Se han acabado los calificativos para describir el choque que el Athletic y el Barcelona disputaron anoche sobre el anegado césped de San Mamés. Fue sin duda uno de los partidos más bellos que se recuerdan en la época moderna. Se podrá recordar quizá la fiesta de la semifinal de Copa ante el Sevilla, pero no es lo mismo. Aquello fue una exhibición del Athletic arrollando al rival e incrustándolo contra su propia portería. Lo de anoche fue otra cosa, fue el choque de dos grandes equipos de igual a igual, sin superioridad ni a un lado ni a otro, un partido de ida y vuelta discutido sobre el simple argumento de a ver quién puede más. Cada uno con sus armas, parecidas algunas, muy distintas la mayoría, sin perder la cara en ningún momento, sin miedo a nada, con limpieza. Eso fue lo que hizo al partido mucho más grande de la media a la que estamos acostumbrados. Seguro que en el barcelonismo piensan lo mismo. Podrán recordar decenas de goleadas y exhibiciones de su equipo, pero lo de San Mamés fue otra cosa. Lo dijo Guardiola. Nunca se había enfrentado a un rival tan intenso, tan agresivo, tan capaz de robarle todos los espacios.
Como los calificativos se han acabado, recurriré a un par de datos que describen el encuentro. Uno de ellos es el de las alineaciones. El Barcelona alineó a su equipo de gala, sin reservas de ningún tipo, dando al partido la categoría que requería. Pero es que la alineación del Athletic merece comentario aparte. Bielsa dispuso un equipo con apenas dos defensas y medio para encarar al Barcelona, ni más ni menos. Contó con un central nato como Amorebieta, un jugador que puede ser central o lateral como Aurtenetxe y pare usted de contar. Iraola es un lateral de corte eminentemente ofensivo, y Javi Martínez, el segundo central, puede describirse como un futbolista tanto de destrucción como de creación, que lo mismo te roba el balón en el área propia que monta una acción de contrataque. El resto del equipo lo formaron Iturraspe, De Marcos, Muniain, Susaeta, Herrera y Llorente, seis jugadores de pura creación. Teniendo enfrente al Barcelona, un equipo que en cuanto te despistas para mirar el reloj te ha hecho tres goles, la cosa tiene una lectura que explica bien a las claras por dónde dirige sus pasos este Athletic de Bielsa.
El segundo dato describe el partido en general. Tal y como estaba el césped, la intensidad con la que se jugó y el ardor que pusieron todos los protagonistas en la pelea, los auxiliares no tuvieron que salir ni una sola vez al campo a restañar herida alguna. No hubo teatro ni engaño, el que se caía se levantaba con la ayuda del que le había derribado. De los noventa minutos reglamentarios, se jugarían ochenta u ochenta y cinco. No hubo eso que se ha venido en llamar el otro fútbol, hubo solo fútbol de verdad, el único que interesa y eso hay que agradecérselo a dos entrenadores que van con la verdad por delante y la practican.
Porque hubo, no lo olvidemos, algunos sectores interesados en dudar de la palabra de Bielsa cuando afirmaba que su equipo jugaría siempre fiel a sus principios al margen del nivel del rival. El técnico demostró ser fiel a su palabra saliendo a ganar en Valencia, saliendo a ganar al Atlético de Madrid... y saliendo a ganar a todo un Barcelona discutiéndole sus argumentos más preciados, la posesión del balón y el protagonismo en el campo.
Creo que a pesar que desde la óptica rojiblanca el resultado fue cruel, el empate es un marcador justo. Lo injusto de verdad hubiera sido que uno de los dos equipos saliera derrotado de un partido semejante. Pero en este caso hasta el resultado deviene anecdótico ante la inmensidad de lo que se vio en San Mamés. El rugido del viejo león se multiplicó a través de la televisión hasta llegar a todo el mundo. Este tremendo Barcelona fue, además, la mejor caja de resonancia para propagar su eco. El viejo león ha regresado y lo ha hecho con toda su grandeza. El Athletic que todos queremos, ese del que nos sentimos tan orgullosos, ya está aquí de nuevo. Saliendo a ganar, mirando a los ojos a cualquier rival, sin trampa ni cartón. Con fútbol de verdad. ¡Qué maravilla!
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4 comentarios:
Aupa Juancar, corroboro tu final. Estar orgullosos de nuestro equipo. Así me hace sentir el Athletic a día de hoy, después de ver todos y cada uno de los partidos que se han jugado. No ha habido renuncia en ninguno. Sabemos jugar a fútbol, pues juguemos a fútbol. Luego pasará lo que sea, pero los principios están ahí. Y sin duda, así, estamos más cerca del éxito que del fracaso.
Aupa Athletic
Hablar de principios en estos tiempos es todo un lujo. Ahora solo falta que la suerte acompañe un poquito en forma de resultados y de puntos para que la clasificación ratifique le mejoría
Por supuesto, eso de la suerte también es importante. De eso sabía bien Joaquín Jesús que diría Gontzal. Hablamos de los tres últimos empates en liga (Valencia, Sporting y Barcelona) que estuvieron muy cerca de ser victoria. Seis puntos más. Ni pensar quiero que me pongo tenso.
Tengo que volver a ver el partido, porque no disfruté demasiado de él. Sufro mucho. En exceso.
Era optimista de cara al partido. El equipo respondió de maravilla, sin problemas físicos.
Si nos llegan a decir que con de Marcos, Iturraspe o Susaeta de titulares íbamos a haber estado a dos minutos de doblegar a todo un Barça jugando a fútbol como lo hicimos... hace 4 meses no lo hubiésemos creído.
La suerte... llegará. Haciendo las cosas bien los resultados nos tienen que poner arriba enseguida. No llevamos ni 3 meses de competición, poco tiempo para el cambio .
Y Txus, no me sea Vd. malvado. Lo de Joaquín Jesús se debe al matrimonio Caparrós-Camino, progenitores del entrenador del Mallorca.
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