miércoles, 8 de febrero de 2012

¡A la final!

Las gentes rojiblancas se veían en la final prácticamente desde que se supo la composición del cuadro de eliminatorias. El Athletic estaba en la lado fácil y, además, los equipos más pequeños le han ido aclarando el panorama. Las gentes rojiblancas estaban exultantes de optimismo, pero algo en el fondo de su corazón les aconsejaba guardar una mínima prevención. Al fin y al cabo, en esta dinámica de lo impensado que es el fútbol, el susto puede saltar en cualquier esquina. Hubiera sido una sorpresa de dimensiones cósmicas que el Athletic no pasara su eliminatoria contra el Mirandés, pero el hincha de fútbol sabe que fiascos mucho más grandes se han producido en este deporte. Que se lo digan a los brasileños, que todavía lloran el maracanazo; de hecho, no hace falta ir hasta Brasil, basta recordar lo que ocurrió en Mallorca hace bien poco. Por eso, las gentes rojiblancas no querían más emociones que las estrictamente necesarias en el partido de vuelta de la semifinal, porque la emoción es muchas veces sinónimo de incertidumbre y eso hubiera significado que las cosas no se estaban desarrollando de acuerdo con los intereses del Athletic.
Al final, despues de tanta especulación y de tanta promoción televisiva de lo que se anunciaba poco menos que como el Novecento del fútbol modesto, de tanto jabalí y de tanto gladiador venciendo a un león, el partido respondió a los esquemas que se pueden esperar del choque entre uno de los mejores equipos de Primera División y un muy buen equipo de Segunda B que tiene un delantero calvo que trabaja en un banco y que estas semanas ha salido en la tele más que Botin y González juntos. La cosa duró, estirándola mucho, veintidós minutos, que fue lo que tardó el Athletic en marcar su tercer gol. A los diez minutos Muniain ya había marcado el primero, y cuatro minutos después Susaeta había hecho el segundo. Si la cosa había quedado meridianamente clara en el partido de ida, un cuarto de hora bastó para quitarle la sábana al fantasma de la sorpresa.
Es imposible de todo punto sorprender a un Athletic centrado en su objetivo y arropado por una grada en ebullición. El Mirandés no iba a superar ni en motivación ni en ganas a los leones y como estos son manifiestamente superiores en lo futbolístico, ocurrió lo que tenía que ocurrir, ni más menos. El equipo burgalés cayó fulminado en tres jugadas que evidenciaron la enorme diferencia que separa dos categorías en el fútbol. El Athletic, que saltó al campo con la cabeza fría, muy fría, y que no tuvo empacho en pasar y repasar la pelota en la zona ancha a la espera del hueco por donde golpear, comprobó que le bastaba con apretar un poco para hacer trizas la defensa del rival. La velocidad de De Marcos, los movimientos de Llorente, las subidas de Iraola, la capacidad combinativa de Muniain, Herrera y Susaeta eran realidades tangibles frente a la ensoñación de un Mirandés que veía que el cielo se desplomaba sobre su cabeza. No hubo salida en tromba, ni desmelenamiento; no era la noche de las emociones de ese tipo. Hubo control de la situación, claridad de ideas y una eficacia tan demoledora que si los tres primeros remates acabaron en la red no fue por suerte o casualidad, sino porque se hicieron desde tan cerca y con tanta ventaja que su destino no podía ser otro.
Al Mirandés hay que reconocerle un pundonor encomiable. Cualquier otro equipo hubiera regresado del vestuario tras el descanso agitando una bandera blanca. Los de Pouso no. Siguieron a lo suyo, a intentar jugar al fútbol todo lo que les dejaran, que hasta entonces no había sido mucho. Fueron los jugadores del Athletic los que regresaron al terreno de juego pensando en las musarañas o en la menera de conseguir todas las entradas que necesitarán para la final. Una estupidez de Muniain al borde el área (¿nadie le dirá nada a este chico?) acabó en corner y el corner en gol tras un barullo en el área pequeña. La gente se lo tomó como cuando alguien te derrama la copa en la camisa en mitad de la fiesta, un contratiempo no muy agradable si se quiere, pero intrascendente. Unos minutos después otra tontería de San José, acabó en un remate que salió muy cerquita del palo izquierdo de Iraizoz. Que te derramen una copa, molesta; que quieran ducharte con una segunda, suena a ganas de liarla. Los animosos mirandeses, que ya se habían visto volviendo con un saco de goles, se animaron con su grito de guerra: "¡sí, se puede!", mientras que la hinchada local dudaba entre bajar al campo a dar una colleja a los suyos para que espabilaran o seguir con la fiesta. Llorente les ahorró el debate. El Athletic regresó al partido y el delantero terminó de aplastar los restos que quedaban del Mirandés. Fue cuestión de cuatro minutos: un globito por encima de la salida del portero y un remate en el segundo palo, fueron la espoleta que hizo estallar la fiesta en San Mamés. "¡Sí, sí, sí, nos vamos a Madrid!".
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6 comentarios:

Gustavo Avila dijo...

Eskerrik Asko Athletic

3 meses para pulir los detalles de concentración...

...Luego a sacar la Gabarra

Saludos ;)

Juan Carlos Latxaga dijo...

Se va a hacer largo, muy largo, Gustavo. Menos mal que tenemos la Europa League para estar entretenidos. El objetivo inmediato es eliminar al Lokomotiv y cruzarnos con el Manchester United.

Odriozola dijo...

'E la nave va'

Primero de todo felicitarnos a todos nosotros por la alegría que nos han dado y hemos sentido. Y sí, sabemos valorar las cosas, aunque los agoreros nos hablen de recorrido sin dificultades.

Respecto al partido. Primer tiempo primo hermano del jugado en Miranda y segundo no del todo satisfactorio. Con Muniain queda un montón de trabajo por realizar y no solo en el plano estrictamente técnico. Hay algo en San Jose que me desconcierta, lo veo atascado, sin ideas.

La Europa League no es para estar entretenidos, es para intentar ganarla.

Sufrí Moscú con 29º 'below zero' y basicamente es similar que sufrirlo con -10º, -15º, -17º, etc. Los moscovitas como si tal cosa. !!! A comprar gorros de piel de nutria en el Sheremetyevo Airptort !!!...

Juan Carlos Latxaga dijo...

Coincido contigo Odriozola. No es cosa de echar agua sl vino en un día como hoy, pero es crucial que alguien tenga una charla con Muniain, y en Lezama hay gente suficiente y suficientemente preparada para eso.
Hubo un ratito del comienzo del segundo tiempo que mo me gustó. Lo del tramo final, tal y como estaba el partido, lo dejo a beneficio de inventario.
Ahora a por los rusos y a ver si luego nos cruzamos con los chicos de Fergusson. Que no pare la música.

Gontzal dijo...

Voy a acabar por ir yo para Lezama y tener la charla, porque me está cansando un poco el asuntito de Bart.

Tenías razón JC, ha sido una eliminatoria fácil, mucho menos disputada de lo que yo, cuateloso y juvenil, presumía ;-)

Qué bueno para enganchar a los más jóvenes es que pasen cosas como las de ayer.

Y sí, 3 meses son largos, pero habrá que ir preparando banderas en ventas y balcones.

Para que Marcelo renueve, por ejemplo. Porque lo de Llorente me da que está cercano, ¿o no os pareció significativo el intento de manteo al nueve?

Juan Carlos Latxaga dijo...

Lo mejor es eso Gontzal, que las nuevas generaciones vivan estas cosas. Ayer había bastante gente nueva en San Mamés. Se les nota porque son los que van grabándolo todo con el móvil, ja,ja.