La Asamblea de compromisarios del Athletic se presenta más calmada de lo que a primera vista pudiera parecer a tenor de la tensión existente hace un par de semanas, y pese a los esfuerzos de algunos medios de comunicación empeñados en echar leña a un fuego que se está consumiendo por falta de combustible. Da la impresión de que Urrutia y su equipo directivo están consiguiendo llegar a su primera cita con los compromisarios haciendo valer el estilo que prometieron en campaña, ese 'gure estiloa' que podría traducirse por un intento de volver a hacer del Athletic aquel club en el que nunca pasaba nada, en contraposición con la institución convulsa de los últimos años. Los actuales rectores huyen de la estridencia, actitud que desde algunos sectores se les ha llegado a reprochar con acusaciones tan peregrinas como la de que no dan la cara a los problemas. Que los problemas sean los errores arbitrales o la imposición de unos horarios vía contrato televisivo firmado y rubricado ( y cobrado) es lo de menos. La presencia casi diaria de los presidentes en los medios de comunicación se ha convertido en un hábito y en una formidable herramienta de trabajo para el periodismo de declaraciones y su complemento tertuliano: unos ponen el titular y otros lo comentan.
La mesura en las declaraciones y la contención en las comparecencias públicas de la actual directiva ha dibujado el escenario preasambleario más calmado de los últimos tiempos. Y eso que hace apenas un par de semanas daba la impresión de que se desenterraban todas las hachas de guerra y la masa social caminaba a una fractura de calibre guerracivilista. La noticia de que los actuales gestores cerraban un balance deficitario en diez millones de euros y la inmediata rueda de prensa de los anteriores responsables (presidente y contador), negando la mayor, hacían presagiar lo peor con argumentos de peso. Una diferencia de diez millones de euros es suficiente diferencia para convertir un traspaso de poderes en un terremoto de máxima intensidad.
Pero afortunadamente para el club, no se produjo el cuerpo a cuerpo que quien más, quien menos, esperaba tras la comparecencia pública de García Macua y Zarate defendiendo su versión. Urrutia y su equipo evitaron una respuesta pública, dando por sentado que todo lo que había que discutir ya se había discutido a lo largo de las reuniones que habían venido manteniendo ambos equipos de trabajo. Prefirieron centrarse en el esfuerzo de explicar su versión a los compromisarios citando a estos por grupos en Ibaigane, modalidad que precisamente empleó con mucho éxito la anterior Junta en los cuatro años de su mandato.
Tampoco los anteriores mandatarios han insistido en su defensa, ni siquiera cuando se ha filtrado el pago a Caparrós de un cheque por importe de 250.000 euros justo la víspera de la jornada electoral. El sentido común y la práctica de pagos del club en dos plazos, enero y junio, bastaron para disipar cualquier atisbo de sospecha.
En distintos medios se ha adelantado la idea de que la anterior Junta defenderá sus cuentas en la Asamblea mediante la comparecencia en el atril de su contador, Juan Antonio Zarate. Ese es el sitio y el momento. Lo que no está tan claro es que tanto la defensa de las cuentas como su reformulación, acaben interesando demasiado a los compromisarios. Entre la masa social ha calado la idea de que estamos ante una discusión de técnica contable y aunque no sea exactamente así, la idea general es que sea quien sea el poseedor de la razón, el asunto no afecta a la economía del club sino al prurito de los protagonistas. El hecho de que los avales no estén en peligro (los actuales mandatarios reconocen un ligero superávit en el conjunto de los cuatro años anteriores) y el mensaje lanzado con insistencia desde Ibaigane recalcando que 'nadie se ha llevado nada y el dinero está en el club', evitan el dramatismo y desactivan el debate.
De los diez millones en cuestión, más de siete pertenecen a la partida de los ingresos procedentes de los llamados Socios Barria, una denominación que pudo ser un acierto de marketing y publicidad, pero que ha devenido en problema. Se discute si aquellos que adelantaron un dinero para adquirir la condición de socios en el nuevo San Mamés, son socios de pleno derecho o no. Porque de que lo sean o no, depende el destino contable de su aportación. Y llegados a este punto, conviene recordar que la figura del Socio Barria se incluía en el proyecto de estatutos que presentó García Macua la primavera pasada. El presidente y su junta quisieron otorgar rango estatutario a ese colectivo, conscientes de que era la mejor forma de zanjar esta discusión. Pero aquella propuesta no se aprobó porque algunos directivos muy concretos se negaron a aceptarla por los cambios que incluía en el proceso de constitución de la Asamblea de Compromisarios, cambios que les despojaban de su condición de poder fáctico en base al trasiego de carnets, firmas y favores personales que han ido configurando en el Athletic un insoportable régimen clientelar. El fracaso de aquella propuesta, además de impedir solucionar el vacío legal de los Socios Barria, indispuso al presidente ante los miembros más cualificados de la Comisión redactora de los nuevos estatutos, alguno de los cuales llegó incluso a apoyar en público a Urrutia en las vísperas electorales.
Hace mucho que la Asamblea de Compromisarios, una institución nacida para facilitar el control de los socios a la gestión de las Juntas, se ha convertido en una institución fácilmente manipulable y, por lo tanto, fuertemente manipulada. Los socios de buena voluntad son minoría en una reunión que se mueve en términos de bandos organizados que responden a intereses muy concretos. Se pregunta y se calcula con absoluta naturalidad de cuántos compromisarios dispone la Junta de turno, o de quién es la mayoría de la Asamblea, y se hacen cábalas a partir del año de constitución de cada Asamblea para especular sobre el grado de influencia de éste o de aquel. Todo ello aderezado por algunos personajes que año tras año dan la nota pintoresca.
Solo ésta, digamos, peculiar composición de la Asamblea, y las manos que mecen la cuna, pueden complicar una discusión que, normalmente, se debería zanjar sin mayores complicaciones. Incluso la forma en la que, al parecer, se va a votar, gestión y cuentas en el mismo paquete, favorece una resolución que beneficie al club acallando las trompetas que insisten en anunciar el apocalipsis. Veremos.
Menéame Technorati: Athletic GBookmarks: marcar
3 comentarios:
Me imagino que a estas alturas tendrás la videograbadora preparada para que no se te escape ningún SMS de la Teletienda.
Como compromisario ingenuo y ajeno a ningún grupo, después de empollar bastante todo este asunto, estoy más que a favor de la reformulación.
La lectura del punto 14 de los estatutos tira por tierra la interpretación interesada de los salientes sobre la consideración de socios de los Barria.
Lo de la tele parece una broma de mal gusto y no prever cantidad alguna por la más que posible posibilidad de no cobrar por el traspado de Aduriz otra broma, pero esta macabra.
Me hubiese gustado que alguien de los salientes hubiese explicado cómo a un hombre como Zarate, que desglosa de memoria hasta el coste de Betadine de los botiquines, se equivocase a la hora de prever para 2010-2011 el coste de personal deportivo, que consideró sería inferior al real de 2009-2010.
Uno, malpensado, se le ocurren ideas como traspasos de jugadores de peso y altura. Y hasta de rizos rubios.
La realidad ha dejado en evidencia que Macua no era el brillante gestor que pretendían vendernos. El ligero superavit de sus cuatro años se sustenta en el traspaso de Aduriz y en los ingresos procedentes de la permuta de los terrenos de San Mamés por acciones de la sociedad propietaria del nuevo campo. Una gestión discretita, al alcance de cualquier otra directiva.
Y mientras, en 4 años, la deuda a corto y largo plazo se ha visto incrementada.
Que no nos hagan comulgar con ruedas de molino.
Dicen sus defensores que no falta dinero en la caja. Sólo faltaba. Bastante ha ido a parar, de forma legal aunque no sé si ética, a los bolsillos de algún representante.
Te veo puestísimo.Estás hecho un pedazo de compromisario. Dentro de nada te veo compartiendo atril con las estrellas de las tertulias. Como diría aquel, veremos a ver qué pasa esta noche, pero creo que sin avales que discutir la cosa se calma mucho. Me queda la incógnita de comprobar qué van a hacer los exdirectivos que cuentan con 'cuadras' de compromisarios a su disposición. No he oído mucho ruido callejero, pero nunca se sabe...
Es usted corrosivo, Sr. Latxaga. El día que debute en la Teletienda de productos Mercedes le dedicaré la intervención.
Publicar un comentario