lunes, 6 de octubre de 2008

Jornada de puertas abiertas del Athletic

El Athletic celebró el domingo en Sevilla una jornada de puertas abiertas en la que solo faltaron los autógrafos. Se abrió el partido con el fallo de Balenziaga y se cerró con el de Amorebieta. En medio, otra cantada de los centrales y un gol, el tercero, que fue un retrato al aguafuerte de lo que fue el partido. Recordemos. El Athletic intentó un contrataque con poca velocidad y menos espíritu, que acabó en corner. El rechace del saque de esquina se fue a un saque de banda a la altura de la frontal del área grande del Sevilla. Puso el balón en juego David López, lo robó el Sevilla y en un contrataque de libro acabó con el balón en la red de Iraizoz. Cualquier parecido con el contragolpe previo que habían intentado los rojiblancos es pura coincidencia.
He visto muchas veces este partido en Sevilla. Incluso he visto adelantarse al Athletic en el marcador jugando francamente bien, para acabar goleado. He visto de todo en el Sánchez Pizjuán, incluso si fuera americano tendría una camiseta conmemorativa de la última victoria en el campo de Nervión con la leyenda, 'Yo estuve allí'. He visto tantas cosas en aquel campo que ya no me extraña nada, ni siquiera el patético partido de este domingo.
El Athletic no empezó mal. Controló el juego y aguantó veinte minutos decorosos. No hacía nada en ataque, pero el Sevilla tampoco se prodigaba en el área de Iraizoz, a pesar de que el portero ya se tuvo que lucir sacando un cabezazo envenenado a una mano. Hasta que llegó la cantada de novato de Balenziaga. Se supone que al menos habrá servido para que el lateral haya aprendido que el ritmo y la velocidad de las acciones en Primera División no tienen nada que ver con lo que ha estado acostumbrado hasta ahora.
Después llegó la catástrofe previsible para un grupo que sale al campo sujetado por pinzas. En cuanto recibe la más leve sacudida se cae con todo el equipo. El Sevilla sin hacer absolutamente nada más que estar bien colocado en el campo, fue recogiendo los regalos de los rojiblancos en su peculiar jornada de puertas abiertas. Hasta Iraizoz tuvo manos de mantequilla. Mal asunto si el portero empieza a fallar, porque era el último agarradero al que se aferraba la afición, y me temo que hasta el equipo, para creer en algo.
Ya tengo dicho que los problemas del Athletic no son de índole táctica ni responden a un determinado esquema. Son mucho más profundos porque no obedecen a una determinada coyuntura, así que no merece mucho la pena hablar del nuevo experimento de Caparrós colocando a Javi Martínez casi como segundo delantero por delante de una línea de cuatro centrocampistas que ni creo ni destruyó; se limitó a estar como un mueble. De la novedad propuesta por Caparrós me quedo con el vértigo que produce que a estas alturas de la película sigamos con experimentos.

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3 comentarios:

Gontzal dijo...

Yo lo del profesor Joaquín Bacterio ya no lo entiendo. Este hombre cada semana intenta inventar la rueda quizá, como decía el bueno de Jose Iragorri ayer, para que si se gana, se note su huella. ¿No es más normal apostar por un patrón, un esquema y un once tipo? Aunque hagas rotaciones puntuales, a la larga las cosas dan más de sí. Y como decíais hoy en la tertulia, a este equipo se le une la falta de carácter a la carencia de calidad. Vamos, un cóctel ideal para jugar en la liga BBVA... pero para ir vigilando la popa.

¿Y lo de la defensa? ¿Ocio tiene que jugar por decreto?

En días como hoy no dejo de preguntarme si esta filosofía sólo la defendemos los socios. Porque los jugadores debieran ser los verdaderos defensores, que al fin y al cabo, gracias a ella, muchos conocen lo que es la primera división. Y espero que el que ellos la conozcan, no haga que el club tenga que encontrarse con la segunda por primera vez en la historia.

Perdón por el post pesimista-populista-simplista, pero la falta de carácter e, incluso, de compromiso me enerva.

Gabon,

P.D. He tenido que dejar de ver el programa de Patxi Alonso. Los publireportajes de Vocento a su amigo, que los vean Jabyer y José Luis Bilbao. Y eso que le voté...

Juan Carlos Latxaga dijo...

Lo más preocupante de tu reflexión no es que sea la propia de una depresión post goleada en contra, sino que responde a un estado de ánimo mucho más extendido en el espacio y en el tiempo. Estamos todos así (menos García Macua, que ahora anda entretenido buscando conspiradores) todo el tiempo y no veo la manera de salir de esta situación. El nivel de exigencia ha bajado tanto que yo ya me conformo que contra el Barcelona perdamos con dignidad y no haciendo el ridículo, como me temo.

Gontzal dijo...

Pues así es, porque el domingo ya ni me cabreé. Y en mi entorno, que somos muchos socios, ya reflexionamos abiertamente sobre si tiene sentido seguir así...