La sensación se repite. Como el día de la derrota ante el Barcelona, en el entorno del Athletic se respira un ambiente como de cierto alivio por la forma de caer en el Bernabéu. Hemos llegado a esto, a aceptar como un mal menor una derrota decorosa. Como en el chiste, jugar al pocker es fenomenal; ganar, ni te cuento. Pues eso, que el Athletic jugó en el coliseo madridista un partido decente, puso en aprietos, es un decir, al Real Madrid, y acabó mordiendo el polvo con más dignidad de la esperada. Algún fanático hasta podría reclamar el penalti no pitado de Pepe sobre Llorente en los últimos minutos, para reivindicar el empate.
Seamos serios. El marcador del Bernabéu no se ajusta con precisión a lo que ocurrió durante los noventa minutos. La victoria del Madrid se antoja inapelable. Jugaron más, remataron más, y merecieron ganar al margen de los errores del árbitro que los tuvo para dar y tomar y en ambas direcciones, aunque hilando fino, uno diría que acabó favoreciendo al de siempre, se ponga como se ponga Mijatovic. Nunca antes se había pitado en el Bernabéu un penalti como el que dio el empate al Athletic, y es lógico que el personal se asombrara con la novedad, pero el árbitro no tuvo lo que hay que tener para expulsar a Marcelo tras su agresión a Joseba Etxeberria, valor que recuperó de pronto para mostrar la roja a Amorebieta en el tramo final del partido. Queda muy bonito eso de decir que los dos merecieron la expulsión, pero sólo uno se fue al vestuario antes de tiempo y el partido hubiera sido muy distinto si el Madrid hubiera tenido que afrontar toda la segunda parte con un hombre menos. Para colmo, Alvarez Izquierdo volvió a achantarse cuando Pepe derribó a Llorente en el área cuando el partido estaba en sus últimos minutos. Dos penaltis contra el Madrid en el Bernabéu en el mismo partido, no en la misma temporada, no ocurren ni en las peores pesadillas del preocupado Mijatovic.
Pero árbitro al margen, dificilmente se puede sostener que el Athletic mereciera un mejor resultado que esa derrota mínima que le envía a la zona de descenso. Parodiando la teoría de la manta corta, se puede decir que a los rojiblancos no nos llega la camisa al cuerpo. A los seguidores por el terror que nos produce ver al equipo en el fondo de la tabla y, miedo que se multiplica si se tiene en cuenta el carácter de gafe que acompaña al señor Rajoy, ilustre visitante de nuestro palco de honor. Al equipo, porque si defiende bien no ataca, y si trata de atacar no le llega para defender. Marcar dos goles en el Bernabéu es una hazaña para este equipo, que queda arruinada porque concedió tres goles. El primero tirando un fuera de juego en plan equipo de Regional poco entrenado; el segundo con Raúl e Higuaín en plan estrellas principales y Amorebieta y Ocio como estrellas invitadas y el tercero por la blandura no exenta de inconsciencia de Yeste (no fue el único balón que perdió) con la colaboración estelar, otra vez, de los dos centrales, convertidos en damas de compañía en el desfile de Higuaín hasta la portería de Iraizoz.
Antes de ese tercer gol, el Madrid ya había estrellado dos balones en el larguero, el segundo a servicio de Yeste en el área pequeña, y había puesto sitio a la portería de Iraizoz. Si en la primera parte tardó doce minutos en abrir la portería del Athletic (seis si el árbitro no hubiera anulado un gol válido), tras el descanso necesitó un minuto más, trece, para batir a Iraizoz.
El buen trabajo de los dos laterales, la visión y posicionamiento de Orbaiz, la resurrección de Etxeberria y la batalla de Llorente que acabó con calambres y medio muerto (¿no tomó las papillas milagrosas en el descanso?) se fueron directamente a la basura por errores y despistes imperdonables en cualquier campo y suicidad en el Bernabéu.
Si a alguien le sirve de consuelo, el Athletic ha caído por la mínima ante dos apisonadoras como el Barcelona y el Madrid. Triste consuelo a la vista de lo que están haciendo otros equipos como el Málaga o el Sporting y hasta el propio Numancia, en los que tanto confiamos para tener una vejez tranquila cuando la todavía recién nacida temporada, llegue a su final. Pues eso, que no nos llega la camisa al cuerpo y el próximo visitante de San Mamés es el Villarreal, que ha marcado diez goles en sus últimos dos partidos, aunque bien es verdad que ha encajado siete.
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3 comentarios:
Demasiados fallos como para poder ganar un partido en el Bernabeu. Lo del arbitro, sinceramente, creo que ya es hasta comprensible porque si le han montado la que le han montado, imaginemos si les llega a perjudicar de verdad. ¡Ay si pita el penalty!
Sobre lo de Rajoy... yo no sé si me estoy volviendo un poco picha ya o qué, pero me lo imaginaba ayer viendo el partido de su Madrid y utilizando el San Mamés de Bronce como cenicero. Macua es definitivamente algo más que torpe y no digo más por respeto al autor de este Blog.
Volviendo a lo deportivo, me preocupa la defensa. Es un desastre. Y vuelvo a que no se puede cambiar ni de sistemas ni de jugadores todas las semanas.
En la delantera hemos descubierto un nuevo chaval, un tal Etxeberria, mientras Aduriz los marca a pares en la isla.
Miedo me da el Villareal. Es cierto que lleva muchos goles encajados, pero pasaron de un 0-2 a un 4-2. Eso es carácter. Algo que nosotros no tenemos desde los 80.
Por cierto JC, ¿no estarías tú el sábado por la tarde en un super algorteño? Me pareció que eras tú, pero me dió un poco apuro saludarte...
¿el sábado por la tarde?, Pues sí señor, ahora que caigo. Podías haberme saludado, así nos conocemos. La próxima vez no te prives, ni me prives del gustazo de conocer a un lector.
Se agradece el respeto al autor del blog en cuanto a los epítetos dedicados al presidente. Como decía uno del Athletic en mis tiempos en la casa, 'estamos en manos de la reventa'.
Lo de Madrid ya ha pasado y perder por la mínima hasta es un consuelo en estos tiempos. Lo peor es que ahora viene el Villarreal y en medio el Recre. ¿Alguno tendrá la caradura de tirar la Copa a la primera?. Espero que no.
Sabiendo que eres tú, dalo por seguro, porque debemos vivir cerca.
Así que la próxima saludo o por lo menos una caña a mi costa por estos momentos "debalde" que nos dejas.
Y lector desde hace años, de fútbol primero y de política después. Y para los calificativos tengo mi blog, que eso de ensuciar los ajenos está feo. Y más aún el de un profesional de la información.
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