lunes, 19 de enero de 2009

¡Grande Athletic!

Por fin un partido de fútbol de verdad en San Mamés. Con juego, con intensidad, con fuerza, con incertidumbre, con garra... El Valencia se presentaba como un excelente calibre para medir el verdadero estado del Athletic, y los rojiblancos han dado la talla. A partir de ahora, con calma, sin echar las campanas al vuelo y con los pies en el suelo, habrá que empezar a mirar las cosas de otra manera, desde la perspectiva que ofrece la primera mitad de la clasificación, desde la altura que suponen esos once puntos que ahora mismo nos separan de los puestos de descenso. El Athletic empieza a ser el equipo fiable en el que puedes confiar; el equipo que, gane o pierda, se va del campo con la cara alta.
Confieso que ganar al Valencia no entraba ni en mis más optimistas ensoñaciones y que a medida que transcurría el segundo tiempo, junto con un vecino de localidad estaba buscando el impreso donde se pudiera firmar el empate. Y esa sensación no se me borra ni siquiera después del penalti marcado por Llorente y la explosión de euforia que se vivió en San Mamés. El resultado justo de un partido muy disputado, hubiera sido el empate. Si ganó el Athletic es porque el equipo está en una racha en la que le sale todo; no es lo más habitual que te piten un penalti a favor en el último minuto, por muy claro que sea, y en una jugada en la que el delantero ha conseguido rematar.
Y si apostaba por el empate durante todo el segundo tiempo fue porque durante todo ese periodo el Valencia fue superior, se hizo con el balón y con el dominio territorial, y tuvo varias ocasiones, incluidos un tiro al larguero y un fallo de Ocio, que regaló un balón en el área, para adelantarse por tercera vez en el marcador. Hubo suerte y el Athletic, que empezaba a acusar el fuerte ritmo de la primera parte, y se desconfiguraba como un ordenador barato a medida que Caparrós cambiaba a los más cansados, aguantó la igualada en el marcador a base de casta y apretar los dientes. Luego, a última hora, llegó ese penalti decisivo, mérito de unos leones que encontraron fuerza para llegar al área rival en un par de arreones agónicos.
Fue mucho mejor el fútbol del Athletic antes del descanso, cuando con David López y Gabilondo en plenitud y un Orbaiz todavía fresco, pudo trenzar un juego coherente buscando las bandas como alternativa al pelotazo largo sobre Llorente y Vélez. Cuando todo el equipo, salvo los dos centrales, rayó a gran altura. Porque ese es el único secreto de este Athletic resucitado: que hay un buen numero de futbolistas que están atravesando su mejor momento de forma y de juego. Sacar partido de ese estado de gracia individual es la gran virtud del equipo como grupo. Las limitaciones técnicas de algunos quedan así diluidas en la corriente favorable y se nota menos el escaso nivel de más de uno con la pelota en los pies. Digamos que el Athletic ha sido siempre así, una mezcla de coraje, torpeza voluntariosa y excelentes futbolistas. Cuando cada elemento aparece en la mezcla en su justo porcentaje, el resultado es tan explosivo como éste que estamos disfrutando desde diciembre. Ahora se trata de mantener las proporciones estables; que la calidad de David López o Iraola, combine con la casta de Koikili y con la voluntad y el trabajo a destajo de Vélez; que la finura de Orbaiz ponga contrapunto al despliegue a veces hasta excesivo de Javi Martínez y que la sutileza de Gabilondo siga sirviendo gasolina al depredador Llorente. Y, mientras tanto, que podamos seguir disfrutando cada domingo de sensaciones que habíamos olvidado por la falta de costumbre: ambición, orgullo, alegría, rabia, euforia...éxtasis de la mano de un gran Athletic.

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7 comentarios:

Gontzal dijo...

Así es JC. Fue un partido de los de antes. Hemos recuperado la casta y el orgullo en el momento preciso.

Lógicamente coincidente con el mejor estado de forma de la mayoría de jugadores.

Ahora toca rotar un poco y dar aire. Martínez impresiona, pero hay que darle tregua.

Yo también me conformaba con el empate, sobre todo porque el Valencia estaba más vivo en la segunda.

Cumplió Megía. Justo es reconocer que, al margen del penalti, hizo un arbitraje correcto.

Ahora sólo falta enfriar los ánimos. Estamos demasiado animados. Yo me conformo con no sufrir y ver, de vez en cuando, partidos como el de ayer.

La UEFA o la final de copa me parecen una quimera.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Completamente de acuerdo en tu apreciación sobre la euforia y la acumulación de esfuerzos de algunos jugadores. El problema, a mi juicio, es que el equipo baja bastante cuando quitas a los titulares. El domingo en Almería veremos cómo nos desenvolvemos sin Javi Martínez. Megía Dávila, el hombre que casi provoca un tumulto aquel día del Cádiz y el penalti repetido, estuvo bien. Lo de Pérez Burrull en el Bernabéu sí que fue histórico

Gontzal dijo...

Pérez Burrull es un árbitro mediocre y cobarde. Qué fácil es atracar a Osasuna. De todas formas, esa prensa madrileña que hoy le apalea, si se hubiese atrevido a pitar los dos penaltis, estaría comentando ya la enésima campaña de Villar para favorecer al Barça y el poco peso del Madrid en la Federación. Son así tus colegas de la "capital del Imperio".

Sobre las rotaciones coincido, pero o reciclamos a Gurpe, Etxebe, Ustaritz y demás o la racha actual es pan para hoy y hambre para mañana. Este equipo no puede aguantar a este ritmo mucho tiempo con 13-14 jugadores, como tú decías el otro día.

La "niña de tus ojos" es un ejemplo claro de ello.

Antonio Piera dijo...

Tienes toda la razón en tu análisis, amigo JC, pero debo decirte que, a pesar de la evidente caída física del segundo tiempo, y la consiguiente apropiación del balón y el juego por parte del Valencia, nunca dejé de creer en el excelente fútbol directo de los leones ni en su agresividad final. Tenía la sensación de que para que el Valencia marcase hacían falta demasiados toques y excesivas coincidencias circunstanciales, mientras que al At. le bastaba con trenzar una jugada. Llámalo peligro, u olfato de gol, pero tu equipo tiene este año línea directa con las ocasiones.

De lo del Madrid, prefiero no hablar, porque lleva sufriendo arbitrajes monocordes y lo de ayer me pareció una excepción. Escandalosa, desde luego, pero una excepción. A ver si estos chicos aprenden que tener el balón sólo sirve si vale para crear peligro y macar goles.

Enhorabuena por el partido de ayer. Disfruté como un niño con un lápiz.

Anónimo dijo...

Coincido en vuestras opiniones.
Añadir que parece que San Mamés va cogiendo su aura, y que el equipo que venga sepa que si quiere ganar va a tener que jugar mucho, que ahora no va a puntuar cualquiera. Ahora los jugadores saben lo que es "jugar en San Mamés".

Anónimo dijo...

Aupa chavales! He estado unos dias "off" y ando liadillo, pero no me pierdo a mi Athletic ni a JC en sus comentarios, buenisimosssssss
En todo lo dicho aqui, de acuerdo, pero vamos a conseguir 43 puntitos, vamos a ir tranquilos, vamos a intentar que la Catedral vuelva a ser lo que fue, que a mi forma de ver se estaba perdiendo y he recuperado la ilusion en que puede volver a ser, y una vez logrado eso, entonces empecemos a pensar un poco mas alto, porque lo hemos pasado mal un monton de tiempo ehhhhh, no nos olvidemos, que mi salud me lo recuerda a veces.

Pero creo que lo vamos a conseguir, que vamos a intentar olvidar esos "añitos", y entonces sí, AUPA ATHLETIC y a por todas!!!!!!.

Saludos a todos.

Luis Teclista

Juan Carlos Latxaga dijo...

Siento no poder contestar a tiempo, pero ando muy liado últimamente. Insisto en que me preocupa tanta euforia. Esto parece la investidura de Obama.
Antonio, podrías ilustrarnos sobre el 'naningate' del Madrí. Entre eso y los espías que dicen que le ha puesto la Comunidad a Gallardón, Madrid parece el patio de Monipodio.