domingo, 26 de febrero de 2012

El Athletic supera las bajas y el cansacio
para sumar un punto que sabe a poco

Ni la paliza del jueves contra el Lokomotiv, ni los cambios obligados y voluntarios, cuatro, ni la acumulación de partidos, nada parece capaz de influir decisivamente en el funcionamiento del Athletic. Los rojiblancos volvieron a rendir a un gran nivel físico y durante muchos minutos fueron capaces de imponer su fútbol en un campo del que habían salido derrotados las siete últimas temporadas -en más de un caso sin ofrecer la mínima resistencia- y ante un rival que, aunque en horas bajas, sigue contando con futbolistas de la calidad suficiente como para inclinar cualquier partido a su favor. El empate puede resultar incluso decepcionante puesto que el Athletic llegó a ponerse por delante en el marcador, pero el balance de los noventa minutos arroja una igualdad entre los dos equipos que tuvo justo reflejo en el marcador.
Bielsa no podía contar con los sancionados De Marcos y Muniain, ni con el lesionado Amorebieta, y prescindió de Llorente de salida. Los que piden rotaciones estarían satisfechos cuando vieron la alineación. El cuarenta por ciento del equipo cambiado; no está mal. Las ausencias se notaron sobre todo en el primer tiempo, que fue cuando más se echó en falta la omnipresencia de De Marcos, o la chispa de Muniain. Herrera no encontró socios e Iturraspe e Iñigo Pérez apenas se dejaron ver. La solidez defensiva, las correrías de Susaeta y la batalla de Toquero sostuvieron entonces a un Athletic que no se reconocía en el campo pero que se bastaba para mantener a raya a un Villarreal que, pese a todo, no se fiaba y vivía del golazo que cobró Senna a los diez minutos por medio de un golpe franco.
Daba la impresión de que las circunstancias estaban forzando al Athletic a perder un partido que se suponía más que accesible de poder contar con todos los titulares en el campo. Y esa impresión quedó reforzada cuando tras el descanso apareció Llorente en el terreno. Como siempre ocurre cuando coincide con Toquero sobre el césped, éste se fue a la banda y el juego de ataque del Athletic ganó en profundidad. Una jugada de manual, con apertura a Gaizka desde del centro del campo y centro pasado de éste a la cabeza de Llorente, dio lugar al empate. Minutos después Susaeta no repitió el error que cometió en los primeros compases del partido y fusiló a Diego López tras dibujar un contrataque eléctrico que se inició en un gran pase de Herrera.
Pero la mala suerte golpeó en el siguiente minuto al Athletic. Bielsa decidió dar entrada a Ekiza en el lugar de Iñigo Pérez, sin duda pensando en el marcador, pero el cambio coincidió prácticamente con el segundo gol del Villarreal, en un balón que Iraizoz no acertó a sujetar. Fue el único fallo del guardameta, que por lo demás completó una buena actuación, pero es lo que tienen los fallos de los porteros, que son los que más se ven y siempre tienen reflejo en el marcador.
Fueron precisamente los minutos que restaban hasta el final del partido los que trajeron a ese Athletic indomable que no se resigna y se rebela ante la adversidad. Donde cualquier otro equipo se hubiera conformado con defender el empate, cuando las piernas tenían que empezar a pesar por los esfuerzos acumulados, los leones dieron otra vuelta a la tuerca que regula la intensidad de su juego y llevaron el partido a un terreno desconcertante para el Villarreal. La salida de Ibai a falta de diez minutos, aportó el plus de chispa que estaba necesitando el equipo hasta forzar un partido de ida y vuelta en el que los rojiblancos dispusieron de un par de ocasiones para volver a desnivelar el marcador. No lo consiguieron, pero proyectaron una imagen que tiene que llenar de orgullo a una afición que, en su fuero interno, había dado por amortizado un partido que se presentaba con demasiados inconvenientes acumulados. No pensaban lo mismo ni el técnico ni los jugadores, es evidente, y lo pelearon con la ambición habitual. El empate puede saber a poco y esa es, en sí misma, una buena noticia para un equipo que, a pesar de todos los pesares, volvió a acabar el partido apretando en el área rival. Era un partido de transición pero el Athletic lo jugó como si fuera una final, o sea, como siempre.
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5 comentarios:

Josu O. dijo...

Bien pese al empate. Ahora hay que hacer valer el punto frente a la Real

Gontzal dijo...

Soy de los que hubiese disculpado hasta una derrota a priori, porque no confiaba en la capacidad física del equipo.

De nuevo me llevé una grata sorpresa, y aunque escueza un poco el empate me gustaron bastantes cosas, desde la capacidad de acierto del entrenador para modificar sobre la marcha un planteamiento que no resultó del todo acertado, hasta el rendimiento de alguno de los menos habituales, pasando por la sorprendente respuesta física.

Es cierto que se repiten algunos errores, pero si no hubiese margen de mejora sería menos optimista.

Lo de los arbitrajes, de traca. No sé qué tiene que pasarle a Llorente para que le piten algún penalti.

Y me joroba que para una semana de descanso que teníamos el Marqués nos movilice a media plantilla. Que cargue de minutos al Real Madrid para un amistoso, coño.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Parece que hay coincidencia en que, pese a que se pudo conseguir algo más que el empate, el equipo estuvo bien. A lo mejor el juicio es más benévolo porque en el fondo todos esperábamos menos después de la paliza contra el Lokomotiv y las ausencias anunciadas.

Gustavo Avila dijo...

El Athletic está pasando por un mal momento de juego.

Desde el pase a la final de copa, el equipo gana y empata sin poder controlar los partidos.

El pressing no es igual (cansancio) y el equipo intenta administrar el esfuerzo sin capacidad real de lograrlo... cada vez que bajan un poco el ritmo, el contrario hace daño.

Solo me resta desear que recuperen lo más pronto posible el nivel, como ha sucedido antes... Así es el fútbol, altibajos típicos de una temporada tan larga.

Saludos

Juan Carlos Latxaga dijo...

No sé si se puede ser tan tajante como para decir que el equipo está en un mal momento de juego, pero sí que es verdad que ha dejado de ser tan brillante como lo fue en el mes de noviembre. Claro que hay tener en cuenta no solo el cansancio o el flojo momento de algunos jugadores, sino también factores como que el Athletic ha dejado de ser una sorpresa, al contrario, es el equipo de moda, y los rivales le han analizado y le esperan con muchas más precauciones.