miércoles, 30 de mayo de 2012

Balance de un año para el recuerdo (I)

El Athletic desarrolló un excelente
argumento pero falló en el desenlace

El Athletic ha vivido un año para el recuerdo, una de esas temporadas que adquirirán valor histórico cuando se vean desde la perspectiva temporal suficiente. Ha sido un carrusel de sensaciones que arrancó el día de San Fermín de 2011 y acaba de terminar la semana pasada en el estadio Vicente Calderón. Las elecciones trajeron una nueva directiva y un nuevo entrenador, recibido entre el recelo y la expectación por una afición y unos medios que, seamos sinceros, en su inmensa mayoría poco o nada sabían de la trayectoria del rosarino hasta que Urrutia lo presentó como su elegido. Marcelo Bielsa y su equipo de trabajo se encontraron a su llegada al Athletic con una serie de juicios de valor sin mayor fundamento que el que alimentaban las filias y las fobias de quienes los emitían. Un año después de su llegada, contamos con los suficientes elementos de juicio para analizar su rendimiento en el banquillo del Athletic. Aquella afición que les recibió con tanta curiosidad como recelo, juzga ahora a partir de una serie de certezas. Con la final perdida, la masa rojiblanca se pronunció en el Calderón sin dejar lugar para la duda, ‘Bielsa, quédate’, le pidieron. Hubo otra final, también perdida, en la que la afición dictó una sentencia histórica desde la grada. Mientras el Zaragoza de los ‘cinco magníficos’ le estaba dando al Athletic un repaso similar al que le dio el Barcelona durante media hora, la hinchada cantaba aquello de ‘Iribar cojonudo’, proclamando así al Txopo como uno de los mejores, si no el mejor portero de la historia rojiblanca. La afición aclamó entonces a un portero que estaba evitando una goleada de la misma forma que ahora, casi medio siglo después, pedía que continúe a un entrenador que acaba de perder dos finales. Por encima de los resultados, el público sabe percibir otras cosas más profundas. Ahora, esa afición espera impaciente la decisión del técnico respecto a su futuro y cruza los dedos para que siga al menos un año más en el banquillo rojiblanco.
El Athletic ha vivido en una montaña rusa desde la llegada de Bielsa. Siempre con la adrenalina disparada, alternando sin solución de continuidad subidones inesperados y vertiginosos, con caídas al vacío de las que vuelcan el corazón. No ha habido tiempo para el aburrimiento a lo largo de una temporada en la que los partidos se han sucedido sin tregua con un nivel de exigencia máximo para el equipo.
Es una inmejorable noticia que los debates, cuando los ha habido, se hayan producido siempre en torno a aspectos futbolísticos. La posición de Javi Martínez, el progreso de Iturraspe, la soledad de Llorente, la portería, la explosión de De Marcos, la resurrección de Susaeta… han sido los principales temas de conversación. De las entradas solo se ha hablado para lamentar su escasez y las colas ante las taquillas han sido poco menos que constantes, pero en ningún caso ha habido espacio para la sospecha o, directamente, la censura de ciertas actitudes y modos del pasado. Han hablado los futbolistas y el técnico. Los directivos han guardado silencio, en público y en privado, y el presidente ha dicho lo justo, o incluso algo menos. Lo suficiente en cualquier caso en un mundo en el que habitualmente las mayores insensateces suelen llegar desde los despachos. Es cierto que la bonanza deportiva ha facilitado mucho las cosas pero no son pocos los casos en los que las bonanzas deportivas se tornan temporales a partir de una declaración desafortunada.
El gran debate ha girado, y lo sigue haciendo, en torno a la gestión que ha hecho Bielsa de una plantilla voluntariamente corta de salida y más recortada después por tres lesiones de larga duración que han privado al técnico de recambios que hubieran sido importantes en determinados momentos. Las dichosas rotaciones han estado en el centro de una discusión que suena bizantina. Es verdad que el equipo ha llegado agotado física y mentalmente al tramo decisivo del curso, pero cabe preguntarse si cambiando las alineaciones hubiera siquiera llegado a ese tramo decisivo o se hubiera diluido como tantas otras veces en una clasificación tan cómoda como mediocre. Achacar las derrotas en las finales a la condición física resulta cuando menos aventurado si ambas se han producido en los primeros veinte minutos, cuando las fuerzas están intactas. Recordar que el Athletic no ha marcado un solo gol en el último mes y olvidar que ha sido precisamente en esos partidos cuando más ha cambiado Bielsa sus alineaciones y todo el mundo estaba con la cabeza en otro sitio, es un ejercicio que no ayuda precisamente a realizar un análisis certero.
Nada más acabar la final de Copa Bielsa se refirió al extraordinario nivel de exigencia al que ha estado sometido el equipo en tres competiciones, como elemento de reflexión a contraponer con la capacidad de crecimiento de una plantilla joven. Parece lógico pensar que ahí subyace si no una autocrítica, si al menos un reconocimiento de la necesidad de algún cambio en la composición y en el volumen de la plantilla de cara a la próxima temporada.
Si resumiéramos el recorrido del Athletic este curso en un gráfico que reflejara su rendimiento, encontraríamos una línea ligeramente ascendente al principio, que acentuaría la tendencia en el mes de noviembre, seguiría subiendo cada vez más vertical los meses de diciembre, enero y febrero, para alcanzar su punto más alto en marzo, mantenerse en una meseta hasta la primera semana de abril y desde ahí iniciar un lento declive acentuado en el tramo final del dibujo.
Noviembre fue el mes en el que el Athletic de Bielsa disparó los primeros fogonazos que deslumbraron a todo el mundo en aquellos partidos contra el Barcelona y el Sevilla, pero convendría recordar que acto seguido, el equipo perdió en San Mamés, de manera injusta si se quiere, ante el Granada. Era entonces cuando todavía en no pocos foros se profetizaba que el Athletic no pasaría de Navidad sin reventar. Diciembre pasó con siete partidos, y enero con nueve y la clasificación para la final de Copa en el bolsillo. En marzo llegó la doble apoteosis ante el Manchester United y el Schalke 04, el punto culminante de la temporada, unos partidos que ya ocupan un nuevo capítulo en la larga historia del Athletic. Fue como el canto del cisne rojiblanco. La eliminatoria ante el Sporting de Portugal ya fue otra cosa muy diferente y todo lo demás está tan a flor de piel que no merece la pena recordar en este momento.
Ahora solo cabe esperar la decisión de Bielsa. Alguna vez ha dicho el técnico que le importa tanto el camino como la meta, el cómo tanto como el qué, el triunfo alcanzado mediante el buen fútbol. Su Athletic ha desarrollado a lo largo de estos meses un argumento brillante partiendo desde un planteamiento sorprendente. Es verdad que el desenlace no ha estado a la altura del resto de la obra. Los protagonistas han olvidado su papel en el momento culminante y han hecho, nunca mejor empleado el símil teatral, mutis por el foro. Sencillamente, no han estado cuando más se les esperaba. Ahí tiene un reto apasionante un técnico tan perfeccionista como Bielsa. Ha hecho un excelente trabajo estos meses, pero no lo ha completado. Queda tarea por delante y hay que confiar en que un hombre de su personalidad no eludirá el reto.
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9 comentarios:

Mintxo dijo...

excelente resumen mi querido Latxaga. Un abrazo desde Uruguay.
Mintxo.

www.reflexionesconafecto.blogspot.com

Lupo dijo...

Buen resumen. Bastante ecuménico pero con especificaciones que ojalá nos sean fructíferas para que el equipo de un salto, ya no de calidad, sino de competitividad al alto nivel; y digo equipo, no solo ciertos jugadores. Espero que se quede Marcelo; es un grandísimo entrenador, genial, disparatado, y puede culminar con éxito su etapa en el Athletic. Estoy seguro. Un abrazo desde Perú.

Gustavo Avila dijo...

Fue una temporada de ensueño... y como todo sueño tuvo su lado de irrealidad.

El cansancio no explica las derrotas en las finales como tanto insiste Juan Carlos. Se perdieron en los primeros 20 minutos y no al final del segundo tiempo por falta de piernas.

La plantilla actual es joven y solvente, por lo que se puede armar un equipo de primera división con garantías. Ahora bien, tengo la sensación que Bielsa ya exprimió lo que podía dar esta plantilla en lo que ha resultados se refiere (2 finales en un año).

En cuanto al juego, la verdad el Athletic nunca alcanzo la regularidad. Siempre fue un equipo de altibajos y lamentablemente los agarro un bajón en el peor momento.

En ese sentido si hay margen de crecimiento, aunque observo jugadores que están llegando a su límite.

Si Bielsa se queda, la verdad es que sería todo un acto de valor de su parte, pero hay que evaluar si tiene las energías para continuar con este trabajo tomando en cuenta su edad.

Saludos desde Venezuela.

Juan Carlos Latxaga dijo...

El blog se internacionaliza. Venezuela y ahora Uruguay y Perú. El efecto Bielsa llega a todas partes.
Ongi etorri Mintxo, bienvenido Lupo. Gustavo, te veo un tanto pesimista. Creo que poco más se puede pedir a un entrenador en apenas diez meses de trabajo en una competición desconocida para él y con una plantilla que confeccionaron otros. Es importante que se quede Bielsa al menos un año para asentar su idea en el primer equipo y la base

michelle dijo...

Muy buen comienzo de resumen JUANCAR, pero como viene siendo habitual diferimos en el tema central: las manidas rotaciones.
Arguyes que las dos finales se pierden al principio de los partidos, como coartada de lo físico????? hombre, el equipo se cae fisicamente mucho antes, tras el utd.... y eso no es que te quedan 40 minutos buenos y 50 cansados. Pierdes frescura desde el primer minuto. El athletic no ha dominado un solo partido desde febrero como en la primera vuelta ( la presion era la principal baza del sistema de bielsa, la otra, la posesion no ha resultado letal porque no somos el barça en calidad de definicion)
pero es que luego me arguyes que el bajon llega cuando participan los suplentes???
Ya lo profetice en octubre: tendremos que jugarnos la temporada con chicos ninguneados y para colmo les exigiremos que rindan como si tuviesen continuidad, muy injusto.
La cuestión es que yo dudo mucho si bielsa conoce donde esta y quienes somos. Si su aspiracion es ganar titulos y glorias perdidas de eciza se ha equivocado, si de verdad tiene ganas y fuerza para edificar un proyecto en LEZAMA txeke en blanco.
Ojala decida con coherencia.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Michelle en el texto digo que si haces una gráfica del rendimiento, el equipo toca techo contra el Manchester, hay una meseta hasta el Schalke y luego la línea es descendente, primero suave y al final más pronunciada.
Es verdad que las piernas pesan desde el primer minuto y que el equipo no tiene capacidad de reacción, pero las dos finales de perdieron en los primeros veinte minutos con gol en contra en el 6 y en el 2. No hay tiempo ni de contrastar si el sistema es válido (Copa) o para calibrar el cansancio (UEL).Sencillamente, el Athletic no disputó las finales.
Los famosos últimos 6 partidos con 0 goles a favor y 14 en contra, hay que analizarlos con un factor corrector. Son los partidos en los que más cambios hace Bielsa porque son los que más condicionados están por la proximidad sobre todo de la final de Bucarest. Eso no quiere decir que los suplentes sean culpables de nada. Si metes cinco cambios de golpe, es difícil que la cosa funcione. Yo creo que la temporada se acaba definitivamente en Zaragoza y el Madrid nos remata. Todos estábamos pensando en las entradas y en los viajes a Bucarest, no nos engañemos

Gustavo Avila dijo...

Michelle tiene razón al señalar que Bielsa no tenía experiencia europea... eso quedo solucionado.

Con respecto al equipo y el cansancio, yo personalmente no me metería en esas aguas profundas del rendimiento de un deportista profesional sin saber nadar.

El simple hecho de jugar finales y estar por rematar una temporada histórica, te sube la energía a mil.

Finalmente en ese tema, creo más bien que falto un liderazgo entre los jugadores, que pronto surgirá de entre los más jóvenes.

En la selección argentina por ejemplo, se ve esa falta de liderazgo, que hace naufragar al equipo y que no está relacionado al talento. Esos detalles diferencian a un equipo ganador (España) de otro que no lo es (Argentina).

Por lo demás, soy muy positivo en cuento a Bielsa y al Athletic, aunque no veo claro el futuro de los dos juntos.

Ya me declare Athleticzale y seguiré con ustedes hasta que el cuerpo aguante.

Aupa Athletic!!! Por una mejor temporada.

Iñaki Murua dijo...

Como ya se ha convertido este txoko en glocal (entre lo global y lo local, jeje) traigo una cita de un argentino, Cristian Grosso que me ha gustado:
San Mamés cerró la temporada sin nada en las vitrinas, pero bufanda al aire en las tribunas. Y en las calles, añadiría.

michelle dijo...

De acuerdo con gustavo en el análisis, aunque todos consensuaremos que esas dos finales jugadas en FEBRERO hubiesen variado radicalmente, y en lo del liderazgo. ARGENTINA no progresa porque su supuesto lider, el mejor del mundo, no lidera nada en absoluto!!! irónico no????
JUANCAR, es que debemos tratar de diferenciar el cansancio físico de la TXISPA. Por supuesto que los jugadores podrían continuar jugando 3 meses más, algunos lo van a hacer de hecho, pero desde febrero se perdió la txispa y a mi juicio era inevitable, no puedes estar 11 meses con txispa.