El Athletic de Bielsa ya tiene hasta el puntito de fortuna que le ha venido faltando en los primeros compases de la temporada y que tan necesario resulta en un fútbol tan igualado. Aquellos remates fallidos, los porteros prodigiosos siempre en el equipo contrario, la falta de puntería, el error en el último pase, empiezan a quedar en el olvido, aunque ante Osasuna también hubo algo de ello, por ejemplo en un par de penetraciones hasta el área pequeña en los primeros minutos de partido, que no encontraron rematador porque alguien tomó la decisión equivocada en el último instante. Sin embargo, la suerte cambió, el portero prodigioso esta vez se alineaba con el Athletic y donde antes se fallaba, ahora el balón entraba en la portería contraria con una facilidad, y frecuencia, asombrosas.
Uno ya no recuerda la última vez que el Athletic se fue al descanso con el partido liquidado con una ventaja de tres goles. Todo fue felicidad y sonrisas en la media parte después de que la grada despidiera al equipo con una de esas ovaciones de las grandes ocasiones. Sin embargo, convendría recordar que el primer tiempo no fue para un 3-0, ni mucho menos. Mendilibar lo analizó con acierto en la sala de prensa. El partido estuvo para el equipo que metiera el primer gol, y los rojillos estuvieron más cerca de conseguirlo que el Athletic al menos durante la primera media hora. Osasuna sabía cómo podía anular el juego rojiblanco. Se trataba de rodear a Muniain para que se perdiera en la espesura y de presionar a los creadores del Athletic para que fuera Amorebieta, o en su defecto, Iraizoz, el encargado de darle salida al balón. Es verdad que Amorebieta, 'orgullo de Venezuela y Euskadi' según rezaba una pancarta portada por algunos venezolanos en el gol sur, está en un plan Beckenbauer que hay que verlo para creerlo, pero seguro que Bielsa prefiere otras opciones a la hora de sacar el balón jugado. Así y todo, el central rojiblanco está tan sobrado que conectó muy bien en varias ocasiones con un Llorente que fue muy superior a sus marcadores, por lo que el Athletic también pudo probar por ese camino, que sigue siendo una buena alternativa cuando fallan otras vías.
Osasuna vino a por el partido y apoyado en un Lamah rapidísimo que trajo por la calle de la amargura a Iraola y en Nino, uno de esos delanteros en miniatura que basan su juego en la aparición por sorpresa, el equipo navarro estuvo en un tris de adelantarse en el marcador con lo que ello hubiera significado para la historia dle partido. Afortunadamente, Iraizoz tuvo una gran noche hasta convertirse en el mejor del equipo en el primer tiempo. El mejor, y el más decisivo, puesto que evitó al menos tres goles cantados.
Hizo mucho daño Osasuna ganando la espalda de Iraola y en el balón parado. Sus saques de esquina y faltas llevaron muchísimo peligro al área rojiblanca, demasiado como para que el Athletic no estudie ese asunto con detenimiento. Una cosa es asumir algunos riesgos, propios del juego y otra sufrir tanto en jugadas previsibles y repetitivas.
Afortunadamente para el Athletic el rival se llamaba Osasuna y a este equipo le suelen pasar cosas rarísimas cuando juega en San Mamés. El año pasado, sin ir más lejos, perdió en el último minuto por un corner rematado de cabeza por Gurpegui; hace algunas temporadas el Athletic de Valverde le remontó tres goles en la segunda parte; en los tiempos de gloria de los Iriguibel, Martín, Mina, Robinson o Rípodas, los navarros rara vez se iban de la catedral con menos de cuatro goles en el saco...será cosa del miedo escénico, pero los navarros se lo tendrían que hacer mirar.
Anoche sucedió algo parecido. De pronto, el Athletic que tantas dificultades ha estado teniendo para plasmar su superioridad en el marcador, se hinchó a meter goles. Primero Munian, otra vez hecho un pillo en el área, luego Gabilondo cazando un rebote, pero el que dio la medida de lo que estaba pasando fue el gol de Javi Martínez. Pocas veces se verá algo tan fácil como ese gol fuera de los entrenamientos. Galopó Iraola por su banda con el balón controlado y sin oposición, telegrafió el centro a un Javi Martínez que lo estaba pidiendo a voces, el balón llegó al área trazando una parábola perfecta y Javi se elevó sin que nadie le molestara para conectar un cabezazo de libro. Quitas a los jugadores de Osasuna y pones unos conos y tienes un ejercicio de entrenamiento de los que se ven en Lezama todos los días.
Lo cierto es que el cuarto de hora previo al descanso fue una especie de festival en el que el Athletic fue creciendo en su juego mientras Osasuna encogía de manera incomprensible después de lo visto hasta entonces. Fueron los minutos en los que Munian encontró claros en la espesura, cuando Iturraspe adivinaba los pases y los espacios entre resbalón y resbalón (¿qué le pasaba a este chico con los tacos?), Llorente dominaba por tierra y aire, y Javi Martínez ejercía de mariscal. Fue una gozada que justificó por si sola la presencia en San Mamés un lunes por la noche y que debe servir para zanjar el debate sobre el estilo, el sistema, el dibujo, el esquema y hasta el misterio de la Santísima Trinidad.
El Athletic de Bielsa tiene alternativas y diferentes soluciones para distintos problemas. Tras el descanso, el técnico hizo una demostración práctica sacando a Aurtenetxe en el lateral para llevar a De Marcos al puesto de Gabilondo. Si el gol de Javi Martínez fue un ejercicio de entrenamiento, todo el segundo tiempo consistió en un entrenamiento serio en el que el Athletic probó alernativas para esconder el balón, para atacar, para ocupar los espacios...Hasta el gol de Osasuna en el último instante fue de esos que se ven en los entrenamientos cuando los jugadores empiezan a hacer tonterías o a retarse con caños y regates de broma. Fueron cuarenta y cinco minutos que concedió un resignado Osasuna que vinieron a sustituir el partido amistoso que Bielsa había pedido para aprovechar el parón liguero. Autoexpulsado Lamah, harto de correr para nada, Mendilibar firmó la capitulación sustituyendo a Nino. Si se hubieran ido todos, hubiéramos ganado horas de sueño.
HA MUERTO TXETXU LANZA
Me acabo de enterar y aunque sabía de su mala salud en el último año, la noticia me ha dejado petrificado. Ha muerto Txetxu Lanza. A la mayoría no le dirá nada este nombre en relación con el Athletic. El equipo llevó luto por él ante Osasuna. Txetxu Lanza era el jefe de taquillas del club, un cargo delicado en el que la discreción tiene que ser a prueba de bomba. Txetxu manejaba material sensible. En algunos momentos de la temporada las entradas para San Mamés son delicadas como la nitroglicerina. Llevar la responsabilidad de las taquillas conlleva la obligación de saber 'torear' con muchos detentadores de la pureza del rojiblanquismo, con socios que ejercen de dueños del club, con presuntos acreedores de favores (electorales o no), con compromisos ajenos, con aficionados exigentes o maleducados, o sencillamente con aprovechados. Todo eso sin contar con esas vísperas de las grandes ocasiones en las que las taquillas de San Mamés se ven rodeadas por una muchedumbre de hinchas capaces de pasarse la noche entera en vela y a la intemperie, haciendo cola para comprar una entrada. Esas veces volvía a Ibaigane desde las taquillas como si regresara de la guerra, pero con la satisfacción de haber colgado el cartel de 'no hay billetes' que aseguraba el éxito económico del partido. El otro, el deportivo, lo presenciaba de pie, desde el corner donde se ubican las taquillas, atento a cualquier incidencia que pudiera producirse con un carnet perdido, o con un billete que no accionaba algún torno.
Txetxu tenía en la cabeza cada asiento de San Mamés y los años, toda su vida, su todavía joven vida, en el club, le habían permitido desarrollar un instinto que le decía cuándo se iba a llenar el campo y cuándo no. Tenía sus propios termómetros para tomar la temperatura a las taquillas y casi nunca fallaba en el pronóstico.
Fue uno de esos empleados ejemplares y fieles que también hacen grande a este club. Se le echará de menos.
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3 comentarios:
Aupa Juancar, y concluyo, por empezar por el final, jugando a fútbol se ganan partidos. Que hubo un poco de suerte al principio, quizá sí, pero el portero está para parar y los delanteros del equipo contrario para fallar. Iturraspe tuvo un balón casi de empujar en el minuto 1. Y entonces todo lo de Osasuna a lo mejor no hubiese ocurrido después.
En fin, me gusta el equipo en conjunto. Aprietan al principio y saben contemporizar una segunda parte completa, sin pasar apuros, como ocurrión con el PSG.
Mi pronóstico: ganar el jueves, empatito en Valencia y ganar al Atletico Madrid.
Estoy crecido sí, que le voy a hacer. El 1 de septiembre también estaba.
Saludos
Buen resumen JC. Se debe reflexionar sobre algunos aspectos, sobre cómo nos anuló Osasuna, sobre la facilidad con que se cogió la espalda... siguen siendo aspectos a mejorar.
Aún así hay que acostumbrarse a que volvemos, en cierta forma, al tipo de fútbol de la época de Valverde, ese que asume un alto riesgo y que golea de igual forma que puede perder partidos.
En el global de partido el marcador fue justo, no así en la primera.
El gol de Javi debe servir para recordar algunos que no deben confundir confianza con ir de sobrado. Eso sí, el penalti me pareció una broma del árbitro.
A ver el jueves, animadme a los chavales, que yo lo veré como pueda, por Internet seguramente.
Gorantziak atzerritik.
Joder Txus, te veo más sobrado que Amorebieta. Yo también creo que el jueves habrá que ganar y tengo mucha curiosidad para ver cómo se comporta el equipo en el campo de un grande. A ver si es verdad que Bielsa sale siempre a ganar.
Ya he oído por ahí que estás de vacaciones, Gontzal. Pásatelo bien y déjalo todo de nuestra cuenta. Seguro que a los austriacos estos nos los pasamos por la piedra. Me dicen que encima vienen sin seguidores, o como se llame a los tipos esos que trajeron sus primos del Austria
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