lunes, 28 de noviembre de 2011

El Athletic tropieza otra vez en la misma piedra

El Athletic completó ante el Granada su particular trilogía de novela negra. Como ante el Rayo y el Betis, el equipo de Bielsa fracasó en San Mamés ante un recién ascendido. Un punto de nueve posibles en casa frente a los tres recién llegados, constituye una marca digna de estudio. Si a ello le sumamos el empate obtenido de aquella manera ante el Salzburgo en la Europa League, tenemos la colección completa.
De nuevo el Athletic tropezó en la misma piedra. Suena ventajoso decir ahora que me lo temía, pero lo digo: me lo temía y grabado está en un programa de radio. Desde que Bielsa se hizo cargo del equipo está meridianamente claro que el Athletic sufre más en casa que de visita. Su fútbol requiere los espacios que normalmente encuentra lejos de San Mamés. A excepción el partidazo ante el Barcelona, el Athletic ha jugado mejor y ha dado más espectáculo como visitante que como anfitrión. Paradojas del fútbol, el equipo rojiblanco se desenvuelve mucho mejor ante grandes rivales que le tratan de igual a igual, que ante contrarios aconejados que lo fían todo en la destrucción. En este sentido, el Granada fue el equipo más miserable de los que han pasado ultimamente por San Mamés. Su mezquindad llegó a extremos escandalosos con la complacencia de un árbitro que a lo mejor se sabe el reglamento (argumento recurrente de los colegiados para desautorizar a sus críticos) pero no entiende el juego. Una jugada define la labor de Undiano Mallenco. Mediado el primer tiempo el portero visitante reclamó a las asistencias quejándose de molestias en la parte posterior del muslo derecho. Largamente atendido sobre el terreno, y llegado el balón a sus manos tras devolverlo el Athletic desde la banda, el guardameta sacó en largo con la pierna supuestamente lesionada. Si el árbitro no comprende que le acaban de tomar el pelo y no toma medidas en consecuencia, es que no entiende nada de lo que está pasando. Si además después de esa incidencia y de otras que hubo a lo largo de la primera parte, solo prorroga un minuto antes del descanso, es que también hay que dudar sobre su percepción espacio temporal.
Pero no fue Undiano el principal responsable de la derrota del Athletic. Eso hay que achacarselo a los propios rojiblancos, que nunca supieron por dónde hincarle el diente al correoso y ultradefensivo Granada. Durante la primera media hora, los de Bielsa practicaron la cristiana virtud de la paciencia hasta exasperar al propio santo Job. Toques y más toques en tres cuartos de campo buscando un hueco inexistente entre la doble barrera que dispuso Fabri al borde de su área. Por dentro Llorente empezó entonado pero acabó perdido en la maraña, Herrera lo intentó, pero no encontró socios, De Marcos corrió y peleó sin jerarquía, e Iturraspe se mostró desesperantemente lento y fallón en los pases. Por fuera, Iraola no fue el lateral incisivo que necesitaba el equipo en un partido de esas características, como tampoco lo fue Aurtenetxe, nulo en ataque. Muniain, pegado a la banda, se perdó en odiosas batallitas personales (alguien del club le tendrá que explicar a este chaval algunas cosas) y Susaeta volvió a desmerecer la confianza plena que en él ha depositado el entrenador.
Cuando el Granada consiguió su gol en el saque de un corner, en lo que constituyó su única aproximación a la portería de Iraizoz, el partido se puso donde quería el equipo andaluz, y donde temían los rojiblancos. La celebración del gol fue toda una declaración de intenciones. Tanta efusividad no se ve ni en una boda gitana. ¡Qué abrazos!, ¡qué besos!, ¡cuánto ir de aquí para allá saludando y dándose palmatidas!. Total, entre que Iraizoz sacó el balón de su red y Llorente lo puso en juego en el centro del campo, pasaron no menos de tres minutos. Sólo faltó que Fabri saliera del banquillo a echar arroz a sus chicos.
Hacía falta más velocidad y más precisión en el manejo del balón del que mostaron los rojiblancos para saltar un cerrojo que se fue apretando a medida que pasaban los minutos. Con diez jugadores por detrás de la pelota, desmayos repentinos que requerían la atención del siempre servicial colegiado, interminables conversaciones entre el portero y sus defensas cada vez que tenían que sacar de puerta los granadinos y una ansiedad creciente en la grada y en las filas rojiblancas, fue transcurriendo el segundo tiempo sin soluciones y, lo que es peor, sin ocasiones que evidenciaran la cercanía de un gol cada vez más imposible. Esta vez, ni los cambios funcionaron. Lógico y acertado el de Gabilondo por Aurtenetxe, para llevar a De Marcos a la banda y a Muniain al centro, quedó anulado con el siguiente movimiento, la retirada de Herrera, socio preferente del pequeño navarro, para dar entrada a David López, quien, por cierto, evidenció su jerarquía a balón parado. El último cambio, el de Iñigo Pérez por De Marcos solo se explica por el agotamiento del relevado y el intento de buscar una solución ya a la desesperada.
Tiene trabajo por delante Bielsa para dar con un remedio ante estos partidos porque me da que en adelante se van a repetir muy a menudo en San Mamés. Son encuentros que todos hemos visto muchas veces en la catedral y que tienen un guión muy reconocible. Si el Athletic es capaz de abrir la lata en un tiempo prudencial, lo normal es que la cosa acabe en goleada; pero si la portería se resiste, llegan los problemas. El Athletic no tiene un hombre resolutivo en el área, un delantero de veinticinco goles por temporada que sea capaz de desatascar esta clase de partidos. Por eso debería probar otras cosas. ¿Alguien ha prohibido disparar a puerta si el balón no está en el área pequeña?.¿Qué fue de la probada eficacia que tenían los rojiblancos con el balón parado el año pasado sin ir más lejos?. ¿No hay nadie más que David López y Gabilondo capaz de botar un corner medianamente decente?. Sería bueno tener respuestas a estas y otras preguntas antes de las visitas de Racing o del Zaragoza. De lo contrario la trilogía puede acabar en antología.
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5 comentarios:

Gontzal dijo...

Yo creo que Undiano no nos dejará en paz hasta que no apliquemos en lo futbolístico la Disposición transitoria cuarta, o sea, dejar de fichar navarros. Qué tipo.

Por lo demás, qué decir, que coincido una vez más al 100%. Dos detalles: he titulado mi post: Hay que aprender a abrir la lata. Y la primera frase del post: Y volvió el Athletic a tropezar en la misma piedra, esa que hace que el entorno aterrice de bruces en cuanto la euforia se dispara.

Y me alegra, porque este mediodía me miraba en el espejo, me siento un marciano, he leído y oido cada cosa...

En lo deportivo parece un lujo optar por Javi jugando con dos centales y Ekiza recuperado, Iturraspe no mejora lo dado de sí por Iñigo en Sevilla, a Muniain se le debe hacer un croquis sobre lo que implica jugar en el Athletic; y no sé donde, me imagino que por Iturraspe o Susaeta, que tiene el extraño don de tener una tasa de ineficacia del 100%, pero hay que meter a alguien que permita aprovechar el potencial del equipo a balón parado.

Juan Carlos Latxaga dijo...

En la tertulia de Onda Cero se ha comentado lo mismo que dices tú de Javi Martínez. Yo también creo que con Ekiza recuperado o el mismo San José, Javi debería jugar más arriba. Bielsa no tuvo su mejor día ni con la alineación ni con los cambios. Tendrá que encontrar un plan B para estos casos. Ahora nos vienen Racing y Zaragoza, o sea, que San Mamés va a parecer Termibús. Y el domingo nos vamos a Mallorca. Menos mal que el jueves hay partido y se nos hará más corta la semana. No quiero pensar lo que hubiera sido la semana en los medios con el morbo de Caparrós

Juan Carlos Latxaga dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Iñaki Murua dijo...

Creo que ayer Bielsa se sumó al grupo de los que no estuvieron acertados.

Y Fabri, tan modosito él, supo sacar de las casillas a todo el banquillo rojiblanco, especialmente a Bonini, cuando aplaudió irónicamente que no se cediera el balón en la supuesta lesión nº n de los andaluces. También Martins dijo de todo a Amorebieta después de ese lance, pero Fermín, el linier pelirrojo navarro internacional, hizo como que no se enteró. ¿Qué estaría oyendo por el pinganillo?

En fin. A ver cómo continúa la película de la temporada.

PD ¿Qué era lo que había en el techo del banquillo rojiblanco?

Juan Carlos Latxaga dijo...

¿Qué había en el techo?. Yo no me fijé en nada. ¿No llegaste a oír lo que le decía Martins a Amorebieta?. Menuda banda Fabriciano y compañía