El Athletic sigue en estado de gracia. Los rojiblancos han mirado a los ojos a la diosa Fortuna y a ésta le ha debido de gustar lo que ha visto. Un hincha árabe del Athletic, que seguro que los hay, diría que el equipo tiene baraka, buena suerte, y ha sido esa buena suerte la que le ha concedido una segunda oportunidad en la Copa ante el Sporting.
En circunstancias normales la eliminatoria debió quedar resuelta en San Mamés a favor del equipo asturiano, que lo hizo todo en el partido y casi todo bien. Le faltó rematar el trabajo con algún gol. No lo hizo y lo puede pagar caro. El empate a cero no es tan malo para el Athletic. De momento, le valen todos los empates en El Molinón, que no es poco.
Hay partidos que se ven venir desde el primer minuto, y el de San Mamés fue uno de esos. Desde el saque inicial se vio a un Sporting muy bien situado en el campo, dispuesto a manejar el balón y sin atisbo alguno del recuerdo de su anterior paso por Bilbao, cuando cayó por tres goles y dejando una impresión lamentable. A los cinco minutos ya se había visto a ese equipo bonito, como solo puede serlo el Sporting, con gente joven, más bien de porte pequeño, pero cuidadosa con el manejo del balón, atrevida y descarada. Un Sporting que se convierte en un rival temible porque ese estilo de juego, de pase preciso y jugadita arriesgada, tiende a poner en ridículo al que está enfrente, aun sin que sea esa su intención.
El equipo de Preciado trenzaba el fútbol como quien no quiere la cosa y solo se aplicaba en plan industrial para ejercer una presión muy adelantada que ahogaba la salida del Athletic. El resto era coser y cantar, un ejercicio liviano, sin alardes técnico-artísticos tipo Barcelona, pero de una precisión y eficacia apabullantes.
Enfrente, el Athletic volvió a su peor versión, la de un grupo de voluntariosos profesionales, dispuestos a cumplir su jornada laboral con un rendimiento taiwanés. Profesionales, sí, pero no futbolistas. Los futbolistas son otra cosa; los del Sporting, por ejemplo. Con las bandas cegadas por la noche negra de Gabilondo y Susaeta, con Javi Martínez y Orbaiz llenos de agujetas tras la paliza que se dieron ante el Valencia y con un Llorente que ya empieza a dar boqueadas, el grupo de Caparrós estaba atado de pies y manos. El paso de los minutos no hizo sino confirmar la impresión inicial hasta convertir el partido en un suplicio y la propaganda oficial que vende la Copa como un logro asequible, en una teletienda donde se ve cómo se doblan con el calor las indestructibles sartenes de acero inoxidable.
El penalti que falló Llorente no puede ser tenido como excusa, ni como argumento para justificar el fiasco, entre otras razones porque ni fue penalti, ni hubiera sido justo que el Athletic se adelantara en el marcador después de pisar el área contraria una sola vez. El fallo del delantero fue, eso sí, la confirmación de que hay noches en las que uno no está para nada... de nada.
Iraizoz fue el mejor rojiblanco en el primer acto de la eliminatoria, y con eso está todo dicho. Pero queda mucho que decir en cuanto a la suerte definitiva del choque, que sigue como estaba al principio, y ni tan mal para el Athletic. Para empezar, es importante enfriar esa estúpida euforia que se había instalado en el entorno y de la que cabe un análisis más pormenorizado, porque esos entusiasmos desmedidos tienen más que ver con la propaganda oficial y la opinión publicada que con la realidad de una afición que ha visto mucho como para que ahora le vengan a vender cuentas de colores. Enfriado ese entusiasmo, queda por certificar hasta cuándo le va a durar al Athletic su estado de gracia, ese que le está permitiendo ganar de penalti en el último minuto o acabar sin encajar un gol un partido como éste ante el Sporting. Y, lo más importante de cara al futuro: hasta cuándo van a poder aguantar los leones a este ritmo y cuánto va a bajar el rendimiento general cuando bajen algunos rendimientos particulares. Esas son las preguntas que interesa responder al aficionado. Si hay o no suficientes plazas hoteleras en Valencia, lo puede saber mirando en internet.
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6 comentarios:
No puedo sino darle la razón una vez más. Conviene considerar que a un equipo le hace bueno, malo o mejor su contrario. El Madrid actual, por ejemplo, no deja pasar un partido sin convertir en gigantes a todos los equipos ante los que se alinea. Tampoco hubo tanto Barcelona contra el nuevo Español, ni lo habrá (me atrevo a asegurarlo con riesgo de mis orejas) ante el Numancia.
Ayer al Athletic de tus entretelas le hizo vulgar el buen trabajo del Sporting, sus extremos y laterales desaparecieron aburridos del despliegue de los de Preciado (cierre, apoyo y cegar salida) en donde destacó, por cierto, un lateral izquierdo con buen coco y piernas de seda del que no recuerdo el nombre. Los centrales encimaron por turnos y cerraron con eficacia salvo cuando se incrustaba por su zona un Javi Martínez que acabó exhausto.
Te felicito una vez más por tu objetividad y clarividencia que sí resultan compatibles, entre seres civilizados, con la máxima pasión.
Jodé (y perdón), JC. Vaya lujo de crónica y contracrónica de Antonio Piera. Que aprenda la prensa deportiva de papel.
Nunca nos fue bien la euforia, como tampoco nos van los homenajes previos a los partidos.
Lección de Preciado a Caparrós. Con defensa adelantada y presión de locura en el centro del campo, anuló las bandas e imposibilitó las salidas a Orbaiz. Llorente, doblemente escoltado, pocas alternativas tuvo salvo la que le puso en bandeja Medina Cantalejo, amigo del riojano esta temporada (penaltys 'rigurosos' contra Mallorca en liga y ayer en copa).
Salió a flote la peor carencia del Athletic: sin espacios, no sabe jugar al fútbol.
Y hay que recordar que en el partido de Liga en San Mamés el Sporting salió, como ayer, a por el partido con su habitual descaro. Entonces tuvimos la suerte de marcar rápido y cambió el partido.
Ya se dijo en este blog. Con 13-14 jugadores no se puede afrontar el calendario de enero al nivel físico de los últimos partidos.
El miércoles sí, el miércoles veremos la verdadera cara de este equipo y si es cierto que quiere llegar lejos en la Copa. Porque la palabrería es fácil, lo complicado es dar la cara en un partido como ese. Y lo digo independientemente de lo que pase...
Apuntar el dato del "viento sur" el cual nos trae al pairo a los jugadores e hinchas zurigorris. Cuando salí de la estación de Llodio el termómetro marcaba 18 grados centigrados.
Luis Fernández nos solía recordar habitualmente lo de este dato climatologico e incluso Jabi Gonzalez solía decir que el viento sur ha hecho que estemos con la caraja.
Destacados para mí un inconmesurable Iraizoz, un superclase como Orbaiz y un león como Lertxundi.
El Sporting me gusto muchísimo ya que tuvo un juego dinámico de presión y lucha y amontonando gente en medio campo nos gano la partida y en su detrimento decir su falta de punch arriba.
Soy optimista y creo que lo eliminaremos. Ya son diez partidos sin perder. Que continue la racha.
Aupa Llorente y también mi ánimo a Ion Vélez al que una parte de la grada le abucheo. Hay un sector del público que no me gusta nada y seguramente seran los que aplaudieron a Villa, los que silbarón y murmuraron contra Ion. Se deberían hacer hinchas del Valencia, Barcelona etc... y pienso que a nuestros jugadores hay que animarles y no abuchearles cuando no tienen el día.
Somo
Buena cronica JC. Como siempre vamos.
De acuerdo contigo Somo en que a un jugador de casa no se le puede abuchear, eso nunca. Se puede comentar con el compañero de localidad algun detalle, pero abuchear no me gusta a un jugador nuestro. Pero discrepo contigo que pueden ser los mismos que aplaudieron a Villa. Entre los que aplaudieron a Villa me encuentro yo, y nunca he abucheado a un jugador nuestro, ni pienso hacerlo mientras mi cabeza me respete.
También de San Mamés han salido aplaudidos Juanito, Michel, etc, etc, por poner un ejemplo. Eso es simplemente porque La Catedral es lo que su propio nombre indica.
No quiero polemizar eh, para nada. Un saludo, Somo y compañeros de charlas.
Luis Teclista
Caparrós va a Almería sin Iraola, Vélez ni Llorente, además de las ausencias de los sancionados Javi Martínez y Ocio. No sé si se debe a que apuesta por la Copa o a que a estas alturas, no puede hacer otra cosa. Llorente ya estaba dando muestras evidentes de cansancio y Javi corre el riesgo de caer reventado como un caballo de la cuádriga de Messala (para los más jóvenes, ver Ben-Hur, un clásico).
Sea como sea, bienvenidos sean los cambios, por lo que aportan de descanso y por la frescura que le darán al equipo el miércoles. Y por una tercera razón: para calibrar lo que da de sí de verdad la plantilla.
Llega febrero. Remember la pretemporada. Aduriz ¿dónde estás?
Pues sí, mucha rotación parece para hacer de golpe un partido. La copa no se si apuesta por ella o no, pero no le queda más remedio después del calentón del de Utrera y su caseta con ella.
Y coincido. Hoy veremos el potencial de esta plantilla y las ganas (y la capacidad) de reivindicarse de algunos.
¿Who is Aduriz?
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