martes, 21 de febrero de 2012

El Athletic ya ha jugado un número
de partidos equivalente a una Liga completa

El próximo jueves, cuando acabe la eliminatoria contra el Lokomotiv, el Athletic habrá disputado cuarenta partidos de competición oficial, dos más de una Liga completa cuando todavía no ha terminado el mes de febrero. Ocho partidos de Copa, nueve de Europa League y veintitrés de Liga, completan el programa que habrán interpretado los rojiblancos cuando culminen su enfrentamiento con los rusos. Habida cuenta la metodología de Marcelo Bielsa, es comprensible la inquietud y la expectación a partes iguales que despierta entre aficionados y rivales la respuesta física del equipo de cara a lo que resta de temporada.
Lo cierto es que, de momento, el grupo apenas muestra síntomas de desgaste. El Athletic sigue acabando casi todos los partidos, al margen de lo que señale el marcador, en el área rival. Podrán jugar con más o menos brillo, pero los leones siguen corriendo y luchando prácticamente como el primer día.
Una observación más precisa descubre, sin embargo, ciertos detalles que desvelan algunos problemas individuales que el equipo ha solventado con su trabajo coral. Ha habido y sigue habiendo determinados jugadores que han evidenciado eso que en el argot se define como baja forma, que no tiene que ver necesariamente, o de manera exclusiva, con la cuestión estríctamente física. Sin embargo, en todos los casos, Bielsa ha preferido que sus hombres atraviesen a pie de obra esos valles en la gráfica de su rendimiento. A estas alturas, parece evidente que el método de trabajo del técnico incluye la confianza a todo trance en sus elegidos. No es el argentino un entrenador que utilice el manido método del palo y la zanahoria para motivar a su gente. Si la decisión depende exclusivamente de él, elige siempre la zanahoria. Ni actuaciones especialmente malas, ni síntomas negativos le han hecho variar un ápice sus planes. El jugador que ha fallado un día, ha tenido la oportunidad de reivindicarse la siguiente jornada. Incluso el técnico ha mantenido en el terreno de juego sin recurrir al banquillo hasta donde ha podido sin poner en riesgo al grupo, a jugadores que estaban especialente negados en un momento determinado. Él mismo ha manifestado alguna vez que el tiempo le ha enseñado que para el jugador la confianza es más estimulante que el castigo .
La insistencia de Bielsa en la misma alineación es un hecho aunque admite matices, más frecuentes en los últimos tiempos. Por ejemplo, ya realizó algunos cambios en el entorno de la semifinal de Copa ante el Mirandés y repitió novedades el pasado domingo ante el Málaga. Además, la propia competición, en forma de sanciones o lesiones, se ha encargado de variar la alineación tipo en más de una ocasión. Llorente y Herrera, por ejemplo, se han perdido un buen número de partidos y las tarjetas han ido concediendo descansos puntuales a algunos hombres. Sin ir más lejos, el próximo domingo descansarán por este motivo Muniain y De Marcos.
Pero la gente observa al Athletic como una goma que se está estirando un poco más cada semana sin que nadie conozca dónde está el umbral de su elasticidad y, por lo tanto, su límite antes de la rotura. Hay cierta sensación de incredulidad que no alivia siquiera las manifestaciones de los propios protagonistas, quienes no se cansan de repetir que no hay problema en el aspecto físico. Resulta paradójico que mientras los que corren aseguran que están estupendamente, los que están sentados en la grada discuten sobre la idoneidad del método.
Pero pasan las jornadas y los hechos se empeñan en avalar la apuesta del técnico. El equipo sigue corriendo y luchando -no con la frescura del primer día, es obvio pero, ¿quién lo hace a estas alturas?- aunque sí con una eficacia creciente debido al mejor ensamblaje entre líneas. El domingo ante el Málaga Iraola falló un remate de cabeza en el área pequeña que pudo significar el cuarto gol y Aurtenetxe protagonizó dos arrancadas que le llevaron hasta el área contraria, cuando llevaba muchos minutos alternando su posición en la banda con las ayudas a los centrales. El pésimo segundo tiempo de Moscú se cerró con aquella doble ocasión de Llorente y Muniain en el minuto ochenta y seis. Y así podrían encontrarse ejemplos en cada partido.
Una de las razones que pueden explicar este extraordinario rendimiento es, sin duda, la edad de la mayoría de los jugadores. El equipo titular tipo apenas rebasa los 24 años de media y solo el portero supera la treintena. Estamos ante un grupo de futbolistas que acredita, además, una biografía de trabajo metódico en Lezama, donde desde la edad infantil han ido completando su perfil físico modelado por especialistas.
Si las piernas de los leones tienen mucho trabajo acumulado, a eso hay que añadir los aspectos que atañen a su psicología. Pocas plantillas encontrará Bielsa tan dúctiles y tan dispuestas a efectuar el trabajo que se ordena. La identificación con el escudo, utópica en otras partes, es en el Athletic una realidad palpable que cada temporada suma bastantes puntos en el casillero.
De momento, los números invitan a seguir confiando en el técnico. El arranque de la segunda vuelta indica que ante los mismos rivales, Rayo, Espanyol, Betis y Málaga, el Athletic sumó un punto en el inicio de la temporada y siete ahora. No está mal como argumento contra el escepticismo.
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6 comentarios:

Josu O. dijo...

Pese a lo dicho en comentarios anteriores, hoy toca decir: AMEN!

Solo un detalle más: ... y además son profesionales y creo que lo están demostrando

Gontzal dijo...

También el hecho de que el número de lesiones musculares sea inferior a otras temporadas avala que el equipo no esté físicamente justo.

Probablemente la forma de juego también ayude, puesto que no creo que el Athletic corra mucho más que en otras campañas, pero no es lo mismo correr para recuperar el balón que hacerlo para abrir espacios o llegadas al área.

He discutido de esto, yo tampoco veo -de momento- escasez en el aspecto más físico y los momentos de peor juego han coincidido con errores más técnicos, por incapacidad de gestionar bien el balón, por no dar bien pases a prioro sencillos, que por baches de rendimiento físico.

La juventud de la plantilla ayuda, está claro, y la complexión física de algunos futbolistas también. De Marcos o Toquero, por ejemplo, parecen dos atletas.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Pues sí Josu O. además están demostrando una gran profesionalidad.
Gontzal el dato de las lesiones musculares también es muy interesante. Se me había escapado. Por si acaso, vamos a tocar madera, porque ese de los problemas musculares sí que es como el misterio de Fátima.

Gustavo Avila dijo...

Lo que planteas en tu excelente artículo, son las eternas discusiones en torno al sistema Bielsa.

Como te imaginaras en Argentina la polémica es mayor, ya que aquí se apuesta más a la técnica del jugador, que a la presión y recuperación táctica... Se podría decir que Bielsa es prácticamente contracultural por estos lares.

Ahora bien, no veo ese problema en Bilbo y de hecho me animaría a decir, que el tema de las rotaciones en su caso, tiene más que ver con el deseo continuo de descubrir nuevos talentos, que por descansar a los jugadores.

Hasta que no se llega a un punto de equilibrio casi perfecto entre presión, tenencia y ataque, el sistema de Bielsa es terriblemente agotador y no se puede negar.

Abrazos.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Hola Gustavo. Por lo que he leído de la trayectoria de Bielsa, en ninguno de sus equipos ha existido ese debate sobre las rotaciones, incluso aquellas temporadas en las que ha estado jugando la Copa Libertadores

Gustavo Avila dijo...

Hola Juan Carlos

Del cansancio y la presión alta, se ha polemizado un montón... Lo que si es cierto, es que Bielsa con resultados siempre convence o silencia a los críticos.

Con respecto a las rotaciones, eso me parece algo muy del Athletic como te comente... en Argentina en su etapa como seleccionador, se lo criticaba por tener un pequeño grupo de jugadores claves, que jugaban sin importar su nivel... Caso Batistuta y Verón.

De su etapa en chile no digo mucho, porque la verdad le perdí el hilo y siempre se supo que tenía libertad total.

Saludos.