martes, 17 de abril de 2012

Sporting de Portugal, otra revancha pendiente

El Athletic saldó el pasado mes una vieja cuenta pendiente que tenía con el Manchester United. La factura se remontaba nada menos que a 1957, cuando el equipo inglés cortó en seco la hasta entonces brillante trayectoria del Athletic en su debut en la competición europea. Se trataba de la segunda edición de la Copa de Europa y los leones habían eliminado al Oporto, equipo en el que jugaba Jaburu, apodo que años después la afición adjudicó a Iñaki Sáez, y nada menos que al Honved de Budapest, un equipo maravilloso en el que brillaban Puskas, Czibor, Bozsik, Koczis o Rackozi. Hay que reconocer que el Athletic tuvo algo de suerte en aquella eliminatoria contra los húngaros, puesto que la reciente invasión soviética al país magyar, obligó a jugar el partido de vuelta en el terreno neutral del estadio Heysel, en Bruselas. El empate a tres que consiguieron los leones en el campo belga, hizo bueno el 3-2 de la ida en San Mamés.
Aquel éxito frente al equipo que reunía a algunos de los futbolistas más brillantes de la época hizo soñar a la afición rojiblanca, pero el Manchester United se encargó de despertarla. Cincuenta y cuatro años después, el Athletic ha saldado aquella cuenta de la manera más brillante posible.
Algunos años menos, veintisiete, han tenido que pasar para que el fútbol conceda al Athletic la oportunidad de una nueva revancha. Esta vez es el Sporting de Portugal el que se vuelve a cruzar en el camino como ya lo hiciera en el otoño de 1985. Aquel equipo dirigido por Javier Clemente había conseguido superar dos eliminatorias de la Copa de la UEFA, bastante poco glamurosas aunque con el punto de exotismo que proporcionó el cruce en primera ronda con el Besiktas, que llevó a los leones a Estambul por primera vez en su historia. Un cómodo 4-1 en San Mamés, superando el susto del 0-1 inicial, permitió un desplazamiento relativamente tranquilo a la capital otomana, bajo una férrea dictadura militar entonces, donde un gol de Sarabia volvió a dar la victoria a los leones. El fútbol turco de aquellos años ni siquiera guardaba parecido con el actual; Turquía se encuadraba entonces en el grupo de los más modestos.
La segunda ronda fue igual de sencilla y también ante un rival de escaso renombre. El Lieja no pasaba de ser del segundo equipo de la ciudad a la sombra del Standard y el Athletic también ganó en la ida, 0-1, con un zapatazo de De Andrés en el último minuto cuando el 0-0 se daba por suficiente pese a la escasa entidad del rival. En San Mamés, Urtubi y Noriega pusieron un 3-0 que no admitía discusión, aunque los belgas marcaron su único gol de la eliminatoria en los minutos finales.
Cuando el bombo emparejó al Athletic con el Sporting de Portugal más de uno se acordó de la selección lusa que había llegado a la semifinal de la Eurocopa de Francia el verano del año anterior. Aquel combinado había sorprendido a todos por su fútbol de calidad y había hecho recordar a los más veteranos al Portugal de Eusebio, Simoes y Coluna que tanta admiración despertó en el lejano Mundial de Inglaterra.
El Sporting de Portugal, que el año anterior había estado dirigido por un John Benjamin Toshack que iniciaba su carrera internacional en los banquillos después de debutar en el Swansea, agrupaba a varios componentes de aquella selección. Damas, Sousa, Pacheco, Venancio y hasta un Jordao en el ocaso de su carrera, daban a aquel grupo una gran calidad técnica que se sumaba a la competitividad tradicional de uno de los tres grandes de Portugal. En aquel equipo jugaban también dos fubolistas que poco tiempo después recalarían en la Real Sociedad: Oceano y Carlos Xavier.
El Athletic empezó a perder la eliminatoria en San Mamés y acabó barrido en el José Alvalade lisboeta. Fue una cuestión más mental que futbolística. Clemente mantenía el bloque campeón con añadidos de la calidad de Julio Salinas. El Athletic seguía siendo un equipo muy competitivo que aquel noviembre de 1985 ni siquiera podía imaginar que apenas dos meses más tarde entraría en una de las crisis más graves y profundas de su historia.
Sarabia y Julio Salinas pusieron un 2-0 en el marcador que invitaba a intentar resolver la eliminatoria en San Mamés. Los leones de Alvalade no parecían entonces tan fieros como los de San Mamés. Pero cuando el Athletic se fue a por el tercer gol, un futbolista que acababa de salir del banquillo, Meade, marcó para su equipo. Aquel gol fue un duro golpe psicológico pero lo peor es que su efecto se prolongó hasta el partido de vuelta.
Años después ocurriría algo parecido en la eliminatoria que enfrentó al Athletic contra el Newcastle. Los ingleses, que habían llegado a ponerse con un 3-0 antes de la hora de juego, no superaron que el partido acabara con un 3-2. El Athletic, que se había visto eliminado, afrontó el partido de vuelta con una fortaleza anímica de la que carecieron los ingleses.
Algo similar les ocurrió a Clemente y los suyos en su choque con el Sporting. Habían tenido la eliminatoria en la mano, pero llegaron a Lisboa con aspecto de perdedores. El Sporting dejó muy claras sus intenciones desde el principio y llevó el partido a donde quería.Fue una demostración de oficio la que hizo el equipo portugués aquella triste noche para los rojiblancos. Con el beneplácito del arbitro, Julio Salinas recibió tres tarascadas que le sacaron del partido antes del minuto quince e intimidaron al resto del equipo. Clemente le sustituyó en el segundo tiempo, tras certificar la escasa presencia de ánimo del delantero. Para entonces el Athletic ya perdía 2-0 y estaba virtualmente eliminado. Un trallazo de Sousa cerró un choque que el Athletic rehuyó siempre. Era el 11 de diciembre de 1985. Cuarenta días después el club se partió por la mitad. Recomponerlo costó más de una década.
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11 comentarios:

Gontzal dijo...

Eskerrik asko, Juancar.

Una gozada este tipo de entradas. Me quedo, en especial, con la anécdota de Jaburu, la desconocía.

Txusi dijo...

Yo estaba aquel 11 de Diciembre en el campo.

Pasé un frío del demonio y sufrí de lo lindo viendo al equipo descompuesto y sobrepasado en todo momento.

Efectivamente, era el principio del fín.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Es bueno recordar batallitas Gontzal, así despiertas la nostalgia de Txusi, por ejemplo. Lo del frío no me acordaba, pero claro, nosotros estábamos en un palco cerrado. Lo que si recuerdo es el ruido que hacían los 'herrinortes' del Sporting. Tenían un equipo de megafonía que ya quisieran muchos campos

Txusi dijo...

Los fados siempre invitan a la nostalgia.

También me acuerdo de la "dicharachera" animación lisboeta...¿Y fuiste capaz de escucharla desde un palco cerrado?

No se puede uno librar del frío y de la alegre muchachada a la par.

Juan Carlos Latxaga dijo...

Los palcos cerrado suelen tener una ventanita abierta para captar eso que los de las radios llaman sonido ambiente.
Y ya que hablamos de nostalgia, el taxista que nos llevó al campo era la versión lusitana de sus colegas de Madrid. Salazarista y franquista irredento. Solo le faltaba tener puesta la COPE en la radio.

Txusi dijo...

Siempre hay un "Fary" dispuesto a amargarte la vida.

Mala suerte el que se topa con él.

Txus dijo...

Aupa Juancar, que buenas estas historias para los que no tenemos tanto bagaje.
A cambiar la historia. Nos plantamos en la final seguro

Gontzal dijo...

Cuidado con Txusi, JC, que aunque esté nostálgica te pega un zarpazo en cualquier momento.

michelle dijo...

Muy buena historia juancar, tus nietos recordarán lo del jueves de un modo similar. Cuando ganamos aquella desaparecida y extraña competicion europea, la EL
Sorte on bidaia egingo dutenentzat!!!!

Aitor Larrucea dijo...

Dios Juan Carlos,eres una hemeroteca andante. Eso es recordar tiempos pasados. Algunos recordamos aquellas tardes-noches de los miércoles europeos escuchando la radio queriendo escuchar el famoso bacalao, claro que entonces era un crio y no puedo tener tu memoria, jeje

Aitor O. dijo...

Joder, como me acuerdo escuchando a Fede Merino tanto el partido de ida como el de vuelta, en Radio Popular.
Efectívamente, fue el principio del fin. No recuerdo una crisis peor gestionada. Un equipo campeón, con Julio Salinas y Andrinua de añadidos, yéndose por el sumidero.

Entre lo de Clemente, las salidas de Zubi (estan nunca se la perdonaré a Aurtenetxe) y Salinas, y la retirada de Dani y la lesión de De Andrés, sin el liderazgo de Clemente, aquello se fue por el sumidero. Si el Barca hubiera hecho lo mismo con Guardiola en los casos de Ronaldinho, Deco, Etoo o Ibrahimovic, no hubiera llegado ni de lejos donde ha llegado.