miércoles, 22 de julio de 2009

Reloj no marques las horas


De momento no pasa de ser un asuntillo anecdótico, uno de esos temas de debate de terraza veraniega que se diluyen con la llegada del primer chaparrón. Se trata de esa propuesta-globo sonda lanzada por Florentino Pérez para que los partidos de la Liga se jueguen los domingos a las tres de la tarde. Dice el presidente del Real Madrid que esa hora es la ideal para que la Liga española se pueda ver por televisión en Asia y que eso multiplicará de manera exponencial los ingresos por derechos de televisión. A título de ejemplo definitivo nos propone el modelo inglés, con su Premier League famosa en el mundo entero gracias, según él, a que juegan los sábados a las tres de la tarde.
Como no podía ser de otra forma, una vez lanzado el globo sonda en Madrid, el periodismo se ha lanzado a detectar sus efectos en provincias. Y como no podía ser menos, García Macua fue preguntado al respecto durante su excursión a Isla Canela. El presidente del Athletic se movió entre el moderado entusiasmo y la adhesión inquebrantable para afirmar que prestaría su apoyo a la iniciativa de Pérez puesto que, efectivamente, el cambio de horario sería prácticamente un calco del mapa que conduce a Eldorado con un desvío por Jauja, y que otro gallo le hubiera cantado a Pizarro de haberlo tenido en sus manos.
La adhesión de García Macua a las tesis de Florentino Pérez es sin duda fruto de un desconocimiento enciclopédico, no exento, sin embargo, de una absoluta falta de reflexión. García Macua quiso aportar a la doctrina del cambio horario una tesis historicista: las tres era el horario en el que se jugaba hace muchos años en Bilbao, afirmó con autoridad catedrática. ¡Toma!, en Bilbao, y en Barakaldo y en Bermeo y en Amorebieta y en Ponferrada... Es un problema de ausencia de luces. En invierno anochece temprano y la iluminación artificial no llegó a San Mamés hasta 1964. Aunque a García Macua le parezca un hecho extraordinario, todavía hay por ahí campos en los que se juega por la mañana o a primera hora de la tarde.
Volviendo al argumentario de Florentino (el ejemplo del fútbol inglés) abrazado con fervor por buena parte del periodismo, conviene hacer algunas puntualizaciones que nos llevan a enlazar con nuestra casuística. En Inglaterra, pese a la instalación de la luz artificial en los campos, se sigue jugando a las tres de la tarde y también se sigue circulando por la izquierda, sin que hasta ahora sus intentos por convencer al resto del mundo de las bondades de hacerlo hayan obtenido el eco que esperaban, salvo algunas excepciones. Jugaban a las tres, e incluso más temprano, como tomaban el té a las cinco, mucho antes de la invención de la televisión y hasta de la radio y por supuesto mucho antes de que los japoneses y los chinos descubrieran el fútbol y algún empresario avispado el pay per view. En el invierno inglés a las cuatro de la tarde es noche cerrada, una hora estupenda para ir al pub o a casita a disfrutar del espléndido clima de la isla. Los ingleses comen (o eso que hacen a todas horas en el el bus y en el tube) muy temprano a mediodía, e incluso siguen masticando algo aparentemente comestible en la misma grada. Pero en Bilbao las costumbres dominicales son otras. De hecho la UPV-EHU haría bien en desarrollar un estudio sobre la relación entre la introducción de la luz artificial en los campos de fútbol y el desarrollo de la pesca industrial del calamar y la destilación del vermut. En Bilbao, como en la mayor parte de esta zona del mundo, los mediodías de los domingos están consagrados a eso que se ha venido en definir con el genérico salir por ahí a tomar algo, siendo ese algo en un alto porcentaje de casos vermut y rabas, sin excluir las variantes del blanquito (txakoli si hay que hacer patria) y aceitunas rellenas o con hueso, según el gusto del cliente. Luego, con la comida familiar todavía en la boca, se sale corriendo hacia San Mamés. Hay virtuosos que sacan tiempo para un trago a mitad de camino, por aquello de evitar la siempre peligrosa deshidratación. Y todo gracias a la llegada de la luz electrica a los estadios. ¡Qué sería de nosotros sin el gran Tomas Alba Edison!. Antes de aquel bendito 1964, entre la afición balompédica estaba ampliamente extendida la institución del café torero que, como todo el mundo sabe, consistía en echarse al coleto sin previo aviso y la menor transición sólida, un café y una copa de coñac, o de solysombra en casos de singular sofisticación, para que hiciera a modo de dique de contención a la riada de vino que previamente había corrido por el gaznate txikito a txikito. El café torero marcaba así el paso de la mañana a la tarde sin prácticamente haber pasado por el mediodía.
Pero si estos rasgos atávicos de nuestro comportamiento dominical no fueran suficientes para echar directamente a la papelera esta alocada idea del cambio de horario, bastaría con que nos fijáramos en un pequeño detalle del fútbol inglés que Florentino Pérez ha olvidado comentar y García Macua calibrar, que no es otro que el modelo de negociación y reparto de los ingresos por televisión que siguen en la Premier League, modelo que contempla la negociación en bloque de todos los equipos y el reparto equitativo de la tela, allí llamada, todavía, libra. Sin duda Florentino, ocupada como tiene la cabeza en tantas preocupaciones y fichajes, ha lanzado su propuesta pensando en seguir como hasta ahora, o sea, negociando por su cuenta y llevándose la parte del león de la tela televisiva, aquí llamada euro, y probablemente a García Macua le ha cegado el brillo de los nuevos millones que le han dicho que llegarían a las arcas de Ibaigane para sumarse con tanta alegría a una propuesta que, por poner un ejemplo grosero, le daría al Real Madrid pongamos que 50 millones y al Athletic, cinco, con lo que el club rojiblanco no sería cinco millones más rico, sino 45 millones más pobre que el Real Madrid, lo que agrandaría la actual brecha norte-sur hasta límites comparables a la diferencia entre los PIB de EE.UU. y de Honduras, por poner dos ejemplos que estos días están saliendo mucho en los periódicos.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy original Juan Carlos, me ha gustado mucho el relato y sobre todo el repaso a la cultura vasca en lo referente a la visita de sacristias a catar txakoli jajaj.

Cuándo has escrito lo de que los ingleses conducen por la izquierda etc...me ha venido a la cabeza que cuándo empece a trabajar de chaval-16 años tenía- en un taller de calderería, el encargado de taller o jefe de taller que era de Arrankudiaga me dijó que los ingleses apretaban los tornillos para la izquierda, o sea que la rosca era diferente al resto de los mortales que apretamos los tornillos para la derecha en sentido agujas del reloj. Nunca me he puesto a comprobar la veracidad de tal afirmación, pero no creo que mi encargado que era muy serio haría mofa de mí en su comentario.

Somo

Juan Carlos Latxaga dijo...

Ja, ja, Somo. En el sector de bromas de taller yo conozco uno al que mandaron a buscar una broca para hacer agujeros cuadrados y el tío volvió con un trozo de un cigüeñal

Gontzal dijo...

Coño, mi lector RSS está como yo, más en p'aquí que en p'allá, se me había pasado el post, pero qué razón, suscribo lo dicho al 100%. Lo de este Macua es alucinante, cada día su capacidad de sorprendernos es mayor, aunque parezca mentira.

JC, tú que sabes de esas cosas, ¡qué puede costar cambiar la moqueta de San Mamés con motivo del concierto? ¿Se cubrirá con el taquillaje? Y dicen que Flaño no viene, ¿será por eso que la plantilla es la más competitiva, que dice Caparrós?

Anónimo dijo...

Gontzal, a lo mejor se te había pasado el post, porque el mismo se titula "Reloj no marques las horas", jeje, y sobre lo de Flaño, me surge una hipotesis, y es que a lo mejor San Jose esta mas cerca de lo previsto tras que el Gordo Benitez haya contado minimamente con el de la Txantrea en la gira txina.

Somo

Juan Carlos Latxaga dijo...

Lo del césped cuesta un egg y la yema del otro pero quiero creer que lo pagará el que lo rompa, o sea el concierto, de lo contrario estaríamos ante una novedad en la casuística de arrendamientos por lo que ruego el informe preceptivo de un abogado (a ser posible no vinculado al Athletic).
Lo de Flaño empieza a coger el color de que les está asustando la opinión pública que no hace más que preguntarse qué aporta este jugador.

Iñaki Murua dijo...

A cuenta de las horas de los partidos... me apuntó mi hijo esta temporada que el horario era muy raro, o sea, un domingo a las cinco. Y es que tanto partido televisado a las 10 de la noche...
Menos mal que todavía me queda San Mames cerca de casa, pero me temo que a las 3 no llego :-D