jueves, 28 de enero de 2010

García Macua, en la cresta de la ola (2)

Quedamos en que la vitoria ante el Real Madrid debió de reafirmar el ánimo de García Macua, tanto que apenas horas después de la finalización de aquel partido anunció su intención de calibrar la posibilidad de presentarse a la reelección. "No lo descarto" vino a decir, en medio de la euforia general. Sus palabras no son precisamente un prodigio de técnica comunicativa; por el contrario, vuelven a poner de manifiesto el caracter de una persona a la que el cargo de presidente le ha venido ancho en determinadas ocasiones, a veces, tal vez, por inexperiencia, como en su primera asamblea de compromisarios.
El hecho es que García Macua parece estar pensando en presentarse a la reelección para prolongar cuatro años más su mandato, y está en su perfecto derecho a hacerlo si finalmente toma la decisión. Sin duda, al margen de la euforia del resultado contra el Real Madrid, habrá valorado la situación deportiva general en la que se encuentra el primer equipo, la normalidad que se percibe en Lezama, similar a la que Patxi López observa en Euskadi, la aparente paz social que se respira en los ambientes rojiblancos y los apoyos mediáticos con los que cuenta, que no son muchos pero sí importantes.
García Macua debería sopesar también, y tiempo tiene para ello, que la temporada solo ha llegado a la mitad y que queda mucho todavía para empezar a pensar en vender la piel del oso: nada menos que otro curso completo. No hay memoria más frágil que la del aficionado al fútbol y cualquier contratiempo puede hacer olvidar los buenos resultados de estos meses, como García Macua cree, posiblemente, que el aficionado ha olvidado el culebrón de las entradas de la final, los sinsentidos de Lezama, la venta de Aduriz o la foto de Rajoy en el antepalco, por no entrar en más consideraciones.
Pero hablando de recuerdos y olvidos, el presidente haría bien en recapitular las condiciones en las que llegó a Ibaigane y las que le rodean ahora. Su primer escarceo con el Athletic se remonta a las elecciones a las que acudió como segundo de Juan Pedro Guzmán, y que acabó ganando Fernando Lamikiz. Hace casi tres años, García Macua compareció como cabeza de cartel de una lista de perfil bajo y en bastantes casos poco o nada relacionada con el mundo del fútbol, donde sin embargo menudeaban y ahí siguen, personas relacionadas con el entramado empresarial de Jabyer Fernández. García Macua era uno más en aquel entramado con la diferencia de que fue señalado por Fernández para encabezar la lista. No era un líder, ni mucho menos un candidato con perfil propio, de ahí la variopinta composición de su lista en la que, además de socios o compañeros de trabajo figuraban hijos de expresidentes que otorgaban una pátina futbolística a la lista, algún personaje bien relacionado con la política, y conseguidores de firmas y apoyos, imprescindibles en cualquier campaña. Más que una junta directiva en ciernes, aquello era una comunidad de intereses con algunas ramificaciones en el mundo de, llamémosle así, la gestión comercial del fútbol, cuyo único objeto era hacerse con el poder en el Athletic. Cualquier referencia a un programa deportivo o planificación del club, era pura anécdota, como el paso del tiempo se ha encargado de poner de manifiesto. A día de hoy el aficionado medio tendría muchas dificultades para identificar a más de la mitad de los miembros de la Junta.
García Macua llegó pues a la presidencia del Athletic gracias, fundamentalmente, a la financiación de un empresario, Jabyer Fernández. La relación entre ambos está ahora mismo en los juzgados y cada día que pasa y a medida que ciertas informaciones ven la luz, el asunto aparece más y más embrollado. No es sencillo calcular hasta dónde llegarán las salpicaduras del caso.
Si Jabyer Fernández fue el hombre del dinero, el apoyo 'político' le llegó a García Macua de la mano de un directivo que no sólo ya no está junto a él, sino que se marchó con cajas destempladas. Es cierto que no fue su único apoyo en ese campo, pero está por ver qué tipo de nudo forman ahora los largos y siempre intrincados hilos de la política, sobre todo cuando se mezclan con los de la economía. En el transfondo de la malla siempre aparece Fonorte y las consecuencias derivadas, incluidas las que atañen a las relaciones personales.
La tercera pata del trípode que sustentó a García Macua en su camino hacia Ibaigane la constituyen dos directivos (estos sí, sobradamente conocidos por todos) que por sí solos compensaron el nulo arraigo de la mayoría de sus compañeros en el universo Athletic y acarrearon para la causa las firmas y los apoyos imprescindibles para ganar unas elecciones, que ni en sueños hubieran conseguido entre todos los demás componentes de la candidatura, incluido el cabeza de cartel. Estos dos directivos siguen siendo imprescindibles para García Macua, por el papel que juegan en no pocos cenáculos rojiblancos pero, aunque pueda parecer paradójico, no está claro que su presencia en la foto de una presumible nueva candidatura, favoreciera los intereses de la misma. Ello sin olvidar que a día de hoy resultaría ciertamente aventurado describir en qué punto se encuentran las relaciones entre el presidente y ambos directivos. Si hay que guiarse por las declaraciones públicas de ambos, no parecen muy fluidas, pero en este caso tampoco estamos hablando de una ciencia exacta.
Las cosas han cambiado mucho en estos casi tres años. El perfil del presidente, después de todo este tiempo en Ibaigane, lógicamente ya no es tan plano como cuando llegó, aunque sigue sufriendo notables carencias en el terreno de la comunicación. De un tiempo a esta parte, contestar la gestión del presidente (culquiera que sea éste) es una afición muy extendida en una masa social rojiblanca a la que no le han faltado, ni le faltan, motivos para mostrarse tan contestataria. La continuidad de Caparrós, los nuevos estatutos o el nuevo campo van a ser los hitos que marcarán el último año del mandato de García Macua, además de lo estrictamente deportivo. Pero no será menos trascendental el papel que jugarán los 'cadáveres' que han quedado en el camino y la nueva situación general en su entorno, tan distinta a la que disfrutaba en las últimas elecciones. García Macua dijo que no descarta presentarse a la reelección; no es descabellado pensar que la decisión depende más de terceras personas que de su propia voluntad.

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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que haga lo que quiera el señor Garcia Macua a la hora de presentarse a las proximas elecciones, pero que el sustento en estos momentos de su mandato sea "El Lechero" y el que narraba las sokamuturras de Aste Nagusia en Vista Alegre a las ocho de la mañana ("Averias") en tiempos lejanos, parece triste.

Yo me asombro de muchas cosas en esta junta, ya me asombré cuando se presentaron (por eso mi voto fue en blanco, porque me pareció que Erkoreca dudó a la hora de presentar su candidatura y la del actual presidente me parecía de circo), pero como "El Lechero" tenga una "Avería" Garcia Macua está perdido. En qué manos estamos!!!!!!!!!!

El próximo candidato que me proponga formar parte de la Junta, que seguro que quiero más al Athletic (de eso no tengo ninguna duda) que más de la mitad de los que están ahora.

Luis Teclista

Anónimo dijo...

Dices JCL: "queda mucho todavía para empezar a pensar en vender la piel del oso" en referencia a FGM, creo que tienes razón, pues la segunda vuelta de la liga se puede hacer muy larga y eterna al Athletic, ya que comenzaron a competir en julio.

Con respecto a elecciones si me gustaria dejar encima de la mesa, que yo soy de los que creó que se debería poner a decisión de los socios en Asamblea si los mandatos llevando las riendas del club deberían ser de una duración de 6 años o cómo mínimo 5 años. A mí por lo menos me gustaria y creó que beneficiaria a la entidad. Por lo menos alargariamos en dos años los esperpentos que se montan y los fastos económicos con las promesas de los candidatos que al final salen del bolsillo del socio.

Somo

Juan Carlos Latxaga dijo...

Luis, hace tiempo que el Athletic no deja de asombrarnos. Si me entero de algún candidato ya le daré tu nombre.;-)
Somo, no sé si la idea de ampliar los mandatos es buena o mala. Es buena por la estabilidad y por lo que nos ahorramos de campañas, pero alguna Junta se nos podría hacer eterna. Es un asunto para reflexionar y que se podría inluir en los nuevos Estatutos, cuando se redacten en la próxima glaciación