viernes, 16 de marzo de 2012

Fue maravilloso

Lo histórico no era jugar contra el Manchester United o visitar Old Trafford. Lo histórico era eliminar al legendario equipo inglés, al actual lider de la Premier, al subcampeón de Europa en vigor, a la colección de estrellas que maneja un mito viviente como Ferguson; superar a la institución futbolística más global, esa que vende cientos de miles de camisetas rojas en Asia o en el continente americano, la organización diseñada para funcionar como una multinacional. Imponerse al gigante económico y futbolístico desde los valores de siempre, a partir del trabajo paciente y bien hecho a lo largo de años de angustias y penurias deportivas con el único sustento de la fe en las convicciones propias, con el apoyo incondicional de una afición que sabe estar en su sitio en las duras y en las maduras, una hinchada que no da la espalda al equipo cuando está en sus peores momentos y que se pone en primera fila para llevar a sus jugadores en volandas cuando necesitan ese aliento extra que iguale desde la grada le presunta superioridad del rival. El Athletic global no vende camisetas en China, ni falta que le hace; el Athletic global es el que abarca a jugadores, técnicos, dirigentes, socios y aficionados que son, como bien se pudo comprobar ayer, toda la sociedad sin distinción de capacidad económica, credos, razas o ideologías. La afición del Athletic es algo más que una hinchada al uso, es un movimiento popular imparable cuando se activa en las grandes ocasiones. Ese Athletic global hizo historia eliminando al Manchester United, como pedía Bielsa, como querían los jugadores, como soñaban los seguidores.
A estas horas los jugadores del Manchester United se están preguntando todavía qué pasó, que les pasó, anoche en San Mamés. La explicación es sencilla y compleja a la vez. Les pasó por encima el Athletic, todo el Athletic. Esa sería la respuesta sencilla, comprensible para cualquiera que viera el partido en cualquier punto del mundo. Si quisieran una ampliación, convendría que consultaran con sus propios aficionados. A lo mejor les contarían que ellos también fueron un día un equipo como el Athletic, celoso de sus tradiciones y de su historia, arropado por unos hinchas identificados con sus colores y con sus jugadores, un grupo humano reconocido y reconocible capaz de sobreponerse a las adversidades y de defender un escudo por el orgullo de portarlo en la camiseta. Aquel United que ganó la última Champions League del siglo pasado volteando el marcador de la final en los dos últimos minutos del partido, se parecía bastante al Athletic que ha jugado esta eliminatoria, por ejemplo.
Observaban los seguidores ingleses las calles de Bilbao teñidas de rojo y blanco durante todo el día, con cara de envidia. Veían ancianos ataviados con la camiseta rojiblanca, madres con la bufanda del equipo que iban a recoger a sus hijos que bajaban del autobús escolar vestidos también de futbolistas, grupos de jóvenes anticipando la fiesta, toda una ciudad patas arriba por un partido, por un equipo. No es fácil entenderlo si no eres del Athletic.
¿Cómo explicar lo que ocurrió en San Mamés?. No es sencillo encontrar palabras para describir una explosión emocional como la que se vivió en la catedral durante dos horas. Fue como si todo lo que se había estado soñando durante todos estos días, todo lo que había estado ocurriendo desde la mañana a lo largo y ancho de la ciudad, se hubiera sublimado en la olla a presión del viejo campo. Hacía falta algo mucho más consistente que un subcampeón de Europa, que un lider de la Liga inglesa, para parar todo aquello. Y claro, el United acabó aplastado por la marea rojiblanca que llegaba en oleadas desde las cuatro gradas empujando a unos jugadores que sabían que no podían fallar.
En partidos como el de ayer las cuestiones tácticas suelen pasar a un segundo plano. Ferguson admitió su error del partido de ida y reforzó su centro del campo para plantar batalla allí donde siete días antes había perdido la guerra. Su elección le llevó a renunciar a un tipo tan peligroso como Chicharito, quizá el jugador que más daño hizo a la defensa del Athletic en Old Trafford. Recuperó también a un veterano tan fiable como Rio Ferdinand para apuntalar una zaga que los rojiblancos habían dinamitado en el primer partido.
Bielsa no hizo cambios. Hace tiempo que tiene su once ideal y le de igual que llueva o luzca el sol, que enfrente esté el Manchester United o el Mirandés. Se trata de coger el balón, mirar hacia la portería contraria y buscar los caminos para llegar allí cuanto antes y cuantas más veces mejor, sin mirar ni al reloj ni al marcador.
El partido, como tal, duró veinte minutos, los que tardó el Athletic en marcar su primer gol. Hasta entonces el Manchester United plantó cara y amagó un par de ataques para demostrar que no estaba dispuesto a dejarse intimidar por un rival que le bailó siete días antes. Pero el Athletic ya se había hecho con el balón y lo movía con sentido, de banda a banda, buscando las diagonales y los espacios. Muniain culminó una excelente combinación con un remate a la base del poste y De Marcos envió el balón a las nubes a puerta vacía. Fue la primera gran ocasión. Poco después los leones ensayaron otra variante: en lugar de dibujar media docena de pases en el centro del campo, Amorebieta cruzó un envío largo desde su campo que Llorente llevó de volea a la red. Fue el mismo gol que le dio la victoria al Athletic en Anoeta en la primera vuelta. Rio Ferdinand no debió de haber visto aquel video.
Un cabezazo de Giggs fue la única respuesta que acertó a articular un United muy tocado por ese gol que empezaba a ponerle la eliminatoria imposible. Lo que sucedió tras el descanso ya está en la historia del Athletic. El equipo de Bielsa fue construyendo minuto a minuto, con la precisión de un orfebre, un monumento al fútbol en mármol de Carrara. Imposible destacar a un solo jugador. Iraizoz, siempre seguro, entendió muy bien el juego desde su posición, Amorebieta se comió a Rooney, Javi Martínez tapó, robó y condujo como un coloso, Aurtenetxe se hacía dueño de la banda izquierda, a Iraola se le fue por centímetros el gol de la temporada, Herrera volvió a brillar con luz propia, tanto como un Muniain que volvió locos a los zagueros ingleses y un De Marcos que marcó otra vez y volvió a estar en todas partes, como Susaeta, o como Toquero, otra vez una máquina en la banda derecha, al que se le fueron arriba dos remates francos, uno de ellos merecedor de los honores del gol; y qué decir de Iturraspe, otra vez, como en el partido de ida, de menos a más para erigirse en un imponente mariscal de campo, o de un bravo Llorente que, renqueante, marcó el gol que encarrilaba la eliminatoria y aguantó lesionado hasta que no pudo más.
Lo peor, si es que se puede hacer semejante afirmación en un partido que rozó la excelencia, volvió a ser el resultado. El Athletic, que ya había merecido dejar resuelta la eliminatoria en el primer partido, perdió ayer la ocasión de firmar una goleada de escándalo que hubiera dado la vuelta al mundo. Hasta estos niveles hemos llegado con este equipo: no solo eliminamos a todo un Manchester United sino que merecemos hacerlo por goleada.
La victoria por la mínima no refleja lo que sucedió en San Mamés pero, como les ocurre a los que asistieron al célebre partido de la nieve, los que estuvimos allí no olvidaremos nunca aquella noche en la que el Athletic pasó por encima del Manchester United y además tendremos el apoyo de unas imágenes más nítidas que aquella vieja filmación del NoDo para demostrarlo. Hemos vivido en directo un episodio histórico y lo evocaremos durante toda la vida porque, sencillamente, fue algo maravilloso.
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9 comentarios:

Txus dijo...

Los pelos de punta, otra vez, leyendo tu crónica. Y lo mejor me pasó cuando llegué a casa y me iba a dormir cerca de la una. Pasé por la habitación de mi hijo pequeño a taparle, abrió un ojo y me dijo: Aita que golazo de Llorente. Estaba dormido el tío, pero le salió. Esto es el Athletic. Sentimiento puro, emoción. Aúpa athletic, siempre

Joxerra Bustillo Kastrexana dijo...

Bonita crónica Juancar. Solo un pero a la euforia desatada, el escaso banquillo del equipo. Menos mal que no está habiendo lesiones graves, salvo la de Gurpegi, que si no...
Tenemos 14-15 jabatos, algunos que ya son estrellas, pero un equipo, si quiere ser grande, tiene que tener unos 20.
Un abrazo

Karraka dijo...

Que gozada, acaba de amanecer y sigo teniendo la misma cara de kokolo de anoche; no es por mezclar txakoli y zacapa, sino por las dos horas enormes ante la TV ayer.
Después de leerte, como el café no me afloja lo que llevo encima y antes de que empiece a llorar, pues nada me voy a la playa a pegarme un largo baño y ordenar ideas.
Gero arte,

Juan Carlos Latxaga dijo...

Te digo yo que ese te jubila Txus. Lo tienes fácil para los regalos de cumple, Olentzero y lo que se tercie.
Tienes razón Joxerra, nos faltan tres o cuatro jugadores más para completar un plantillón, pero creo que Bielsa seguiría jugando con 13-14, es su método. Creo que más que número nos falta un punto de calidad o experiencia en un par de relevos.
Aupa Karraka, ver ganar al Athletic en el Caribe tiene que ser un lujo, aunque igual mejor en el pueblo, eh?. Ayer me encontré con unos cuantos camino de San Mamés. Ambiente de Aste Nagusia

Karraka dijo...

Ya estamos de regreso.
Juankar, una pregunta:
¿Ya conseguiremos suficiente dinero para mantener este equipo?
cuantos mas partidos, la revalorización va crescendo.
Juankartxu, conozco a uno que tiene 15 años, esta en el pueblo y dice que no tenga prisa en volver, el me representa, el carnet no se daña y ademas yo ya disfruté de ligas, copas y final de UEFA. Ahora le toca a el.
Besarkadak

Juan Carlos Latxaga dijo...

Está bien eso de ir dejando el carnet en herencia. Las nuevas generaciones tienen que ir cogiendo el relevo.
Yo espero que la crisis juegue a favor del Athletic. La UEFA se está poniendo seria con el tema económico y acabará entrando en vigor la norma del fair play económico: el que no paga, no juega. Hoy en día los 40 o 45 millones de las clausulas de Javi Martínez o Muniain son mucha pasta, hasta para los más ricos. Pero en esto, como siempre, el que manda es el jugador: el que se quiere ir, se va.

Iñaki Murua dijo...

Una vez más, +1 a lo que has escrito. Esto es fútbol, hasta podría escribir Fútbol, con mayúsculas.

Apunte que tengo pendiente: en casa lo de ser del Athletic no es de ahora, con la hija (más que adolescente) y el hijo (adolescente) Viene de siempre. Probablemente ahora es fácil cantar Beti zurekin! Y, al final, que te digan que la culpa de que sean zurigorris es tuya, como que te sienta pero que muy bien ;-)

Juan Carlos Latxaga dijo...

Aupa Iñaki, la transmisión de los valores a los herederos-as es responsabilidad de los progenitores (en euskera bilbaino, los aitas), así que no nos queda más remedio que cumplir con nuestra obligación. En estos dos partidos contra el Manchester hemos asegurado una nueva generación de zurigorris.

Iñaki Murua dijo...

En mi caso aita y ama (también socia) y te aseguro que está garantizada hace años ;-)
Eso sí, ambos también disfrutaron contra el Manchester, antes, durante y después.