo tiran a la ria.

michelle dijo...

Hombre, decir que el día del sporting fue el mejor del año...... los mejores fueron de febrero para atras. El día del sporting peleamos mucho, pero juego escaso.
Criticar lo del otro día no es justo. El barça jugó a tope, y en esas condiciones ha goleado a todo el mundo estos años, no había nada que hacer.
Para mi lo preocupante de ese día solo radica en la rueda de prensa posterior. Que después de 11 meses de trabajo, Bielsa, al que exculpó totalmente de responsabilidad por lo del viernes en concreto, se vuelva a encabezonar en que el equipo ha mantenido el nivel físico de la primera vuelta, es cuanto menos ALARMANTE. Futbolisticamente el trabajo de bielsa ha sido muy bueno, tacticamente hablando y desde el punto de vista técnico; sin embargo la gestión de la plantilla ha sido deplorable. Lo dije en agosto, el sistema de bielsa no es malo, pero como no lo son el futbol samba; el tiqui-taca de guardiola; el catenaccio; el juego ingles...... pero conlleva un desgaste que no se puede abordar en el futbol europeo con solo 11 jugadores. En una competición de segundo o tercer nivel, como son los campeonatos sudamericanos, o incluso en selecciones puede colar. En europa ya no. Si no se rectifica eso de cara a próximas temporadas es mejor dejarlo. Yo pensaba que bielsa lo que haría es autocritica a traves de pedir fitxajes, argumentando el e scaso nivel de los suplentes ( una falacia ya demostrada en la segunda vuelta) pero tristemente he comprobado que NO, no hace verdadera auto-critica. No me sirve el colgarse la responsabilidad si no atacamos las verdaderas razones del problema.
Prefiero que renueve, eso que vaya por delante, porque no tendría sentido abandonar este sistema ahora, recien instaurado, corriendo el riesgo de despistar a la plantilla, pero es vital que este hombre descienda a la tierra y tome contacto.
Barkaidak txapagatik juancar ta gora athletik.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Pues visto así Txusi, también es verdad. Ya digo que han sido dos finales que el Athletic no ha jugado y eso ha sido lo peor.
Gustavo la verdad es que Bielsa ha perdido más finales de las que ha ganado, pero en este caso creo que la responsabilidad debe ser compartida
Urbinaga, coincido con Michelle en que para el partido contra el Sporting el Athletic ya estaba cuesta abajo. Creo que el techo se alcanzó contra el United y el Schalke después de ir creciendo desde el Barcelona y Sevilla de noviembre.
Michelle lo que apuntas da para mucho más que un comentario o un post. Creo que todos coincidimos en que la plantilla se ha quedado corta pero muchas veces olvidamos que este año han estado lesionados Gurpegui, Igor Martínez y Castillo, tres jugadores con los que Bielsa parecía contar al principio. Estoy seguro de que el año que viene habrá más gente en la plantilla. En cuanto a la RP, Bielsa ya se refirió al extraordinario nivel de exigencia de las tres competición en contraposición al nivel de mejora que ve en la plantilla.

Aitor Larrucea dijo...

Kaixo,
después de llegar de Madrid, y pasar unos días de aquello, uno ya se siente algo más entero.
He de reconocer que esta final de Madrid, personalmente, me ha dejado muy tocado, más que la de Bucarest. Y no porque esperara ganar a todo un Barcelona (aunque por dentro uno siempre tiene esa cosilla), sino por lo que dices JUANCAR, 2 finales que no hemos jugado. Y es que se puede perder una final, incluso 2, pero perderlas así, duele y mucho. Y después, de lo que ví en Madrid, pues más.
Familias enteras con niños vestidos una misma camiseta compartida con gran ilusión, y ver como delante de tu asiento 2 niños de apenas 6 y 8 años lloraban desconsolados, hicieron que en el minuto 35, aquello que nunca he hecho y no entendía en otros, se hiciera realidad. Me levanté y lleno de rabia e impotencia, abandone el Calderón para irme andando al hotel. Y sin embargo, ese trayecto me ha hecho ver lo grandes que somos y la gran admiración que nos tienen aficionados de otros equipos, y más concretamente de Madrid.
Respecto al partido, no creo que Bielsa se equivocara, ni fuera cuestión de cansancio. En mi opinión, 1. El Barça nos pasó por encima y así es imparable. 2. Nuestros jugadores no estuvieron a la altura.
JUANCAR, dices mala suerte. No creo en eso. Son muchos partidos con goles en primeros y últimos minutos. No se puede dar en 2 finales lo primero. Amorebieta pierde el balón cerca del área ¿mala suerte? No se, me suena algo a Bucarest... por tanto ¿se ha aprendido algo?
Espero 2 cosas: 1.Que este equipo madure y que se le dote de mejores recursos en el banquillo. y 2. que el grande de Bielsa siga con nosotros, porque yo por lo menos, este año he disfrutado tanto que estoy de acuerdo en que A LO LOCO SE VIVE MEJOR.

Eskerrik asko Athletic emandako urteagatik!!!

Iñaki Murua dijo...

El balance en conjunto no es malo. Hubiésemos firmado en septiembre sin duda llegar a dos finales y ver algunos partidos de los que hemos disfrutado este año.

Aún así, el bajón que me dio por las 22:30 fue de los monumentales. Menuda pesadilla. Y de acuerdo con Txusi.

michelle dijo...

JUANCAR, claro que las lesiones dejaron la plantilla corta, eso no se discute, pero no te equivoques. Castillo no iba a jugar más que san jose... gurpegi no iba a jugar más de lo que terminó jugando iñigo, ni martinez más que toquero o ibai... .
El problema es que BIELSA aspira a todo. Dio con un 11 brutal y él de verdad piensa que pueden jugar todo. Lo piensa porque lo vivió en argentina y le salió bien. En europa hay que rotar, tengas o no suplentes de nivel. De no tenerlos debes poner juveniles y perder. Porque aunque no los pongas vas a perder igual, pero además d e perder vas a reventar al caballo. Repito, el athletic no es un equipo grande hoy día. Si con este sistema un año nos ocurre lo que le ha ocurrido al villarreal, por lesiones desgraciadas, no nos salva nadie, nos vamos al hoyo. Y eso es una irresponsabilidad. El año ha sido maravilloso, un viaje inolvidable en la montaña rusa, pero la filosofia del athletic no permite esos viajes continuamente. Si va adaptarse a las circunstancias, y a priorizar lezama y el futuro, yo le firmaría diez años en blanco sin dudar; pero si su prioridad va a ser reincidir en buscar los titulos y la excelencia a corto plazo, prefiero que venga txingurri ya. Desde agosto asumo quien es bielsa, algo que creo que desconoce casi toda la afición, y no me extrañaría que se fuese mañana. Solo deseo que medite adecuadamente.