Disputadas las doce primeras jornadas de Liga, estamos ante un plazo suficiente para hacer una primera valoración global del Athletic de Bielsa. Clasificados para la segunda fase de la Europa League a falta de dos jornadas para la finalización de la liguilla, han tenido que transcurrir doce partidos de la competición doméstica para que la afición se manifieste unánime reconociendo el salto que ha dado el equipo en lo que a juego se refiere. Como no podía ser de otra manera, los elogios son más pródigos y llamativos lejos del entorno natural que en los aledaños de San Mamés. El Athletic se ha convertido en el equipo de moda de la Liga española sobre todo a raíz de su magnífico partido contra el Barcelona, aunque el reconocimiento ya venía de antes, por ejemplo desde el partido de Valencia. Pero ha tenido que llegar la exhibición de Sevilla para que los seguidores rojiblancos disipen las dudas que aún le quedaban pendientes. Y no todas. Todavía se pueden leer o escuchar algunas críticas que ya tocan aspectos residuales como la vestimenta del entrenador o algunos fallos puntuales de éste o de aquel jugador. Es mucho más fácil señalar los errores ajenos que admitir los propios, así que en algunos foros ahora se discute sobre la posición que tenía cada uno en aquel lejano mes de septiembre, cuando las elecciones estaban todavía muy recientes. Es muy propio de la condición humana negar lo dicho confiando en la falta de memoria del interlocutor. Ya lo hizo un tal Pedro, según las Sagradas Escrituras, negando hasta por tres veces a su Señor. La lengua española lo resume muy bien: 'donde dije digo, dije Diego'. ¿Cómo no vamos a ser ahora todos bielsistas convencidos si este país está lleno de demócratas de toda la vida como podemos comprobar a diario?.
Lo cierto es que los números también confirman la mejoría, tanto en aspectos puramente cuantitativos como, sobre todo, cualitativos. El Athletic tiene después de disputada una docena de partidos, un punto más que el año pasado a las mismas alturas del campeonato. Se dirá que un punto no constituye suficiente argumento como para justificar tanto entusiasmo desbordado. Y es cierto. Un punto no es nada y mucho menos cuando el Athletic también tuvo un comienzo un tanto vacilante la pasada temporada.
La diferencia radica en cómo y ante qué rivales ha conseguido el Athletic los diecisiete puntos que tiene ahora mismo en su casillero. La calidad por encima de la cantidad, aunque siempre habrá quien sostenga que todos los puntos valen lo mismo, lo que no deja de ser una inapelable verdad.
Pero tomemos la lista de rivales y comparemos resultados con el año pasado ante los mismos equipos. Hay que descartar a los dos recién ascendidos, Betis y Rayo, frente a los que el Athletic solo ha sumado un punto. La cosa mejora mucho cuando analizamos el resto de resultados. En San Mamés el Athletic ha sumado este año ocho puntos (nueve sumando el del Rayo) distribuidos de la siguiente forma: Uno contra el Villarreal (1-1), tres contra Osasuna (3-1), tres contra el Atlético de Madrid (3-0) y uno contra el Barcelona (2-2). El año pasado contra estos mismos rivales, los rojiblancos sumaron tres puntos en la catedral, los que ganaron, ante Osasuna (1-0) con aquel gol de Gurpegui en el último segundo. El resto fueron derrotas: 0-1 ante el Villarreal, 1-2 con el Atlético, y 1-3 ante el Barcelona.
Los números prácticamente se repiten en los desplazamientos. El Athletic ha sumado otros ocho puntos con el siguiente desglose: 1-2 ante la Real, 1-1 en Valencia, 1-1 en Gijón y 1-2 en Sevilla. Las visitas a Espanyol y Málaga se saldaron con derrotas, 2-1 en Barcelona y 1-0 en la Rosaleda. El año pasado fue algo peor. Los leones solo acertaron a sumar dos puntos por sus empates en Málaga (1-1)gracias a aquel gol de cabeza de Javi Martínez en el último suspiro, y en Gijón (2-2). El resto de desplazamientos se saldaron con derrotas. 2-1 ante el Espanyol, 2-0 en Anoeta, 2-1 en Valencia y 4-3 en Sevilla.
Ante los mismos rivales y en idénticos escenarios, el Athletic ha sumado este año 16 puntos frente a los cinco que consiguió la pasada temporada. Si se tiene en cuenta, además, la entidad de los equipos que ya se han enfrentado a los rojiblancos, el dato adquiere una dimensión digna de tener en cuenta. Es cierto que si nos vamos a los números absolutos, el Athletic solo tiene un punto más que la pasada temporada tras la jornada doce. Pero a ningún aficionado se le escapa la diferencia de calidad de esos puntos. Al Athletic le bastaría con repetir prácticamente la solvencia que demostró el año pasado ante casi todos los rivales situados en la mitad baja de la tabla para mejorar de manera ostensible la suma final. Pero ya se sabe que en el fútbol y en las elecciones las matemáticas dejan de ser una ciencia exacta.
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