martes, 11 de octubre de 2011

Reflexiones después de la Asamblea


Caló el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese y no hubo nada.
Miguel de Cervantes

Tal y como se preveía en la anterior entrada y en contra de algunos apocalípticos y aficionados a la gresca tertuliana, la Asamblea de Socios Compromisarios del Athletic transcurrió por cauces entre versallescos y florentinos, o sea, con los contendientes mostrando una espléndida sonrisa agitando el pañuelo de seda, pero con el puñal escondido en la bocamanga, por si acaso. Algún brillo de su filo destelló en ciertos pasajes de la intervención de Juan Antonio Zarate, o en alguna mirada que le dedicó su sucesor Alberto Uribe-Echevarria, pero fue solo eso, un aviso de contención, un no te pases que te espero. Afortunadamente para el Athletic se impuso Versalles, o sea, el pasemisí y el rigodón. Se puede gestionar bien y tener un déficit de diez millones. Les deseo todos los éxitos en el desempeño de su labor porque serán los éxitos de todos. Cosas así, y otras de parecido tenor, se pudieron escuchar en los momentos más duros del combate dialéctico. Eso sí, ninguna de las partes se apartó un milímetro de sus posiciones, llevando el debate a un callejón sin salida. Los protagonistas dejaron que los compromisarios fueran los árbitros de aquel empate infinito - son socios, no son socios - y los compromisarios decidieron por aplastante mayoría que la razón estaba en el lado de los que acaban de llegar y no en la de quienes estuvieron cuatro años.
Fue el secretario de la actual Junta, Javier Aldazabal, quien apeló en varias ocasiones al sentido común como razón inapelable de su argumentación, después de agotar otras vías dialécticas. Y creo que fue esa apelación al sentido común la que acabó calando definitivamente en el ánimo de los asistentes. Los ejemplos del león del antepalco (si no tiene ni colmillos ni trompa no puede ser un elefante) y el de la chuleta (¿quién la paga, el que se la come o el que viene por detrás?) fueron comprensibles incluso para el más obtuso de los compromisarios. Un vistazo rápido a las televisiones, sin embargo, puso de manifiesto que hay gente incluso más obtusa que un compromisario adscrito a un bando; hay tertulianos capaces de sostener la existencia de la figura del socio de pleno derecho que no disfruta de todos los derechos. Un espectacular hallazgo jurídico que Aldazabal debería contemplar con detenimiento cuando se ponga con los nuevos estatutos.
Es muy difícil sostener, fuera de determinadas tertulias, este asunto de los Socios Barria del que ha hecho bandera la anterior Junta. Y eso lo acabó de ver la Asamblea con claridad meridiana, como se demostró en las urnas. Tampoco puede tener mucha discusión el tema de los dos millones de la prima por el contrato de televisión, condicionada como está al logro de éxitos deportivos que están por venir. Lo del millón de la Fundación, pertenece a otro ámbito, quizá más cercano a la parapsicología que a la contabilidad, pero esa de la Fundación es una historia tan vieja que se remonta a su nacimiento. Sería de agradecer que esta Junta, que ha hecho de la claridad uno de sus estandartes, le hincara el diente a este asunto, que tiene incluso una arista que roza la ética en el tema de la desgravación de impuestos de las empresas colaboradoras.
El resto de la reunión, una vez superado el Rubicón de las cuentas, transcurrió por los cauces previsibles. Salieron al estrado más o menos los compromisarios de siempre, a decir aproximadamente lo de todos los años y fueron respondidos desde la mesa con los mismos argumentos a los que han recurrido todos los presidentes que en el Athletic han sido desde que las Asambleas eran en blanco y negro. Hubo tres novedades a destacar: el mayor y más digno uso del euskera, sobre todo en el discurso del presidente, aunque también Aldazabal lo empleó. Merece una felicitación. Las otras dos requerirían alguna puntualización.
El recurso a las presuntas preguntas que los socios presentaron por escrito para explicar los pormenores económicos en el formato pregunta-respuesta, dio agilidad a la exposición y resultó didáctica. Pero hubiera estado mucho mejor si cada pregunta hubiera estado identificada con su autor, o al menos con su número de socio. El detalle hubiera dado más credibilidad a un formato que por momentos pareció estar demasiado 'preparado'.
La prohibición de la presencia de cámaras ajenas y su sustitución por una señal institucional, fue manifiestamente mejorable. Soy de los que pienso que fue un error histórico por parte del club permitir la entrada de las cámaras de televisión a la Asamblea. Pervirtieron el debate, provocaron la proliferación de compromisarios deseosos de salir en la tele y trasladaron a los televidentes una imagen del principal órgano rector del Athletic algo peor que lamentable. La alternativa que se puso en práctica anoche es, sin embargo, contraria al lenguaje televisivo más elemental y en algunos casos contradictoria con el efecto que se pretende conseguir. Algún especialista tendría que explicar cómo se conjuga el derecho a la propia imagen con el hecho de que se anuncie el nombre y apellidos del presuntamente protegido, a quien después no se muestra, pero se oye, siendo perfectamente identificable, por conocido. Que no se mostraran los primeros instantes de la intervención de Zarate fue el paradigma de lo dicho. Quizá una alternativa sería preguntar en cada caso al interesado si quiere o no que su imagen se transmita. Con que la mitad de los intervinientes diera su permiso la cosa ganaría bastante en terminos televisivos.
El estilo que quiere imponer Urrutia ha marcado sin duda el resultado de esta Asamblea. Un discurso sin estridencias, que no quiere decir que sea de perfil bajo, la elusión de enfrentamientos directos, la contención y la mesura a la hora de salir a los medios de comunicación... son rasgos que ya son reconocibles en esta Junta cuando apenas ha alcanzado los cien días de su mandato. El presidente actúa siempre siguiendo la máxima que le advierte de que será dueño de sus silencios y esclavo de sus palabras. Esa actitud le llevó a su primera cita con los socios en una posición cómoda, con un hilo argumental sólido y unidireccional, sin flancos que cubrir en forma de promesas vanas o facturas pendientes de pago. Lo que algunos quisieron presentar como una versión de bolsillo de la tercera guerra mundial acabó siendo una de las Asambleas más plácidas que se recuerdan en muchísimo tiempo. Que dure.

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5 comentarios:

Iñaki Murua dijo...

Lo de la buena gestión con una desviación importante en el presupuesto y un déficit de 10 kilos, pues no sé cómo encaja, la verdad.

Lo de los ingresos por "socios barria" ya lo decía yo el año pasado y de economía, lo justo. Aunque también es cierto que buena parte del post parece atemporal (¿o será que las asambleas se parecen al día de la marmota, intervinientes incluidos?):-)

Gontzal dijo...

Ya he vuelto de mi obligado exilio por el día de la Patria. Cómo lo celebran mis vecinos, coño.

Sorprendió para bien la Asamblea. Me gustó la capacidad de Uribe-Echevarría para explicar el presupuesto y la situación económico-financiera del Club, asequible a los que somos profanos en la materia.

Me queda la duda de si cuando toque explicar los números propios y no los ajenos serán igual de transparentes y claros en las exposiciones.

Bien la presencia del euskera, ya era hora, aunque a Urrutia le vi muy trabado cuando se trataba de hablar y no de leer.

Buen talante y mejor mensaje de Aldazabal, un buen fichaje.

El pero de siempre sigue siendo el ego de algunos compromisarios, que siguen empeñados en que se transmita una imagen pobre de la Asamblea por sus intervenciones.

Y sí, Iñaki se confirmaron nuestras dudas del pasado año. Lo de la Fundación y los Barria no eran conspiranoias nuestras. Como bien me dijiste, esto de los números también suele tener algo de sentido común.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Pues si Iñaki, esto es un deja vu de aquí te espero. Lo de los socios barria yo creo que al final la han liado con el nombre, por el maldito marketing. Si le llaman a la cosa lista de espera, o algo parecido, no se lía la que se ha liado. Claro que recoger dinero para una cosa, y gastarsela en otra, no parece muy de sentido común. El campo hay que pagarlo y si no se utiliza el dinero de los nuevos, como en el 82, pues tú me dirás.
Muy bonito el banderón de tus vecinos Gontzal, pero no veo mucho espiritu solidario en el vecindario. Claro no veis Intereconomía ni leeis La Gaceta y así nos luce el pelo. ¿No os habiais enterado de su llamamiento a colgar rojigualdas en balcones y ventanas?

Gontzal dijo...

Algún día os contaré, pero con una birra de por medio, mi tensa relación con mis vecinos de tricornio.

Quise colgar una ikurriña en la ventana pero mi mujer no me dejó. Por la paz dos Ave María, dice.

Está hecha un michelín.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Podías haber colgado una del Athletic. Ya sabes, aupa Athletic, que yo ya me entiendo, que se decía cuando patas cortas presidía el desfile del día de la raza