Se acabó. Los que se quieran entretener pueden seguir jugando con la calculadora, pero pueden tener la seguridad de que las hipótesis más favorables no se cumplirán. Tendrían que superar una condición sine qua non de imposible realización: ganar en el Santiago Bernabéu. Ya sé que fútbol es fútbol, tal y como dejó sentenciado Boskov y que los partidos duran noventa minutos y hay que jugarlos. Pero por si les sirve de pista, recuerdo las palabras de Castillo tras el partido perpetrado ante el Málaga. "Ganar en Madrid es casi imposible". ¡Ese es el espíritu, sí señor!.
Estoy de acuerdo con el lateral. Incluso diría más pronunciando una palabra menos. Yo quitaría de la frase ese 'casi' que solo busca la corrección y el quedar bien. Digámoslo claro. Es imposible que el Madrí, ceda un solo punto en el último partido que va a jugar en su casa cuando los necesita todos. En el improbable caso de que en el minuto 85 se mantuviera el empate a cero, pongamos por caso, no sería descartable que bajara al césped la guardia civil para detener medio equipo rojiblanco. La Liga de las Estrellas, le mejor liga del mundo, etc, etc, no puede permitirse ciertos lujos y que el Madrí pierda es un lujo, no lo olviden.
Claro que nadie piensa que será necesario llegar a medidas extremas para garantizar el triunfo del Madrí ante el Athletic el próximo sábado; los blancos se bastan y se sobran y mucho más ante un equipo completamente desfondado como el rojiblanco.
El grupo de Caparrós ha llegado al tramo final del campeonato, al decisivo, in articulo mortis y ya solo cabe esperar eso que se ha dado en llamar el fatal desenlace. En aquel partido contra el Zaragoza se hizo evidente que las piernas ya empezaban a fallar más de la cuenta y las siguientes citas no han hecho sino confirmar el proceso degenerativo, que ante al Málaga alcanzó también la cabeza. Hemos jugado con más corazón que cabeza,, vino a decir Caparrós echadno mano de la frase hecha. Efectivamente, a este Athletic solo le queda su corazón enorme, ese que hace que los jugadores sigan corriendo, chocando y volviendo a correr aunque sea sin meta ni dirección.
El equipo se ha venido abajo de manera espectacular en el tramo final, en esos ocho o diez partidos que según Luis Aragonés son los que deciden todo un año. El comienzo temprano de la temporada (el Athletic ya estaba compitiendo en Julio), las limitaciones de la plantilla, el estilo de juego... se pueden seguir varias pistas para tratar de descubrir las causas del descalabro. Estaría bien que los responsables lo hicieran para que no vuelva a suceder.
Tomando los diez últimos partidos de cada temporada de las dos anteriores temporadas con Caparrós en el banquillo encontramos que hace dos años el Athletic ganó cuatro, empató uno y perdió cinco. El año pasado, repitió número de victorias, cuatro, sumó dos empates y sufrió cuatro derrotas, tres de ellas en las tres últimas jornadas, cuando todo estaba centrado en la final de Copa. Este año el Athletic ha sumado tan solo dos victorias y cuenta con tres empates y tres derrotas a falta de dos partidos. Los números dicen que está siendo el peor sprint final con Caparrós en el banquillo. El técnico y sus ayudantes son los que mejor tienen que conocer las causas profundas que han provocado este desenlace; todo lo demás serán especulaciones
Del partido ante el Málaga poco se puede decir que no se haya dicho ya. Al Athletic se le ha hecho de noche y no ve la luz ni siquiera cuando se encuentra con un fogonazo como el de Toquero a los cuatro minutos. Se pensaba que en los últimos fracasos había tenido que ver el hecho de no ser el primero en error. Hipótesis falsa, como quedó demostrado ante los andaluces. De nada valió adelantarse en el marcador. Duda igualó el tanto de Toquero con un corner magníficamente sacado y no por casualidad; antes había amenazado con dos saques soberbios y todavía asustó con un cuarto que se fue a medio metro del segundo palo.
Duda dejó a la grada fría, helada, consciente de que aquello podía ser el definitivo final de un sueño. Y la grada no se equivocó. El Athletic no pudo encontrar una solución porque el problema lo tiene dentro y es igual que el rival sea un aspirante a la Champions como el Mallorca o un superviviente que solo trata de salvar el pellejo como el Málaga. La temporada se le ha hecho larga, muy larga, al equipo, tanto, que lo mejor del partido contra el equipo andaluz ocurrió cuando Rubinos Pérez pitó el final: ahora ya solo quedan dos partidos para que acabe todo. Es a lo que único a lo que puede aspirar este Athletic.
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3 comentarios:
Hola Juan Carlos:
Simplemente un apunte. Cuando escribes sobre las causas del desfonde físico y de los problemas de una plantilla escasa podríamos recordar un dato, entre muchos.
Este Athletic, precedido por temporadas anteriores, comienza la temporada con 7 jugadores lesionados de larga duración.
Lo he comentado en mi blog "Qué me pasa, Doctor" y hablando de estas cuestiones, creo que cualquier equipo se plantearía algún tipo de acción ante semejante problema.
El Bilbao Athletic bastante ha hecho con salvarse, parecido el resto del fútbol bizkaino (veremos el river)...pero quizás el club debería haberse planteado algún refuerzo.
Tema harto complicado, lo sé...pero alcanzar objetivos muy ambiciosos para lo que tenemos y encima con 6 o 7 "tíos" menos...me parece una bilbainada cercana a la utopía. Solamente la falta de memoria puede hacernos exigentes ante semejante contexto inicial.
Repasando los nombres podríamos caer en el error de hacerles de menos, y alguien me dirá que echar ahora en falta a los ausentes no vale. Propongo competir el año que viene con una plantilla de 16 jugadores.
¿Responsabilidades médicas?, ¿Renovaciones discutibles de jugadores físicamente justitos?, ¿Para cuándo depurar dichas responsabilidades o reconocer y asumir ERRORES?
Un saludo.
JC, hemos titulado el post con la misma frase, jejeje.
Fïsicamente creo que el Athletic, en el cómputo de la temporada, ha estado mejor que el pasado año, justo es reconocerlo. El problema ha sido la duración de la misma y, otra vez, la gestión de plantilla, eso que no sé si lo bautizó Artetxe, pero que en cualquier caso es muy acertado.
Queda mal sabor de boca por el derrumbamiento, por lo barata que está la clasificación europea y, sobre todo, por el juego del equipo. Además, constatar que se siguen sin consolidar los jugadores de cantera que debutan de la mano del de Utrera y que Muniain ha pasado de ser la gran esperanza a una incógnita. ¿Cómo se gestionará al navarrito la próxima temporada?
Ganar en Madrid es imposible, ahora mismo firmo no salir goleado.
¿El marcador del Bernabéu tiene dos dígitos? A ver si al llegar a nueve no puede marcar más, vaya encerrona nos espera...
Queremos más conversaciones...
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