No mereció el Athletic una derrota tan cruel como la sufrida ante el Getafe. Por juego y ocasiones, los de Caparrós debieron haberse marchado a casa con una goleada a su favor, pero fallaron una riada de oportunidades que difícilmente volverán a disfrutar en otro partido. Se dirá que jugando así el balón acabará por entrar, pero eso solo sería cierto si los rojiblancos demostraran arriba un instinto asesino que no han enseñado hasta el momento. Lo que puede ocurrir por el contrario es que el Athletic siga jugando así y llevándose decepciones como la de este partido. Por establecer una comparación, aunque resulte odiosa como dice el aserto, el Barcelona dispuso el sábado ante el Espanyol de una docena de ocasiones claras de gol y acabó ganando a última hora, de mala manera y de penalti. Pero a los jugadores de Guardiola se les ve puestos y dispuestos a romper la red de la portería rival en cualquier momento. Ellos sí pueden hablar de mala suerte, porque solo la mala suerte les impidió golear en el Lluis Companys
También los jugadores del Athletic pueden apelar a la mala suerte para justificar el fiasco, pero harían muy bien si se fijaran además en su propia incapacidad y torpeza ante la portería contraria. La ocasión fallada por Del Olmo, o la patada al aire de Vélez en el primer tiempo cuando Iraola le regaló un centro que le dejó solo ante la portería en el punto de penalti, constituyen dos ejemplos muy ilustrativos. Puedes rematar a gol y encontrarte con el palo o con el culo de un defensa, o puedes proclamar ante el mundo tu impericia al tratar de rematar a gol. Esa es la diferencia.
El Athletic tiene un problema muy serio, es más, yo diría que el Athletic tiene la madre de todos los problemas que pueden aquejar a un equipo de fútbol: la falta de gol. A un delantero la voluntad y el espíritu de lucha se le suponen, como se le debería suponer el olfato goleador. Pero los atacantes rojiblancos están resfriados y sus pituitarias no captan el aroma de la portería. Unas veces tiran al muñeco (el portero del Getafe se encontró con tres o cuatro balones en las manos), otras la envían fuera y en algunas ocasiones ni siquiera aciertan a conectar el remate. Mal asunto.
Claro que el Athletic mereció ganar y ello a pesar de que desperdició la primera media hora del partido jugando exactamente como no debía jugar el equipo que había elegido Caparrós. Media hora tardaron los rojiblancos en entender que tenían un centro del campo de toque, con las incorporaciones de Orbaiz, Yeste y Gabilondo en los puestos de Javi Martínez, Gurpegui y Susaeta. Pese al cambio de hombres los balonazos fueron la moneda corriente en el primer tercio del partido hasta que los rojiblancos vieron la luz y empezaron a hacer daño, sobre todo por la banda derecha con Iraola y David López, a base de quedarse con el cuero y tocarlo una y otra vez. El Getafe, que hasta entonces no había hecho nada digno de mención a pesar de tener más el balón, reculó y comprobó incrédulo cómo desperdiciaba su rival un chaparrón de ocasiones.
La cosa siguió igual en la continuación. El Athletic jugando mejor, creando más y fallándolo todo y el Getafe cada vez más conservador. La sustitución de Yeste por Javi Martínez fue el comienzo del fin para el Athletic. Según explicó Caparrós después del partido, el jugador le había pedido el cambio porque estaba arrastrando algunas molestias. El técnico no acertó con la solución. El cambio tuvo consecuencias nefastas para los rojiblancos, que aflojaron en su hasta entonces manifiesto dominio. Luego, la entrada de Del Olmo en el lugar de Gabilondo sirvió para que el respetable y el propio interesado apreciaran las notables diferencias que hay entre la Primera y la Segunda División. El tercer cambio, el que dio entrada a Iñigo Vélez en el lugar de Jon Vélez, puso de manifiesto la cruda realidad de este Athletic. Esto es lo que hay. Un día cedes a un delantero al Numancia para que se vaya haciendo porque a tí no te hace falta, y un mes más tarde ese mismo delantero salta al césped de San Mamés a ver si arregla el partido en los últimos diez minutos. Mientras tanto, Susaeta calentó bonitamente en la banda con el preparador físico durante todo el segundo tiempo.
Pero lo peor de todo fue que tuvo que venir Casquero a explicar cómo se puede ganar un partido marcando un gol sin tener una sola ocasión a lo largo de noventa minutos. El Getafe aprobó el examen sin estudiar y los rojiblancos se quedaron de rodillas de cara a la pared. Con cara de bobos. Lo dijo su entrenador en la sala de prensa.
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4 comentarios:
Gabon Juan Carlos,
me quedo con el último párrafo del post. La diferencia estriba en eso, en la capacidad de meter gol, en la calidad. Eso en el fútbol, se compra y a precios altísimos. Nosotros parece que no nos lo podemos permitir (Joseba Llorente) a pesar de que la directiva o Vocento (o los dos, ¿o son lo mismo?) digan que la generación de ingresos va viento en popa (Petronor, Umbro, ¿Iberdrola?, la Fundación...).
Y si seguimos quedándonos con lo que nos interesa (el buen juego), perfecto, pero la clave está en intentar tener instinto matador. Y eso parece que no lo tenemos. Es preocupante la poca capacidad goleadora, el día del Valladolid (rival que parece flojo fuera de casa) quedó demostrado.
A ver qué pasa los próximos 4 partidos. Ya no sé ni qué resultados serían buenos. Me pego con un canto en los dientes por cuatro puntos.
¡Ah! Me alegra verte en la mejor tertulia de fútbol de la radio vizcaina. Me gustan las opiniones siempre distintas pero bien argumentadas de Artetxe, la socarronería de Beato, el conocimiento futbolístico de Ugalde y la humildad como moderador de Luisfer, ahora que la prepotencia abunda en algunos en cuanto tienen diez oyentes. Con Loroño discrepo más, pero se le perdona por ser algorteño.
¿Has vuelto a las tertulias radiofónicas sobre fulbol? Canta Latxaga canta.
La cara de bobos y bobas fue generalizada ayer, pienso yo.
Gracias Gontzal por lo que me toca de la tertulia. La verdad es que estoy seguro de que cuatro puntos en los cuatro próximos partidos los firmaba ahora mismo Caparrós con su propia sangre. El año pasado contra estos equipos Sevilla, Barcelona, R. Madrid y Villarreal, sacamos un punto, así que calcula.
El gol es lo más caro del fútbol, siempre lo ha sido y por eso los 'nueves' han valido más que los 'cincos'.
No quiero volver al debate de Aduriz porque creo que como no tiene vuelta atrás es un debate estéril y dañino para el Athletic, pero no me resisto a proponer a García Macua o a Caparrós, que le hizo la ola cuando vendió a Aritz, que pongan un maletín con cinco millones de euros en una de las áreas de San Mamés, a ver cuántas veces remata. El dinero tiene que estar sobre el césped, no en los despachos, pero amigo, hay que cuadrar balances para retirar los avales cuanto antes.
Iñaki, estoy en la tertulia de Onda Cero todos los lunes de 15:00 a 16:00. Por cierto, dónde está la crónica semanal que nos prometiste desde el lugar del crimen, uy perdón, desde el banquillo del Athletic
Habrá que intentar oír o grabar la tertulia entonces.
La crónica... todo se andará Juan Carlos ;-)
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