domingo, 15 de abril de 2012

Victoria en tono menor

Había demasiadas sensaciones ajenas al fútbol para esperar un gran partido en San Mamés. Habían pasado demasiadas cosas la última semana como para que la gente estuviera a lo que hay que estar cuando se va a un campo. Había demasiados condicionantes externos que acabaron marcando el rumbo de un partido tristón, jugado en tono menor por el Athletic, como si los leones hubieran acudido a San Mamés en régimen de servicios mínimos.
La ceremonia del fútbol requiere de un ritual complejo que complementa la mera disputa de un partido por dos equipos. El fútbol es pasión, ambiente, ruido... todo lo que faltó en San Mamés. Por esa razón, esos raros partidos que se juegan a puerta cerrada no suelen ser fútbol tal y como lo entendemos en su globalidad; porque el silencio que les rodea nos suena raro. Y el choque contra el Mallorca tuvo bastante de partido a puerta cerrada por la actitud del público, que tuvo más presente lo que pasó en una calle de Bilbao que lo que estaba pasando sobre el bien cuidado césped de la catedral. Las pancartas en el graderío, las ikurriñas con crespón negro...estaban en las antípodas del ambiente festivo y apasionado que rodea un partido y condiciona las acciones de los jugadores. El recuerdo de Iñigo Cabacas estaba por encima de cualquier otra consideración. La muerte violenta del joven hincha del Athletic no podía pasar desapercibida en San Mamés, y no pasó.
Fue un partido raro, con muy poquita historia. Se diría que los jugadores de los dos equipos se vieron cohibidos por el ambiente que les rodeaba y optaron también por el silencio futbolístico. No hubo gritos en forma de grandes jugadas sino un susurro continuo de fútbol ramplón y previsible, a tono con la tarde tristona.
Afortunadamente, el Athletic se encontró con un Mallorca inerte, un rival que no dio señales de vida a lo largo de los noventa minutos; ni siquiera el tiro de Bigas a la base del poste merece ser tenido en cuenta por lo aislado de la acción en el contexto del partido.
La cosa se le puso de cara al Athletic muy pronto. A los doce minutos Ibai Gómez botó una falta desde la banda derecha dándole al balón la trayectoria y la velocidad precisa. Fue un centro de esos que van diciendo a un delantero remátame y, claro, Llorente no despreció la invitación. Libre de marca en el área pequeña, su cabezazo hizo honor a la calidad del servicio.
Se suponía que ese gol obligaría al Mallorca a cambiar sobre la marcha el guión que traía desde el vestuario, pero no hubo tal. Al Athletic le bastó con aplicarse en una presión ordenada para mantener prácticamente al rival en su campo hasta el descanso. Estuvo más cerca el segundo gol de los rojiblancos que la reacción insular, pero tampoco tenían los de Bielsa una tarde especialmente inspirada.
Por segunda vez consecutiva, antes ocurrió contra el Sevilla, Bielsa maniobró a lo largo de la segunda parte como un entrenador al uso y no como el genio imprevisible capaz de apostar por la alternativa más inesperada. De nuevo prefirió ir consolidando al equipo a medida que pasaban los minutos. Nada más regresar del vestuario retiró a Herrera para reforzar la defensa con Ekiza y posteriormente dio un respiro a Llorente dando entrada a Toquero. El regreso de Gabilondo a San Mamés después de muchos meses de ausencia, fue otra noticia del partido.
Lógicamente, Caparrós maniobró en dirección contraria. Apostó por Chori Castro y la presencia del delantero dio algo más de profundidad a un Mallorca que seguía muy romo. El cambio de dibujo del Athletic permitió a los balerares una presencia más continuada en territorio rival, pero todas las ocasiones de la segunda parte fueron rojiblancas. Si el Athletic no amplió su ventaja fue por una cuestión de desacierto en el último pase o en el remate.
Sólo las numerosas desgracias que ha sufrido el Athletic en los últimos minutos, mantuvo a la afición inquieta hasta el final, pese a la inoperancia del Mallorca. Un análisis despojado del factor último minuto desvela que el equipo de Bielsa sumó uno de los triunfos más cómodos de toda la temporada.
Esa comodidad hubiera sido más evidente si Toquero llega a marcar lo que en tiempos pretéritos, cuando lo políticamente correcto era un concepto desconocido, se dio en llamar el gol del cojo. Hoy sería el gol del disminuido físico,que suena mejor pero describe peor. Para los más jóvenes, nos remontamos a los tiempos en los que el Reglamento no permitía cambios. En aquellos tiempos si alguien caía lesionado en el transcurso del partido, quedaba desterrado a la posición de extremo derecho. Allí, pegado a la banda, inválido y desvalido, acababa olvidado por compañeros y rivales, que se despreocupaban del lisiado hasta que en el despiste, cazaba algún balón suelto y lo llevaba a la red. El larguero impidió que Toquero marcara el gol del cojo. La madera privó al bravo delantero del premio que merecía su coraje. Su acción fue la única de todo el partido que arrancó el rugido de la grada; la única que nos devolvió al fútbol en una tarde en la que todos estuvimos con la cabeza en otra parte.
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7 comentarios:

Gontzal dijo...

El gol del cojo me hubiese supuesto quedar una mezcla de auténtico entendido y de profeta futbolero, falló la madera. Conozco uno, bien cercano, al que el 2-0 le hubiese supuesto ganar 1.500 pavos en una porra algorteña, buen pellizco para acumular fondos para Bucarest.

Por cierto, ¿esos milqui hubiesen tributado al nuevo 10% de Mariano?

Tarde de homenajes y emociones, buena victoria. Al fin y al cabo, el Athletic, los homenajes y las victorias ni suelen ir de la mano.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Vaya, vaya o sea que te mueves en los ambientes turbios de las apuestas ilegales. ¿No serás tú uno del clan de los Pelayos?.

michelle dijo...

DAdas las circunstancias buena victoria con el minimo esfuerzo posible. Esta versión pragmatica de bielsa me gusta sobremanera, y ante la ausencia de rotaciones, se acepta la economia de esfuerzos pensando en el jueves. Continua siendo muy preocupante lo de ANDER.

Aitor Larrucea dijo...

Victoria a medio gas para un partido frio, silencioso y emotivo. Siendo un típico equipo de Caparros me pareció muy flojo el Mallorca con muy poca mordiente, me refiero a pelea, algo que suele destacar en Caparros, pero posiblemente el ambiente se les contagió.
Siendo preocupante lo de Ander Herrera, más preocupante me pareció la aportación de alguno de los suplentes. Me parece que el juego que exige Bielsa está lejos de dichas aportaciones.

michelle dijo...

Aitor, en mi opinión se notaba que el mallorca ya está salvado. Respecto a lo de los suplentes discrepo; a mi me alegra mucho la vuelta d e igor, e ibai desde luego se está saliendo, marcando goles y dando asistencias. Aitor, el año de los titulares está siendo excepcional, se puede ganar un titulo, pero si d e verdad en años próximos aspiramos a champions necesitamos el concurso d e suplentes. Solo con 11 no se juega una liga. Para bien o para mal hay que rotar.

Aitor Larrucea dijo...

Por supuesto que solo con 11 no se juega, y por eso reclamo que los suplentes también deben aportar. Está claro, que no me refería con ello a jugadores como Toquero, Ibai, Iñigo P.,Ekiza .... pero sinceramente, la aportación otros jugadores como Igor, david,... creo que distan bastante, pero bastante de lo que exige Bielsa desde los entrenamientos hasta los partidos. Jugadores con experiencia que saben perfectamente lo que les está exigiendo. y con esto, no dudo de la calidad técnica de Igor por ejemplo, ni mucho menos, pero en!5 minutos de juego siendo suplenete uno tiene que morir para ganarse la confianza que si se han ganado otros de igual modo.

michelle dijo...

LASAI Aitor, que acaba de volver el pobre.... ojala tenga minutos para hacerte cambiar de opinión. Por mi parte lo renovaría seguro, baina auzkalo..