miércoles, 21 de marzo de 2012

El Athletic se hizo un lío

La tercera derrota consecutiva que sufre el Athletic en la Liga tiene una explicación más complicada de lo que a primera vista pudiera parecer. El desastre que sufrieron los de Bielsa durante la segunda parte certifica la justicia del resultado. Sin embargo hay algunos detalles que matizan ese desastre, tan importantes como la forma en la que llegaron los dos goles. Una torpeza de San José propició el primero de Falcao y el segundo, también del colombiano, llegó cuando el Athletic se recomponía tras sustituir al lesionado Iturraspe apenas unos segundos antes. Es verdad que el Atlético jugó a placer y pudo incluso incrementar el marcador, pero todo eso ocurrió después de conseguidos sus goles. Antes, durante todo el primer tiempo, el partido fue solo una áspera pelea alrededor del círculo central sin que ninguno de los dos equipos consiguiera ni siquiera acercar el balón al área contraria. Lo que ocurrió después del descanso es que el Athletic acabó haciéndose un lío entre las sustituciones y los cambios de posición de varios jugadores. Los de Bielsa hubieran necesitado un mapa para orientarse en el campo. De su despiste se aprovechó un Atlético que solo enseñó su calidad con el partido cuesta abajo.
Falcao fue el jugador decisivo. Marcó dos goles, casi le parte la nariz a Amorebieta y lesionó a Iturraspe provocando su retirada. Lo normal suele ser que el delantero centro marque goles y reciba patadas. La noticia es que haya un delantero centro que marca goles y lesiona a los centrales rivales. Y hay que advertir que no hubo mala fe ni juego sucio en sus acciones. Un intento de chilena dentro del área es una acción peligrosa pero admisible. Que el delantero centro se tire con todo y a tumba abierta a intentar rematar un balón suelto en el área pequeña, es simplemente cumplimiento de su oblgación profesional. Simeone tiene en el eje del ataque a un tipo que parece hecho a su medida: enérgico, dinámico y aguerrido, además de goleador.
Todo lo que tuvo el Atlético en su ataque le faltó al Athletic en el suyo. La ausencia de Llorente volvió a ser un lastre pese a que Toquero trabajó como en él es habitual. Pero una vez más, quedó claró que lo suyo no es convertirse en referencia sino acompañar. El Athletic volvió a quedarse sin una salida natural a su juego en el centro del campo, una dificultad que no hizo sino resaltar la imprecisión de la que adolecieron todos los jugadores de creación que puso Bielsa sobre el terreno. Fallando solo la mitad de los pases hubieran barrido al rival, pero anoche salieron con las botas de madera y entregaron al rival innumerables balones sencillos. Esos errores provocaron dos efectos no deseados: la pelota fue casi siempre de los colchoneros y cada pase fallado obligaba a correr muchos metros hacia atrás a todo el equipo, con el consiguiente desgaste que eso supone.
A pesar de tantos problemas el partido llegó al descanso con un empate sin goles que dejaba un pronóstico abierto aunque el Athletic, quizá por primera vez en toda la temporada, no había conseguido fabricar ni una sola ocasión de peligro durante esos cuarenta y cinco minutos.
Lo peor llegó en la continuación. A Bielsa le debió de dar un ataque de entrenador, esos arrebatos que de vez en cuando experimentan los técnicos, y que les hacen ver cosas que no están al alcance de los aficionados rasos. Se equivocó y le honra el reconocimiento del error tras el partido. Decidió retirar a Herrera para dar entrada a San José y devolver a De Marcos al centro del campo, desde la posición de lateral derecho en la que había jugado todo el primer tiempo, puesto que pasó a ocupar Javi Martínez. En mala hora. El central cometió una torpeza incomprensible al borde del área, dejando el balón franco a un tipo tan peligroso como Adrián. El rechace de Iraizoz al tiro del delantero cayó a los pies de Falcao, marcado de lejos por quien había provocado la catástrofe. No habían pasado cinco minutos del segundo tiempo y el Atlético había resuelto todos sus problemas. Liberados de la presión del marcador, los colchoneros jugaron sus mejores minutos ante un Athletic que no se reconocía ni se entendía a sí mismo. Con la alineación descabalada, jugadores fuera de sitio y un despiste monumental, los leones fueron presa fácil de un rival que empezó a mostrar toda la calidad que atesoran bastantes de sus hombres. Tipos como Turan o los ya mencionados Falcao o Adrián empezaron a disfrutar de verdad de las subidas de Juanfran o Filipe o el empuje de Mario o de Godin. Fue en una disputa en el área pequeña cuando chocaron Iturraspe y Falcao llevándose la peor parte el primero. El cambio obligado descompensó aun más al equipo y cuando todavía estaban recomponiendo líneas llegó el gol que cerraba el partido, o al menos eso parecía.
La imagen que proyectaba el Athletic en esos momentos era la de un equipo cansado, que llegaba tarde a todos los choques y tenía la vista nublada cuando quería mirar hacia la portería contraria. Todo lo que se viene hablando acerca de la trayectoria de este grupo y de la insistencia del técnico en repetir alineación, estaba en aquellos instantes encima del tapete del Calderón. El Athletic se arrastraba y el Atlético volaba. Claro que en esos casos suele pesar casi tanto el estado de ánimo como las piernas. No es lo mismo correr ganando por dos goles que hacerlo cuando pierdes y ves que no te sale nada. Porque el Athletic siguió corriendo, tanto que, contra toda lógica, los últimos diez minutos fueron los mejores en cuanto a creación. Fue cuando Susaeta no acertó a empujar a la red a dos metros de la portería vacía, o cuando fue objeto de un penalti no señalado por derribo de Perea. Cualquiera sabe lo que hubiera sucedido de acabar alguna de esas acciones en gol con tiempo por delante. La pena fue que el tanto de Javi Martínez llegó en la prolongación, cuando solo servía para adecentar el marcador.
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4 comentarios:

Gontzal dijo...

Jodé JC, pensé ayer lo mismo, lo comenté y lo he dejado hoy escrito: ataque de entrenador.

"Que el delantero centro se tire con todo y a tumba abierta a intentar rematar un balón suelto en el área pequeña, es simplemente cumplimiento de su oblgación profesional." Que lo anote Susaeta en su agenda.

Lo de los penaltis... en fin. Ya no sé nada de fútbol, no sé qué manos son falta, cuáles son tarjeta, cuáles no... y la sensación es que tampoco lo tienen claro los propios colegiados. Desconcertante.

Juan Carlos Latxaga dijo...

A Bielsa le honran y le definen sus declaraciones después del partido. Es el primer entrenador que conozco que admite su error con sinceridad.
Falcao es un delantero enorme por su olfato de gol y su agresividad. No hay muchos como él.
Lo de los árbitros... el de ayer no me pareció el peor. Es verdad que se pudo comer dos penaltis en el área del Atlético, pero no eran jugadas fáciles de ver. Errar es humano, hay otras actuaciones de los árbitros mucho más censurables porque intervienen otro tipo de circunstancias también muy humanas como la arrogancia o la prepotencia.

Igor dijo...

Hola Juan Carlos y compañía. Hace tiempo que sigo las crónicas de tu blog, aunqque hasta hoy nunca me he animado a comentar nada. La verdad es que me resultaba dificil, porque hasta el día de hoy has expresado, negro sobre blanco, lo que yo pensaba tras cada partido o circustancia. Así es también tras este partido, pero no he podido resistirme a comentar lo siguiente: ¿Habéis leído las últimas crónicas de la web oficial? Parece que alguien no ha digerido muy bien las críticas a la crónica del partido contra la Real. Si aquello fué vergonzoso, lo de ahora resulta patético. En fin...

Gontzal dijo...

Aupa Igor,

lo acabo de leer, la verdad es que sí, da sensación de pataleta, de alguien enfadado por el tirón de orejas, que empieza con una crónica aséptica y acaba opinando casi en la misma línea del otro día.

Lo de felicitar al atlético y luego criticar a su afición... pues que es todo menos elegante.

Sigo pensando que sobran las crónicas en la web oficial.