lunes, 12 de marzo de 2012

Paréntesis de infortunio

El Sadar es así, un campo presionante, una bombonera donde el propietario juega con un plus de intensidad que le llega desde la grada y que muchas veces le alcanza para suplir otras carencias. Osasuna es un equipo competitivo en la medida en que se hace fuerte en su campo. Y este año el navarro es un equipo muy fiable cuando juega en casa. Por si no fuera bastante el plus de competitividad que le aporta la grada, cuenta con un entrenador al que le encanta que sus equipos jueguen siempre al límite. Con Mendilibar no hay espacio para las florituras; prefiere la entrega y la honradez a lo largo de los noventa minutos. Para su desgracia, es uno de esos entrenadores a los que acaban encasillando en el papel de técnicos que dirigen equipos de combate. Habría que verle dirigiendo algún grupo con más posibles, pero no será fácil que le den esa oportunidad.
Osasuna y la grada del Sadar le tienen ganas al Athletic, de eso no hay duda. Los partidos entre vizcainos y navarros suelen ser choques vibrantes, sobre todo cuando se disputan en Iruñea. Si llegan en un momento dulce para los dos equipos, la cosa crece hasta alcanzar niveles de ebullición. Que algunos impresentables se empeñen en convertir un campo caliente en el que el fútbol se vive a flor de piel, en una plaza de talanqueras, donde lo mismo te cae en la espalda un cubo de sangría que te atizan con una cáscara de sandía, no debe empañar el ambiente que se vive en el campo navarro. Esos impresentables se dedican a arrojar balones al terreno para interrumpir el juego. Descubrieron la broma el año pasado en un partido ante el Real Madrid y les debió de hacer tanta gracia que ayer la repitieron durante todo el segundo tiempo. Entre ellos y el árbitro que necesitó su tiempo para anotar todas las tarjetas (siete rojiblancos amonestados,la mitad de los que jugaron), el partido nunca tuvo la continuidad mínima que necesita el juego del Athletic.
El equipo de Bielsa acabó derrotado porque se tuvo que enfrentar a ese ambiente caliente y a un rival que jugó al límite de sus posibilidades, renunciando a un titular en cada línea: Javi Martínez, Herrera y Llorente. El Sadar no es precisamente el banco más amable para pagar la hipoteca europea y al Athletic le embargaron los tres puntos.
No hay que olvidar tampoco al infortunio. Osasuna no había dado todavía señales de vida cuando Iturraspe le clavó un golazo a Iraizoz por toda la escuadra. El Athletic no había tenido más dificultades que las previstas para tratar de desarrollar su juego hasta entonces, y siguió jugando fiel a su idea incluso cuando se vio por detrás en el marcador. Esa fidelidad al juego puso a De Marcos en situación de empatar pero su remate cruzado se estrelló en la base del poste. Lo intentaba el Athletic, pero se encontró con un segundo gol en una falta bien sacada por Osasuna pero mal defendida por los rojiblancos. En medio de la fiesta local, cualquier otro equipo en la misma situación hubiera entregado la cuchara y se hubiera puesto a pensar en su próximo compromiso europeo. El Athletic, no. Seguro que en el descanso ningún seguidor de los leones estaba pensando en que el segundo tiempo se iba a jugar a beneficio de inventario. En su fuero interno todos los espectadores, incluidos los osasunistas, sabían que el marcador no estaba haciendo justicia a lo que había ocurrido en el campo durante todo el primer tiempo, y en el bando rojiblanco no se apagaba la llama de la esperanza de una remontada. Esa es la aportación más trascendente que ha hecho Bielsa a este equipo y a este club: dotarlo de un espíritu competitivo a prueba de cualquier contratiempo. Nadie en sus cabales hubiera apostado en el descanso a que el Athletic caería derrotado por una diferencia de dos goles.
Bielsa maniobró como era de esperar. Iturraspe y Aurtenetxe dejaron sus sitios a Herrera y Llorente. De Marcos se fue al lateral izquierdo e Iñigo Pérez ocupó su sitio en el medio centro. Con la nueva configuración el Athletic pudo mover el balón con algo más de sentido, superando con cierta solvencia la agobiante presión que los rojillos empezaban prácticamente al borde del área de Iraizoz. LLegó el gol de Llorente, fusilando a Andrés tras un excelente pase de Herrera y con más de media hora por delante, había razones más que suficientes para seguir confiando en la remontada, a pesar de todos los pesares.
Le costó mucho al Athletic durante todo el partido hilar tres pases seguidos porque tuvo enfrente un rival que se vació para evitarlo. Mendilibar sabía muy bien cómo podía desactivar al Athletic y su gente lo consiguió durante muchos minutos. A ramalazos, fallando demasiados pases y dejando la espalda desguarnecida, los leones fueron encerrando en su área a Osasuna en el segundo tiempo y pusieron el balón con frecuencia enfrente de la portería de Andrés. La salida de Ibai por Toquero pareció desconcertar un tanto a los defensas rojillos, que se encontraron con un delantero de características muy distintas, que les sorprendió en más de una ocasión. A punto estuvo Damiá de compensar el autogol de Iturraspe y Andrés hizo la parada del partido a un remate de Muniain ajustado al palo. Llorente no vio un excelente centro de Susaeta y en el último suspiro Iraola estuvo a punto de aprovechar una cesión defectuosa de un defensa rojillo. Es verdad que en medio de esta vorágine Iraizoz salvó un mano a mano con Manu, pero qué menos que correr ese riesgo en los últimos instantes.
Cayó el Athletic, que sale momentáneamente de las posiciones europeas en la Liga mientras que el Manchester, que ganó su partido, llegará a San Mamés como líder de la Premier. "Esto no es Old Trafford, esto es el Sadar", cantaban la grada. Los rojillos pusieron todo lo que tenían para ganar y les cundió mucho más que a los diablos rojos, está claro. Nada que objetar por ese lado. Desde el bando rojiblanco solo cabe esperar que lo de ayer sea solo un paréntesis desafortunado y que el jueves San Mamés sea San Mamés.
llévame a Menéame Menéame mira lo que se habla en la blogosfera Technorati: Athletic lleva este post a los favoritos de Google GBookmarks: marcar

4 comentarios:

Gontzal dijo...

Un tropiezo disculpable, la plaza no era sencilla, menos esta temporada, y el equipo, con todo, bien pudo haber empatado de no ser por su blandura en ambas áreas, algo que suele repetirse en bastantes partidos.

Al músculo que contrapuso Osasuna ayudó un árbitro casero y tarjetero, que evitó que el Athletic pudiese competir de igual a igual a la hora de repartir estopa. Ojo a las áreas, porque lo de Muniain fue punible, lo digo para los amigos del euskovillarato.

Mendilibar, en rueda de prensa, dio una de las claves: ellos prepararon el partido toda la semana. A estas alturas de temporada, es un lujo que el Athletic no puede disfrutar.

Con todo, ahí estuvo el empate.

Gustavo Avila dijo...

He notado que después de todo triunfo, sobre todo notorio, los pequeños grupos caporristas reclaman vehementemente su cuota de paternidad.

Yo por mi parte y tratando de ser objetivo, le reconozco lo bueno, pero también lo malo de su labor y Herencia.

Cada vez que el Athletic se enfrenta con equipos marrulleros, los jugadores parecieran perder el libreto del nuevo sistema y, se dejan llevar por el ADN que aún conservan de Caparrós.

Me animaría a decir que por momentos disfrutan; meter, romper, cortar, pelear y hasta guarrear un poco... Lo malo del asunto, es que no pueden coexistir esas dos formas de fútbol sin que una se imponga a la otra, por esa razón, en esos períodos el equipo se olvida de jugar la pelota, desmarcarse y limpiar las jugadas.

En fin, nada que con trabajo no se pueda corregir...

Como no hay mal que por bien no venga, esta derrota va ponerles las pilas a todos.

Saludos.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Osasuna juega siempre así en su campo, Gontzal. Le hizo lo mismo al Barcelona. Es un campo complicado por las dimensiones y por la presión que mete la grada y el equipo. Al Athletic le faltó claridad para superar con calidad el fútbol agobiante del rival. Cada vez que hiló tres pases seguidos hizo una ocasión de gol. Lástima que no acertara.
Gustavo, el Athletic ya no está para ese tipo de fútbol, pero siempre queda algún atavismo, sobre todo cuando te están invitando constantemente a ir a la guerra. A veces no es tan sencillo abstraerse de los condicionamientos ajenos que influyen en un partido.

Gontzal dijo...

Por cierto, alguien se ha pasado de frenada en la Web oficial en la redacción de la crónica.

Nunca me han gustado las web hooligans, tipo la del Sevilla FC, y me chirría y me pone los pelos como escarpias leer eso en la del Athletic.

Estoy convencido (o quiero estarlo) de que hoy en Ibaigane alguien habrá pedido explicaciones.