viernes, 13 de noviembre de 2009

Este año no habrá que rifar entradas

Vamos a extraer alguna conclusión positiva del fiasco de la Copa. Miremoslo desde otra perspectiva y reflexionemos. La eliminación prematura nos garantiza que este año no vamos a tener que pasar el bochorno de una rifa de entradas y los notarios podrán mantener intacta su fama de personas serias. No es poca cosa. Observemos también que, a partir de ahora, a Caparrós se le ha acabado la milonga de las tres competiciones que nos van a quitar la vida. Ya solo nos quedan dos, así que, si me apuran, igual hasta tenemos que felicitar al mister por el peso que le ha quitado de encima el Rayo.
Más vale reír que llorar, y un poco de sentido lúdico siempre viene bien para eludir la depresión. Que te elimine el Rayo es tan lamentable que más vale tomárselo con filosofía; no merece la pena hacerse mala sangre, ni ahondar demasiado en discernir qué ha pasado para que ocurra semejante desastre. Digamos que ha sido un cúmulo de circunstancias desfavorables, que es como decir que Júpiter se ha cruzado en la trayectoria de Saturno y se ha producido una alineación planetaria que ríase usted de la coincidencia de Obaba y Zapatero que nos anunció Pajín. O sea, casi el fin del mundo en términos rojiblancos.
El cúmulo de circunstancias desfavorables empezó en Vallecas, cuando Iñigo Pérez (por cierto, ¿que ha sido de él?) falló aquel remate a bocajarro, Armando se tragó el saque de falta de Susaeta y los rojiblancos fallaron, una tras otra, todas las ocasiones que fabricaron y les permitieron los suplentes del Rayo. Nunca debió salir el Athletic derrotado de Vallecas, pero lo hizo.
Lo de San Mamés fue otra cosa, al margen de las ocasiones falladas. Fue una mala gestión del partido, fuera y dentro del campo, aunque los errores fuera incidieron de manera determinante en los errores de dentro.
Desde el club se quiso plantear el partido en términos heroicos, demasiado grandilocuentes para tratarse de un rival de Segunda División. Las declaraciones del presidente anunciando que San Mamés marcaría un gol hubieran estado muy bien en unos cuartos de final de la Europa League ante el Bayern Munich, pongamos por caso. Apelaciones semejantes en la primera ronda de Copa y ante el Rayo suenan fuera de lugar y hasta un tanto ridículas.
Como hace tiempo que todos hemos perdido el sentido de la medida el público se creyó la historia aunque fuera a medias. El equipo saltó al campo como debió hacerlo, con ritmo y fuerza, empujando al Rayo hacia su área. Hasta ahí estuvo bien, y dentro del guión. Pero Llorente empezó a fallar ocasiones y San Mamés empezó a parecerse a un frenopático. Los últimos cinco minutos del primer tiempo, los inmediatamente posteriores al primer gol del Athletic, resumen perfectamente el estado de ánimo de los rojiblancos que, azuzados desde el banquillo, se dedicaron a pegar balonazos a la desesperada, como si fueran los últimos cinco minutos del partido, como si no restara todavía toda la segunda parte para igualar y remontar la eliminatoria. ¿A qué tanta urgencia?. No se iba a acabar el mundo en el descanso.
Fue ese estado de histeria el que acabó con el Athletic. El segundo tiempo se abrió con una ocasión de De Marcos que todavía nadie se explica cómo pudo fallar. A continuación el Athletic se fue arriba otra vez como si solo quedaran cinco minutos de partido, asumiendo unos riesgos que no estaban justificados todavía a aquellas alturas. Esa fue su perdición y la jugada del primer empate del Rayo es suficiente explicación. Castillo abandonó su posición y cruzó todo el campo para botar un corner desde la derecha del ataque, Amorebieta se fue al remate y el Athletic dejó en su retaguardia a dos hombres para dos delanteros del Rayo. Un dos para dos y un desbarajuse de pérdidas de posición que en el consiguiente contrataque resultaron letales.
El gol de Javi Martínez dejaba todavía un cuarto de hora final para marcar dos goles; difícil pero no imposible. Pero llegó el segundo empate del Rayo. Una falta sacada desde Pozas acabó con el balón en la red tras superar la barrera y la estiradita de Armando. Mejor ahorrarse comentarios al respecto porque darían para otro post.
Se acabó lo que se daba. El Athletic que demostró en Santander que sabe jugar con serenidad y buen juicio, se volvió a enredar en un ambiente de histeria, carreras sin sentido y atolondramiento. Debe de ser muy difícil para los jugadores abstraerse de ese ambiente cuando miran a la banda y ven a un señor constantemente atacado por el baile de San Vito. Tendrán que ser ellos los que recuperen el buen juicio. Podrían empezar echando un chorrito de tila a la papilla del descanso. Por no entrar directamente en un tratamiento de choque.

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Mal planteada la segunda parte, sin lugar a dudas; mal hechos los cambios para mi gusto.

El segundo tiempo se le tenia que haber hecho interminable para los jugadores madrileños, y resulta que al final no nos ganaron el partido de chiripa. Con 1-0 al descanso es para plantear 45 minutos con cabeza. Y no se hizo.
No creo que falló el grupo, sino el sistema.

En fin, una caparrada.

Por cierto, JC me alegré mucho volver a encontrarte.

Luis Teclista

Juan Carlos Latxaga dijo...

Yo también me alegré de verte, Luis; menos mal que nos vimos antes del partido y no depués :-)

Anónimo dijo...

Hola,

Hoy he escuchado O.C, hace tiempo que no lo hacía y me ha gustado Andoni, ha regalado positivismo cómo debe ser. Me gusta la gente positiva. Es que le oyes a Loroño su negatividad y a algún otro, y seguro que muchos apagan la radio.
Sería bueno, como ha ocurrido hoy, que a la tertulia invitariais a alguien que venda positividad, para equilibrar un poco. Es una opinión humilde.

En cuanto a lo comentado sobre Amorebieta y centrales que no meten goles, pues en mis tertulias de bar y no con gente cualquiera, sino con personas que han jugado al fútbol en Tercera División cuando no había Segunda "B", el tema de que los centrales no meten goles lo tocamos habitualmente. Y Amorebieta muchas veces no sube a rematar porque el mister no le deja, pero si le dejara subir, da igual, porque aunque subiera en un partido 100 veces no mete gol de cabeza ni aunque el balón le rebote y no lo digo yo, que digo lo mismo jejé, sino que lo dicen mis amigos que de futbol saben un montón. Además dicen que no sabe rematar con el hueso del craneo llamado Frontal, sino que cabezea con el hueso mas superior, el que tiene pelo jajajaj, por eso los balones si os fijais le van todos para arriba.
No sabe rematar picando el balón, queda claro, ¿verdad?.
Etxeita es un jugador que si domina el juego aéreo.

Sobre lo comentado sobre Llorente que no es rematador -comentado por ti, J.C- si me gustaria darte mi opinión, y es que: Llorente en otro equipo de mas nivel seguro que se acercaba a los 20 goles. En el Athletic, no, ya lo sé, no me voy a extender en los motivos pues andó un poco vago últimamente.

Una pregunta dejó al aire: ¿Os disteis cuenta el día del Rayo Vallecano que El Gallo sale a jugar por la izda. antes que Gabilondo?
Otra pregunta: ¿Que estará pensando Gabilondo en su fuero interno, cuando ve que uno que se retira el año próximo le quita el puesto de banda izda? Bueno, lo dejaremos en puntos suspensivos, de momento sólo ha ocurrido el día del Rayo.

Somo

Anónimo dijo...

Que razon tienes Somo. Por eso decia yo lo de los cambios. Estamos locos!! El abuelete por la banda izquierda....
Con eso queda dicho todo.
Saludos.

Anónimo dijo...

El ultimo comentario sin firmar, y es mio, katxissssss (de cerveza, por favor).

Luis Teclista

Juan Carlos Latxaga dijo...

Somo, el tema de los invitados a la tertulia es cosa de Luisfer Baranda, que es el 'jefe', yo solo soy un invitado más, eso sí, que va muy a gusto porque el grupo es muy majo y sin ánimo de comparar 'distinto' a otras tertulias. En cuanto al positivismo o negativismo... bueno, cada uno ve las cosas desde su propia e intransferible óptica.
Los goles de Llorente. Estoy de acuerdo en que en otro equipo marcaría más, como en el Athletic si tuviera a Argote o a Sola, por decir dos nombres, porque Llorente, para empezar, es un gran delantero. Pero me reafirmo en lo que dije en al tertulia: no es un killer en el área; si lo fuera no fallaría tantas ocasiones. Nunca ha sido un goleador, un nueve clásico. En el Bilbao Athletic ya se decía que daba más goles de los que marcaba. Es un nueve desequilibrante, que desborda bastante bien, que abre huecos en el área y las pone en bandeja para otros, pero no es un Negredo, por decir alguien actual, ni mucho menos un Santillana, Dani...tipos rematadores que vivían casi exclusivamente del gol.
En cuanto a lo del Gallo y Gabilondo, comparto tu reflexión, pero no me olvido de la lección de aplomo y veteranía que dio el Gallo el rato que jugó en Madeira. Si repitiera esa media hora cada vez que sale culminaría una gran temporada