jueves, 5 de marzo de 2009

Athletic total

Qué difícil se hace escribir de sentimientos. Qué difícil es reflejar lo que ocurrió en San Mamés la noche del miércoles. Cuatro de marzo de 2009. Una fecha más para apuntar en ese calendario de gloria al que el Athletic le va sumando hojas desde hacer 111 años. Yo estuve allí, podremos decir dentro de unos años los que tuvimos la suerte de vivirlo. En especial todos esos chavales que llevaban dos décadas aguantando que sus padres y sus abuelos les repitieran eso de que yo estuve allí, sin que ellos consiguieran estar en ningún sitio importante. Por fin tienen una referencia que contar; la demostración palpable de que lo que les contaban sus padres y sus abuelos no eran historias adornadas por el paso del tiempo; la evidencia del mito hecho realidad. Los que estuvimos el miércoles en San Mamés vivimos una de esas experiencias que quedan marcadas para toda la vida. Como la que vivimos los afortunados que estuvimos en Las Palmas, o en Valencia, o aquel día contra la Real en San Mamés, o en la final contra el Barcelona de Maradona. La semifinal ganada al Sevilla aporta a la vida del club algo mucho más trascendente que el derecho a jugar una final; significa el eslabón que engancha dos generaciones, la de los que vivimos los últimos éxitos, y la nueva que empezaba a temer que su tiempo pasara en balde. La cadena rojiblanca no solo sigue unida, sino que se alarga hasta el infinito, como siempre ha sido. No hay riesgo de ruptura. La niña que vio en su casa el partido por televisión con la bufanda anudada al cuello, el chaval que saltó al césped cuando acabó el partido, el que bailó entusiasmado en un bar de Pozas porque aun sin entrada quiso estar cerca de la Catedral, ya eran del Athletic, pero ya lo serán para siempre.
El miércoles fue el día del Athletic total, del sentimiento que une a jugadores y afición hasta un extremo incomprensible en otras latitudes. No se trata del manido jugador número doce. Es algo más, es el compartir sensaciones, vivencias, amor a unos colores. Una sociedad partida y repartida en unas elecciones que se acababan de celebrar tres días antes y que han dejado a los políticos mirándose con el ceño fruncido, vivió, vibró, respiró y disfrutó hasta el paroxismo en una comunión perfecta. El Athletic es lo único que nos une; ¡y cómo nos une!.
Era imposible que el Sevilla se saliera con la suya. Jiménez estaba enfadado con sus hombres al final del partido, porque se equivocaron en cosas que, decía, tenían suficientemente estudiadas. Debería ser más comprensivo el entrenador sevillista. Hasta el acero más templado se hubiera fundido en la caldera de San Mamés. Que sus hombres se derritieran como lo hicieron entra dentro de lo comprensible.
Nunca he visto un San Mamés en tal estado de ebullición. Por establecer una comparación, recuerdo el día que se ganó la Liga de la 83-84 en el último partido ante la Real. Pero entonces hubo momentos para el silencio angustiado, para la preocupación por lo incierto del resultado, hasta para el enfado y la decepción ante la visión de un Athletic comido por la responsabilidad, impreciso y desconocido. Frente al Sevilla fue otra cosa. No hubo tregua. Se ovacionó cada robo de balón y hasta cada saque de banda, porque en cada recuperación, en cada choque, en cada carrera, todos recuperábamos, todos chocábamos, todos corríamos. ¿Cómo iba a ganar Kanoute algún salto a Amorebieta si con el central saltábamos cuarenta mil defensas?. ¿Cómo no iba a sucumbir la defensa del Sevilla a la presión de Toquero si con el de Sestao presionábamos cuarenta mil estajanovistas dispuestos a dejarnos las cuerdas vocales como papel de lija?.
El gol de Javi Martínez a los tres minutos de partido se empezó a marcar por la mañana en las calles engalanadas. Lo marcaron los niños que fueron a la ikastola con la camiseta, los chavales que salieron zumbando del instituto con al bufanda entre los libros, los comerciantes que cerraron antes de la hora para ir al partido. El pase que propició ese gol lo dieron los cientos de seguidores que arroparon al autobús del equipo desde el hotel hasta el campo, los cuarenta mil que minutos antes de que los equipos saltaran al campo entonaban a coro el himno y los gritos rituales. ¿Qué el primer gol llegó muy pronto?. Demasiado se hizo esperar en subir al marcador. Lo llevábamos marcando desde hacía una semana por lo menos.
Ese gol fue el último gramo de pólvora que hacia falta para incendiar San Mamés. El equipo superó la ansiedad y se asentó en el terreno al mismo tiempo que el Sevilla de diluía en un mar de dudas. El segundo gol confirmó a Jiménez la inutilidad de su estrategia de utilizar a Fazio como un antiLlorente. El delantero había prolongado el balón en el primer gol y marcado el segundo. Fuera Fazio y dentro Luis Fabiano para poner orden. Demasiado tarde. El Athletic ya había instaurado el caos y en ese caos la defensa del Sevilla se dejó arrebatar el balón otra vez por Llorente para que Toquero marcara el tercero y viviera una experiencia que no olvidará en su vida.
Aquellos que dudaban de la identidad del Athletic, los que pretendían poner en tela de juicio su filosofía, los que al calor de una pretendida modernidad reprochaban la excesiva querencia por la tradición, los que querían caricaturizar la historia como batallita de abuelitos, los que no entendían, en suma, de qué hablamos cuando hablamos del Athletic, lo tienen claro desde ayer. Pudieron ver al Athletic total, una suma de voluntades, una comunión de almas rojiblancas que trasciende el mero hecho del fútbol. Así ha sido más de un siglo y así seguirá siéndolo en adelante. ¡Ah! y Del Nido se lo comió enterito. ¡Vaya si se lo comió!.

llévame a Menéame Menéame mira lo que se habla en la blogosfera Technorati: Athletic lleva este post a los favoritos de Google GBookmarks: marcar

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Zoragarria, Latxaga
Me has emocionado.

Gontzal dijo...

Yo ayer retrocedí hasta ese partido Juan Carlos, hasta ese que dices del 84. Ese era el ambiente de ayer, el mismo que recuerdo cuando con 9 añitos íbamos en el Talbot 150 que aparcamos en el museo rumbo a San Mamés, sentado con mi aitite en el asiento del copiloto y sacando una bandera del Athletic, al son del 1, 2, 3, 4, 5, 6, zazpi entonado por el claxon del coche desde Algorta a Bilbao.

El Athletic es el de ayer, lo sabemos quienes lo hemos podido vivir (por suerte), y espero que desde anoche más gente lo haya podido aprender.

Y sí, es difícil escribir sobre sentimientos, pero post como este, como dice Preferente Sur, emocionan, ya lo creo.

Da gusto recordar sin nostalgia y recuperar el orgullo.

Y en Valencia poteo de bloggers zurigorris. Yo pago la primera ronda ;-)

Juan Carlos Latxaga dijo...

Eskerrik asko Preferente.
Gontzal, aquel partido fue lo más comparable a lo de ayer, pero con un matiz que comento en el post. Aquel día íbamos preparados para una fiesta pero el Athletic jugó uno de sus peores partidos y para colmo Uralde nos hizo sufrir como perros durante un rato. Digamos que se animó, se grito y se cantó, pero con lo que se comió ayer Del Nido bastante encogidillo.
Lo de ayer fue otra cosa. Yo nunca he visto tanta implicación durante los 95 minutos que duró el partido. Todavía estoy exaltado y ya han pasado horas.

Txus dijo...

Para mí fue un partido realmente diferente a todos. No llevé bocata, aun siendo una hora propicia para ello, no acepté las pipas que me ofrecía mi compañera de localidad, practicamente no hablaba con nadie, sólo con el equipo. Me pasé todo el partido pidiendo tensión al equipo, que presionaran, que estuvieran encima del rival, que no aflojaran, y todo esto como si estuviera sólo en el campo, como si me oyeran los jugadores, casi ajeno al resto de rojiblancos y rojiblancas que animaban sin parar.
Como bien dices Juan Carlos, esto es fútbol total. Somos fútbol total. Somos el athletic.

Antonio Piera dijo...

Nada que añadir a tu espléndida entrada, salvo asentir desde la emoción. Quien no entienda que el fútbol es un estado de ánimo no entiende nada de esto.

Enhorabuena, JC y a toda la ingente familia del Athletic. Bravo.

Toma nota. Si ayer el Mallorca hubiera sido este Athletic, al Barça le caen 8. A retener esta forma de entregarse en el juego para la final. A tope y sin complejos.

Parece que al final tuvo razón Caparrós, a pesar del escaso fondo de armario del equipo. Habrá que volver a la Liga.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Nos estamos acostumbrando muy bien con nuestro Athletic. Tres semifinales de Copa en 6 años y en una de ellas a la Final.
Como bien dice JCL, 4 de marzo de 2009 una fecha para los anales zurigorris que no olvidaremos.
Seguimos creciendo.

Una cosa que no me gusto fue la rueda de prensa del mister sevillano que no tuvo el detalle de felicitar al Athletic. Y el comentario de fútbol previsible del Athletic cuando se lo oí decir, dió lugar a que me entrara el descoj...

Bueno, un zorionak a todos los que pertenecemos al Athletic y lo sentimos como algo nuestro.

Somo

Iñaki Murua dijo...

Poco que añadir, Juan Carlos.

Si acaso, algún vídeo que he visto en eitb.com en el que se reflejan esos sentimientos de los que escribes.

Gontzal, te tomo la palabra ;-)

Anónimo dijo...

Hola de nuevo
Me permito reproducir un comentario que me envía un amigo sacado de un blog llamado Kintela
Dice así:

miércoles 4 de marzo de 2009
Enorme Athletic!!!
Los que me conocen bien saben que a mí lo que me gusta es el fútbol, el buen fútbol y luego, por casualidades de la vida que ya ni recuerdo, resulta que soy del Real Madrid, es lo que hay y lo he estado sufriendo toda mi vida lo mejor que he podido.

Pero noches como esta me dais una terrible envidia, estoy viendo en la televisión la Catedral invadida por miles de aficinados ignorando una lluvia y un frio heladores y se me ponen los pelos de punta, me emociona ver los ojos a punto de salirse de sus orbitas de los niños cogidos de la mano de sus padres o subidos en sus hombros, orgullosos éstos, de compartir este momento histórico 24 años después. En estos momentos están saltando todos los jugadores del Athletic, incluso los que no han jugado, en las gradas junto a los aficionados haciéndose mutuas reverencias y me parece una comuión cuasi religiosa.

Yo, que nunca he podido corear un gol de Raul demasiado alto, por el que diran, os envidio a todos aquellos que esta noche os habeis dejado la garganta 3 veces mientras os abrazabais emocionados y llenos de orgullo y de esperanza.

Dejando los sentimientos de lado, creo que el baño que le ha dado al Sevilla ha sido antológico, y la victoria ha sido inapelable. Han ido a por el partido desde el minuto uno y junto con una casta digna de otros tiempos, han jugado una primera parte perfecta y han aguantado la segunda igualmente bien. Se hizo justicia.

Aunque como bien dijo el otro día un genial Caparros: "En esta vida se puede cambiar de todo, hasta de sexo, pero de lo que nunca puedes cambiar es de equipo", yo seguiré siendo del Madrid, aunque solo sea para joder, pero me vais a permitir que esta noché mágica me una a la ilusión de toda Bilbao y parte del extranjero y grite con todos vosotros un fuerte....CÓMEME EL RABO... DEL NIDO COMEME EL RABO.....

Disfrutad esta noche inolvidable hasta que el cuerpo aguante y luego en la final, pase lo que pase volveré a sentirme orgulloso de una afición intachable que no ha provovado ni un solo altercado y que me juego las gafas a que no lo hará en lo que queda de jornada, y de unos chavales que han demostrado una vez más, que con un par de huevos, un poco de talento y todo un pueblo apoyando, se puede pasar por encima de cualquiera y el Barcelona como no haya tomado buena nota hincará las rodillas con lo que tendré que volver a la ría a ver desfilar la gabarra como hace ya unos cuantos años.

Si eso ocurre, prometo hacer muchas fotos para enseñárselas a mi futuro hijo o hija al que obligaré a ser del Athletic para que no le pase como al gilipollas de su padre y pueda vivir noches como esta ( las del NewCastle y otras más) que yo siempre me pierdo, pero que él no lo hará y me lo agradecerá.

Esta noche el Athletic y su afición ha vuelto a ser un espejo en el que mirarse tanto mayores como pequeños, pero sobre todo los pequeños, han aprendido una lección magistral e impagable que los niños de Madrid y los de Barcelona no podrán aprender nunca por que lo que hay por detrás es otra cosa, es eso que los del Athletic sabeis que no se explica con palabras ni argumentos, es ese sentimiento rojiblanco, es el ser del Athletic y punto y cuando eso lo entiendes a temprana edad ya no se olvida nunca y estas noches es cuando llega la recompnsa de la lección bien aprendida. Esta noche se ha aprobado el examen con nota.

Enhorabuena a todos y a vuestro, aunque hoy sea un poco de todos Enorme Athletic.

Anónimo dijo...

Se me saltaron las lagrimas, y que!. Cuando salía de La Catedral me dolían las piernas de soltar toda la tension acumulada, y que!. A mis 47 años (mal o bien llevados, vaya usted a saber) nunca habia visto nada parecido.

Como que y que!!!!! Aquello era algo que no se puede dar en ningun lugar de la tierra, solo en Bilbao. Porque estoy seguro que esto solo pasa aquí, porque lo llevamos tan dentro...

Bloggers zurigorris, como bien dice Gontzal, dejando nuestras discusiones semanales en la mesa del mus (que pienso es lo que hacemos todos, ya que todos buscamos lo mejor para nuestro Athletic), creo que deberiamos hacer una kedada de poteo para celebrar tan irrepetible gesta y para que se enteren otros lo que es una aficion que no tiene pirateo, porque no hay forma de buscarla el codigo de desactivacion. En tus manos te lo dejo compi JC.

Aurrera Athletic!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Joeeeee, con la emocion no he firmado el ultimo comentario.

Luis Teclista